Rol colectivo: Otra Fortaleza.

El portal conducía a un extraño lugar done predominaba el color azul espectral y el gris, a unos centímetros del suelo se levantaba una niebla extraña, a lo lejos se divisaba una extraña fortaleza hecha de cristal azulado, la única entrada que se veía era una puerta en la muralla. Alrededor de la zona en la que estabais habían varias rocas y un par de arboles de cristal, sentado encima de la roca estaba una persona que vestía las mismas ropas que los fantasmas pero estas parecían más coloradas pues no eran azules. Mientras tanto al pasar por el portal todas las personas, el portal se fracturo y la luz desapareció, entonces el misterioso personaje que estaba sentado en la roca se fue quitando las telas de la cara dejando al descubierto una piel negra y unos ojos que iban cambiando de color continuamente. Vaya, no me esperaba que terminaran apareciendo otras cosas que no fueran las almas, bienvenidos a la Fortaleza de cristal, esto es lo que espera si se muere aun con cosas pendientes, se podría decir que este es el hogar de las almas en pena que buscan una manera de terminar lo que no acabaron en vida, mi nombre es Salem-dijo el hombre extraño, mientras os observaba a cada uno.
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Las reglas son sencillas, podéis describir el lugar pero no podéis encontrar gente, enemigos, un portal de vuelta. Podéis empezar por hacerle preguntas a Salem, no se podrá escribir la respuesta eso es cosa de master. No hay tunos ni limite de post.

Cogí a Raven de la mano y atravesé el portal tras Valeria. Cerré los ojos cuando entré en auqel extraño agujero... Cuando los abrí me encontré en un lugar extraño, de un color azul espectral que helaba hasta el tétano de los huesos. Busqué de nuevo la mano de Raven, que había soltado sin darme cuenta al atravesar el portal.
Observé fascinada los árboles de cristal. Eran realmente hermosos. Entonces me di cuenta de que estábamos rodeados por todas partes de gente. Habló un hombre de piel negra y ojos qe cambiaban continuamente de color.
-¿Qué...qué hacemos aquí? -pregunté.

No sabía bien que me había impulsado a abandonar mi vida solitaria en los bosques y a unirme a tamaña empresa, rodeada de personas, a más añadir. Uno de los defectos de mi vida silvestre era que cada vez me aislaba más en mi misma, convirtiéndome de algún modo en un ser más parecido a una planta (pues apenas si me comunicaba con los demás) que a un elfo.

Pero a lo hecho no podía hacerle nada, y ahora ya era demasiado tarde como para arrepentirme de haberme unido a aquel grupo...

Aquel lugar hizo que mis ojos, acostumbrados al verdor de los bosques que había convertido en mi hogar, se vieran sorprendidos por lo que contemplaban; aquellos árboles que parecían obras del mejor artífice, por no contar con ese hombre tan extraño que nos había recivido.

Nawin fue la primera en hablar y yo, rompiendo mi habitual mutismo, fui la siguiente en hacer sonar mi voz.
-¿Quién es usted?

Tras atravesar el portal nos recibió un lugar de color azulado en el que había una pequeña niebla, a lo lejos divise una muralla de color azulado, estábamos en una especie de bosque de arboles de cristal, era bastante extraño. Entonces nos hablo un extraño personaje pero lo que me alarmo es que el portal tras pasar las personas se rompió, genial, sin viaje de vuelta de momento, pensé.

El extraño individuo de ojos de tonalidades cambiantes, llamado Salem, dijo que esta era la fortaleza de cristal, donde venían las almas que aun tenían cosas pendientes en vida, menuda cosa nos esperaba, Nawin pregunto qué hacíamos aquí.

Me parece que el portal de la fortaleza conducía aquí, eso explica algunos sucesos ocurridos antes en la fortaleza, ahora la pregunta no es que hacemos aquí si no como nos vamos de aquí-dije analizando la situación, estábamos en el lugar donde Vivian las almas en pena o eso dio a entender Salem, la verdad es que no me esperaba que nos llevara a este extraño lugar del que no se tiene dato alguno- espera un momento… ¿eres un alma en pena tu también?

