Misión: Secuestro Real.

El vampira se había reincorporado, sujetaba a la muchacha apuntándola con la daga en el cuello, amenazaba con acabar con su vida hasta que Alanna hablo, parecía que había conseguido convencer al vampiro de que había cometido un error, entonces la muchacha aprovecho el momento de duda del vampiro para escapar de sus garras y refugiarse tras los aventureros.

La flecha salió disparada hacia el vampiro que había saltado en un intento desesperado hacia los aventureros, la flecha se clavo en su pecho que se ennegreció para milésimas de segundo después convertirse en polvo, los sectarios casi todos muertos y un único superviviente vampírico en el suelo agonizando.

Habría que decidir qué hacer con aquella desdichada criatura que se revolvía dolorosamente en el suelo, podrían acabar con su sufrimiento o por el contrario curar a esa criatura que minutos atrás os estaba atacando con intención de mataros.

Suspiré aliviada y algo entristecida al ver estallar en pedazos a la criatura, jamás me ha gustado ver morir a nadie, ni siquiera a los bellacos, pero tampoco podía permitir que vidas inocentes fuesen amenazadas. Ya tranquila me giré a la chica que parecía a punto de colapsar, le puse mi capa sobre los hombros, y la ayudé a sentarse, me arrodillé a su lado y sonriendo le dije:

-No te preocupes, ya ha pasado todo, estás bien, te llevaremos con tu familia, ¿de acuerdo?

No me respondió, solo me lanzó una mirada esperanzada y asintió con la cabeza, para luego enterrarse entre mi capa. levanté la vista sin levantarme yo, y pregunté muy seria, y algo preocupada:

-¿Qué podemos hacer con él?

Y había visto mucha muerte, pero me asustaba lo que podría hacer si se recuperaba, pero yo no me sentía capaz de abatir una sola vida más.

La criatura había sido matada con el cuello cortado y se debatía entre la vida y la muerte, pero no tardo en ganar la muerte, la criatura ahora no se movía, estaba en un charco de su propia sangre en el suelo, tenia los parpados quemados pero entreabiertos, aquella cueva en la que había luchado por última vez sería su tumba.

La joven se estaba tranquilizando después de haber estado en una pesadilla despierta, parecía más calmada e iba a la cabeza del grupo pero siempre cerca de Alanna, la que le había salvado la vida al convencer a aquella criatura.

Tras abandonar la cueva ya no había ningún peligro, solo había que llevar a aquella noble a su ciudad por lo que la recompensa fue entregada fácilmente.

Recompensa: 10 de experiencia y 7 monedas cada uno.