allí estaba, en Rant Aran, el aire de por si ya era cálido, pero con aquellas colosales llamas que tenia frente a mi el ambiente era casi irrespirable, nunca me ha gustado el humo a pesar de que el fuego siempre me ha atraído, mirase a donde mirase todo estaba ardiendo-¿y ahora que?, no tenia un gran conocimiento en el uso del fuego pero si que sabia manipularlo levemente, alcé los dos brazos en dirección a una de las llamas y los introduje en las mismas, al principio no sentía nada y veía que podía agarrar las llamas y moverlas, comencé a tirar insistentemente del fuego, a pesar de su aspecto liviano era muy costoso mover unas llamas y mas de aquel tamaño, no veia ningun lago, ni ningún río para sofocar las llamas.
De repente, noté un dolor insoportable en ambas extremidades, los brazos se me estaban achicharrando, de inmediato solté las llamas y retrocedi un metro- está claro que me he desconcentrado si no puedo apagar el fuego con agua entonces tendré que sacarlo del territorio al menos- Volví a agarrar las llamas con insistencia, pero de nuevo otro pinchazo... esta vez no era a causa del fuego, era un dolor conocido...los tatuajes de mi espalda volvian a cobrar vida y me propinaban unos terribles dolores en la columna y no solo eso, esta vez se estaba extendiendo a lo largo de mis brazos haciendo que se tornasen de un color negro-¿que es esto? ¡nunca me habia pasado!- las manos se me pusieron negras y de repente... nada, deje de sentir dolor, veía como podía mantener mis manos en el fuego pero esta vez notaba una sensación cálida-es mi oportunidad, tengo que sacar esto de aqui- agarré fuertemente y me dispuse a intentarlo una vez mas, notaba mi cuerpo cansado, pesado... ¡me estaba quedando sin fuerzas!, intenté estirar de nuevo aquel infierno llameante pero de repente las llamas no se movieron de donde estaban, los brazos comenzaron a dolerme y no pude evitar soltar un grito de dolor, entre gritos pude ver como las llamas estaban siendo absorbidas por mis brazos, los cuales seguían siendo de un negro muy oscuro-¿desde cuando "las marcas" pueden hacer eso?- las llamas comenzaron a menguar rápidamente hasta introducirse dentro de mis brazos dejando tras de si un paisaje desolado.
-uff-suspiré-supongo que ya está- craso error, "las marcas" comenzaron a moverse por mis brazos, dándome de nuevo unos dolores terribles, y se colocaron conforme a su aspecto habitual...-desde luego estos estupidos tatuajes son impredecibles- saque de mi bolsillo un lapiz y mi fiel cuaderno de bolsillo y comencé a hacer bocetos del lugar, también de mis brazos y de las marcas-¡este material es oro! me servirá para mi próxima historia- no parecía haber nadie por los alrededores de la zona y sin perder mas el tiempo guarde mi cuaderno y me dirigí de nuevo de vuelta a la torre.