Se había oído rumores de los sectarios y la noche había llegado. No quería pasarla a la intemperie, más que nada por si los sectarios aparecían. Alcé mis manos me agaché y toque el suelo; de ahí brotó un árbol grande y luego entré, sería la corteza, y allí me dispuse a pasar la noche.
Dejo post.