Salem cerró los ojos y se quedo un rato pensativo, después de escuchar las preguntas de los miembros de aquella misión empezó a dar un pequeño paseíto en círculo alrededor de los aventureros. Nawin debe de ser tu nombre ¿no? Como ha dicho tu compañero, ¿Alby? El portal conducía aquí, respecto a tu pregunta Alby, no, no soy un espectro, soy un superviviente de la fortaleza, posiblemente el ultimo de mi raza vivo, escape de la fortaleza adentrándome aquí hace unos siglos, este lugar extrañamente mantiene a los vivos exactamente igual que como entraron. Respecto a tu pregunta, ¿Arwen? Soy un Kalasen, nuestra raza habito el desierto desde que este existe, somos los hijos de los Djinn, poseemos parte de su poder y lo que nos distingue de los demás humanos son nuestros ojos que cambian de color. La verdad es que hay otra salida de este lugar pero está en un lugar bastante protegido, os recomiendo que no os dejéis tentar por las almas que viven aquí si no queréis uniros a ellas y ser almas en pena-dijo Salem siguiendo su extraño paseíto- ¿habéis terminado con vuestras preguntas?

Yo, estando todo el rato al lado de Nawin, la miraba presuntamente mientras una nueva compañera se nos unía... habia escuchado ya su nombre antes... Arwen, una elfa del bosque muy buena pero muy mala si quiere serlo... cojí la mano a nawin y la mire... le dije:

- Tranquila... todo va a salir bien y vamos a salir de aqui... viviremos en una casa en las praderas... nos casaremos... etc...


Me sentia un poco sentimental... un poco "demasiado"...
Le coji las dos manos y le planté otro beso en los labios... me sentia completamente enamorado... y le dije:

Cariño... tranquila, conmigo siempre estaras a salvo...

La pregunta efectuada por Salem me pareció un tanto fuera de lugar cuando en mi cabeza las preguntas estallaban como pequeños fuegos fautos. Las sentía arder en la punta de mi lengua, había tanto que deseaba saber... y era la primera vez que me encontraba en un lugar semejante, donde supuestamente se encontraban las almas en pena...

Era curioso que en todos mis años de estudio no supiera nada o casi nada de ese tema. ¿Qué era exactamente un alma en pena, o que había que hacer para acabar convertida en una de ellas? Sentía también mis manos ávidas por anotar las posibles respuestas que podría obtener.

Pese a todo, me contuve. La advertencia realizada por Salem hizo que me refrenase en mis ansias por conocer y me resignase a hacer todas mis preguntas con más moderación.

-Mucho me temo que mis preguntas ahora mismo ascienden a un alto número, pero refrenaré mi lengua para no importunar. Sin embargo, hay una duda que consume ahora mismo mis pensamientos y es, ¿qué es exactamente un alma en pena? Apenas si he leído algo sobre ellas en toda mi existencia...

Escuche las respuestas de Salem que con testaba a cada una de nuestras preguntas y extrañamente conocía nuestros nombres, en los archivos de la historia no figuraba un lugar como este, era bastante extraño, me limite a observar la escena de Nawin y Raven, también en escuchar preguntar a la nueva miembro del grupo, Arwen creo que se llamaba. Preguntaba que era un alma en pena, era una pregunta extraña, pero era una duda que seguro que abundaba en muchos de nosotros, yo también tenía mis preguntas, me quede apoyado en mi báculo, observando a Salem, esto seguro que nos ayudaría comprender mejor esto. ¿Qué es este lugar y como fue creado?-me limite a preguntar para empezar a conocer mejor este lugar, como Buscador de luz debía tener toda la información posible de un lugar así, además era por esto por lo que vinimos aquí, para conocer la fortaleza y contárselo al monarca.

Salem seguía con su típica caminata mientras esperaba las preguntas, parecía alegre de estar con otras personas vivas en este lugar, de pronto se detuvo y miro a Arwen tras preguntar esta que era un alma en pena, dudo un poco en que decir, tantas maneras diferentes de explicarlo, tras eso eligió las palabras que mejor le parecían.

