Acavaba de salir de Rosbasha, y pasaba por el Paso del Este, como siempre, corriendo acompañado de Aria, ave inmortal que controla el aire, mi fiel compañera de viajes. Cuando, de repente, Aria nota una presencia y se pone muy nerviosa. La hago callar...
Yo también vigilo, pero no noto nada.
Sigo mi camino, esta vez, caminando y desconfiando de mi alrededor...