Zangurak vs Thorald

Hace unos días recibí una carta con unas indicaciones de duelo, así que la abrí y le eché un vistazo:

Spoiler:

En la carta había mucha cosa escrita, solo pude entender que debería estar en la Llanura de fuego dentro de 5 días, justo al atardecer, así fue pues que salí de Rosbasha y ahí me encontré... En la llanura de fuego, tal y como indicaba la carta...
Solo estaba esperando a mi contrincante

Me acababa de llegar una carta, diciendo que fuera a la Llanura de Fuego dentro de cinco días. El mensajero me dijo, que no sabía quien me la mandaba, así que fui a ese lugar lejano, en el Reino de los Dragones, al sur, atravesando el Desierto del Pesar, me esperaba un largo viaje.

Al llegar allí, me encontré con un demonio, estaba a la lejanía, no decidí acercarme mucho, por si acaso. Pero estaba claro que era el que me había convocado a este lugar inhóspito, ya que era la única persona en varios metros a la redonda.

-¿Has sido tú el que me ha convocado, qué quieres? -Dije mientras me llevaba una mano a la espada, solo por si acaso, pensaba atacarme...

Un humano se acercó, lo supe gracias a mi olfato y el asqueroso olor que provocaba...
Le miré, y gruñí los dientes. Al parecer alguien nos había enviado para que peleáramos. No fuimos ninguno de los dos...
Alguien quería vernos muertos, pero no iba a rechazar el combate, al menos si no lo sugiere él también. Sonriendo con maldad le dije:

- Vaya vaya... ¿Eres humano eh? Supongo que alguien quiere ver como alguno de los dos morimos, pero ¿sabes qué? Ese no voy a ser yo...

Así fue, que desenfundé mi daga, y en la mano derecha empecé a concentrar magia oscura, negra y sucia... Decidí avanzar hacia él con pasos lentos.

Al parecer él no era el que me había convocado, sino que a él también le habían convocado aquí... Dijo que teníamos que enfrentarnos, que uno iba a morir y que no sería él.

-Pues esa persona se va a llevar una decepción, porque yo tampoco voy a morir hoy...

Vi como sacaba magia y una daga. Yo saqué del todo mi espada de acero de su funda, y lentamente me fui acercando al demonio, poco a poco aumentando mi ritmo, y al llegar al punto central entre nosotros, me quedé parado, no me gustaba dar el primer golpe, así que me quede esperando a que diera el su golpe.

Le hice señas para que empezará.

-Por el amor de Surcan, que no tengo todo el día...

Me dijo que me iba a llevar una decepción, porque él tampoco iba a morir, se me cambió la cara, totalmente seria... Al saber que estaba lleno de orgullo y valor. Ese maldito humano me tentaba a dar el primer golpe... irritado, corrí hacia él y lancé mi primer hechizo negro, una bola totalmente negra.

- ¡A ver como te defiendes jovenzuelo!

Grité intentando causando miedo en su interior

Pareció molesto por mi respuesta, con lo que me lanzó una bola negra de magia condensada. Venía directa a mi, así que como no tenía escudo, decidí agacharme, que sería una solución casi igual de efectiva. La bola pasó casi rozándome la cabeza.

-Uf, estuvo cerca. Pero tendrás que hacerlo mejor si quieres matarme...

Decidí atacarle ahora yo, me lancé hacía él con espada por delante, a toda velocidad y sin ningún temor, di un pequeño saltó con la espada apuntando a su cuello...

No sabía ni si quiera como se llamaba, pero consiguió esquivar mi bola oscura... Gruñí los dientes y paré el paso. Él saltó hacia mi con intención de clavarme su espada en el cuello, fui lo bastante rápido como para esquivar la muerte de una voltereta hacia la derecha, pero no lo bastante como para que me hiciera un gran corte en el brazo... Muy enojado le miré y le dije:

- ¡Argh! Maldito seas humano... ¡Pagarás por esto!

Me temo que ahora ya no podía manejar mi daga tan hábilmente como antes. Aún así, cambié la daga de mano y me dispuse a clavársela por la espalda, asestando un rápido movimiento.

Mi ataque tuvo resultado, le hice un corte en el brazo, me relaje pensando que ya se le bajarían los humos, pero me equivoque, me atacó por la espalda con su daga, conseguí agacharme un poco, pero la daga fue a parar a mi hombro, bueno, supongo que era mejor en el hombro que en el pecho.

-Tuviste suerte, pero el siguiente ataque no será tan fácil...

Me aleje un poco llevándome la mano al hombro, y pensando en que este demonio, no sería tan fácil de vencer. Me dí la vuelta recuperándome de su ataque, y quitando la mano del hombro, no se fuera a pensar que estaba malherido.

-Venga, si eso es lo mejor que puedes hacer dejas mucho de desear...

Salí corriendo hacía él, con las dos manos en la espada, con la intención de darle en una pierna para debilitarle y así, poder librarme de él fácilmente.