Un alma en pena es el espíritu que murió sin cumplir las cosas que debía hacer, cosas que había prometido y aun no había hecho, este lugar se suponía que era lo que les esperaba a los que eran incapaces de cumplir sus palabras o murieron deshonrosamente, hay miles de formas de explicarlo-dijo Salem, mientras tanto observaba con interés a Alby, parecía que le gustaba esa sed de conocimiento que demostraba el chico- este lugar lo creo el propio Dios Blanco, es un plano material donde viven las almas, se podría decir que esto es el mas allá pero no es así, el mas allá es lo que les espera a las personas que vivieron bien, con honor, cumpliendo su palabra. Esta fortaleza se podría decir que es la expiación de los pecados, una penitencia, la única manera de saldarla es escapar de aquí y realizar lo que les mantiene atados a nuestro mundo. Bueno, si no hay más preguntas o si las hay, deberíamos dar un paseo, venid conmigo. Salem empezó a avanzar por un camino y a los pocos minutos ya estábamos dentro de una especie de ciudad amurallada, todo era azul, incluso la gente, la gente iba con túnicas y tenían tonos azulados, de vez en cuando alguno os echaba una mirada con algo de desprecio.
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Podéis describir el lugar y la gente, cuanta hay y que aspecto tienen, los lugares y demás, pero no se puede encontrar el portal ni manejar a salem.

Junto a nawin cojida del brazo avanzaba siguiendo a ese tal salem... no me caía muy bien... pero le seguimos... nos llevó a una ciudad toda azul... con gente azul... un niño se me quedó mirando mientras caminavamos y le dije al tal salem ese:
Sabes si hay algun peligro por aqui? Me da mal rollo este sitio...

Vi que se acercó Hiou... miró a nawin como con desprecio... pero entonces, al ver como miraba a nawin le dije:
Esto... em... Hiou... te pasa algo con Nawin? Le dije con tono vacilon...
Cojí a nawin, que estaba un poco atontada, sabia que la culpa la tenia esa vampiresa de Hiou... oh dios! Como la odio! Pensé dentro de mi cabeza...
Seguí caminando y vi como ni Nawin ni Salem me hacian caso, sin preocuparme seguí mirando a esos niños correteando...


Off rol: En realidad no estoy sin preocuparme ni nada... estoy asi ¬¬ xDDD Es coña xD

Escuche lo que dijo Salem y me quede pensativo, cuanto conocimiento, mientras tanto Salem empezó a caminar hacia una especie de ciudad de color azul, mientras tanto observe por el rabillo del ojo que nos seguía Hiou de cerca y no le gustaba que Raven y Nawin estaban tan bien juntos.

Mientras tanto por las calles de la ciudad la gente se nos quedaba mirando, eso me daba escalofríos y me incomodaba bastante, entonces me fije en que Hiou se había acercado a Nawin y la miraba fijamente a los ojos. No, ahora una lucha no por favor-pensé mientras agarraba la empuñadura de mi espada mientras me giraba hacia Hiou y Nawin. Entonces Raven se llevo a Nawin para seguir la caminata, bueno al menos se ha calmado la cosa de momento.

Sin duda mi manía por mantenerme aislada de los demás durante tanto tiempo me estaba pasando factura; ver tanta gente junto a mí casi me resultaba desconcertante. Hablaban entre ellos de algo que no alcancé a comprender del todo, estando como estaba más pendiente de lo que me rodeaba que de otra cosa. Había algo en las almas en pena que me atría de forma irresistible, aunque me mantenía apartada de ellas, recordando la advertencia recibida.

Así mismo, me aseguré de haber memorizado todas las palabras que Salem me había referido sobre ellas, estando más que dispuesta a anotarlas cuando volviese a casa. Si consiguiera más información incluso me atrevería a intentar escribir un estudio, pero no cesaba de recordar la materia con la que estaba tratando, más... etérea por llamarla de alguna forma.

Mis ojos recorrieron el lugar, posandose en las almas con un leve parpadeo, analizando en mi cabeza todo lo que mis ojos percivían, y con una oreja puesta en la conversación que se estaba desarrollando a mis espaldas. Sería una misántropa, pero era una curiosa.

