Me desperté, para decirle:
-¡Ah, que susto! ¡No me despiertes así, mujer! Vamos, pongámonos en marcha.
Pasado el rato todo parecía tranquilo no parecía que faltara mucho y todo estaba saliendo a pedir de boca pensé: qué raro normalmente esto no hubiera pasado así asi que dije:
Ángeles mejor lo dejamos para otra ocasión
Dejo el post