Observé a Shizuka, abriendo mucho los ojos. Me estaba ofreciendo ser su pupila, aprender de ella... Me imaginé aprendiendo de ella, de una poderosa vampiresa.
Vampiresa...
Entonces caí en Valeria. La habría dejado preocupada... me mordí el labio. Estuve apunto de decir que no, pero... me estaba ofreciendo el controlar mi sed de sangre... Aquellos días había estado a punto de morder a varias personas, pero había conseguido controlarme. No estaba segura de poder aguantar más tiempo. Casi con lágrimas en los ojos, le respondí. ''Perdóname Valeria...''
-De acuerdo... maestra...
Bajé la cabeza, sin poder sostener la mirada. Intentaba recordarme que lo hacía para no causarle mal a nadie, para no acabar convertida en una máquina de desangrar...
''Perdóname Valeria...''
Dos lágrimas recorrieron mis mejillas.
-Pero lo haré con una condición -alcé la mirada.- Seré tu aprendiz si me juras que no tocarás a mis amigos.