Miré fijamente a los ojos de Shizuka. Ya estaba harta de que tuviera que planear mi vida. Desafiante, alcé la cabeza y le dije:
-¿Algún problema, Shizuka?
Esperé con el corazón a cien por hora, a que respondiera. Sin embargo, mi rostro había recuperado la dureza de antaño, y mi porte volvió a ser más erguida. ''Lo que puede hacer la ira...'' pensé.

Salem siguió avanzando por las calles, un poco ausente de la conversación que ocurría a sus espaldas, entonces se detuvo, observo la calle. Vale, para escapar de este lugar hay que llegar hasta la sala del trono en el castillo superando a sus guardias, que por cierto, ahí vienen y no están muy contentos-dijo Salem, de pronto un montón de almas con armaduras azules empezaron a avanzar por la calle en vuestra dirección. ¡A por ellos! Gritaron desenfundando sus armas y corriendo a atacaros. No podéis matar a un alma ni herirla, pero podéis dejarlas inconscientes, buena suerte-dijo Salem y de pronto una corriente de aire lo envolvió y desapareció.
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Podéis derrotar a las almas a todas pero no en único post, tendrá que tardar un poco, podéis describir como os atacan, describirlos etc…

Sin lugar a dudas hacía mucho mejor quedándome en casa, visto lo que estaba sucediendo. Ahora nos íbamos a meter de lleno en una pelea, siendo crítica con los sucesos actuales; aquellas almas atacándonos, y para completar el cuadro, Salem se desvaneció como se desvanecen las tinieblas cuando el sol de la mañana suelta sus primeros rayos. Ahora estábamos solos frente al peligro, y lo peor de todo era que yo me encontraba prácticamente indefensa: no tenía ningún tipo de arma. Era una gran arquera, y de contar con un arco seguro que habría sido muy capaz de vérmelas con unas cuantas ánimas yo sola, pero por desgracia carecía de la herramienta.

¿Pero eres tonta? me dije a mí misma ¡Eres una elfa, y una maga además! ¡Puedes usar tus poderes, pedazo de inculta!

No sabía si serían de gran utilidad frente a esos enemigos, pero no me encontraba en situación de escoger, tenía que jugar las pocas cartas que tenía en mis manos, y esta era únicamente mis hechizos.
Así pues, me preparé y comencé a concentrarme para atacar en el momento necesario, aunque con numerosas dudas sobre la utilidad de mi tipo de magia en situaciones ofensivas.

-No vuelvo a salir de casa en los próximos 500 años-musité.

De pronto Salem desaparece y nos rodearon montones de guardias, también eran de color azul, mira por donde un poco de acción, al menos podría desentumecerme los músculos y practicar un poco, necesitaba distraerme un poco y una lucha parecía la distracción perfecta

Desenfunde mi espada al tiempo que me atacaba un guardia armado con un hacha, intentó hacer un corte en vertical pero logre pararlo con mi espada poniéndola en horizontal casi de rodillas. Entonces con mi mano libre que sostenía mi golpee las piernas de aquel guardia tirándolo al suelo, en ese tiempo me levante del suelo al tiempo que me atacaba otro, un acto reflejo lo empuje con un hechizo menor que lo lanzo contra la pared.

Entonces sentí que se me clavaba una flecha en mi pierna derecha, la sangre empezaba a manchar mi pantalón, guarde mi espada y mi báculo, agarre la flecha y la saque con un alarido de dolor, entonces lance la flecha al suelo y avance transformándome en un lobo que caminaba a dos patas, di un rugido ensordecedor y salte a por los siguientes guardias.

Mis manos ya brillaban suavemente, como siempre que la magia se encontraba a punto de fluir desde mí hacia el exterior. No sabía como iba a acabar aquello, si mi impetuosidad por aparecer allí sin ni siquiera un arco de tejo para defenderme iba a costarme la vida o no. Lo que no pensaba era caer sin luchar, por lo que, concentrada al máximo, me encomendé al Dios Blanco mientras comenzaba a lanzar hechizos defensivos y algún que otro ofensivo. Una de las ventajas de ir en grupo era que, tal vez, yo solo tuviera que preocuparme de mantener algunas defensas mientras que los demás se encargaban de luchar contra aquellos seres.

Así pues, con los ojos levemente achinados por la concentración y el esfuerzo, mantuve varios encantamientos escudo a nuestro alrededor. No eran excesivamente fuertes, pero dervían como una leve protección, y estaba segura de que les daría cuartel a los demás miembros del grupo.

El combate se prolongaba y yo iba derrotando uno tras otro a los guardias, uno consiguió clavarme una lanza en el lomo, la sangre empapaba mi pelaje y parte de la lanza que la saque a duras penas mientras me protegía de los demás guardias, tras sacármela como a cualquier licántropo normal se me empezó a sanar la herida, mientras tanto yo agarraba a los guardias con mis zarpas y los lanzaba por los aires chocando contra edificios o cayendo en algunas cajas rompiéndolas o simplemente estampándose contra el suelo.

Luchábamos junto a nuestros compañeros, entonces empezó el cansancio a invadirme, tuve que terminar volviendo a mi forma humana tras caer al suelo a cuatro patas, me levante con esfuerzo mientras empuñaba mi báculo que apoyaba en el suelo para ayudarme a levantar. Parecía que no se iba a acabar nunca pero había que aguantar, concentre la mayoría de mis energías en mi báculo, sabía que hechizo debía hacer, agarre fuertemente en báculo, casi estrangulándolo con las dos manos, lo alce en alto y lo baje dando un fuerte golpe en el suelo liberando la energía en forma de una onda expansiva de pequeño tamaño pero el suficiente para lanzar a unos cuantos por los aires y dejarnos un poco de tiempo.
Estaba cansado pero había que seguir, me mantenía en pie apoyado en mi báculo pero necesitaba algo de tiempo para recuperar energias.

Después de meditar largas horas me di cuenta de que me había quedado solo. Habían cambiado varias cosas por ejemplo el portal ahora estaba abierto. Lo traspase sin miedo y llegue a un especie de pueblo azulito. Bueno voy a tener que ponerme al día de todo lo que ha pasado. Después de pasar por el portal desapareció. -Por poco-dije mientras me secaba una gota de sudor. Salí volando en mi forma dragón hasta que encontrara a alguien conocido. La verdad es que toda esa gente me miraba raro y ellos no es que fueran muy normales. Al cabo de un rato vi a mis compañeros luchando y baje ansioso. -Tíos no me habéis esperado yo quiero cargarme a unos cuantos. A continuación me transforme en Darkus y empecé a despedazar a los guardias hasta que deje de estar rodeado.-Esto esta mejor, pero yo quiero más-dije con una voz grave.

Los guardias quedaban inconscientes uno a uno, no podían volver a morir pues ya habían muerto una vez, solo quedaba derrotar a los que quedaban, pero eso que parecía una pequeña victoria desapareció cuando un cuerno de guerra sonó en el cielo y una lluvia de flechas como una bandada de aves volaba zumbando por el cielo a punto de caer sobre los aventureros.

¡Cuidado!-dijo una voz y una leve corriente de aire apareció delante de los aventureros, de pronto apareció Salem y con un chasquido de dedos y un giro dejando llevar una capa marrón al son del aire, una brisa con hojas de color azulado rodearon a los aventureros, llevándolos a otra parte escapando por los pelos de la lluvia de flechas que se clavo en el suelo y en los guardias inconscientes.

El grupo de aventureros había aparecido en lo que se asemejaba a una sala del trono de color azulado, estandartes colocados encima de columnas decoraban los lados de la sala mientras una gran alfombra que iba desde la entrada hasta el trono, Salem se giro a los aventureros y dijo: vamos a salir de aquí, seguidme. Entonces se marcho hasta ponerse detrás del trono donde había una pintura en la pared, acerco la palma de la mano y su mano atravesó la pintura. Esta es la salida, debemos volver antes de que nos encuentren-dijo Salem, casi parecía que estaba asustado.
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Podéis postear hasta un máximo de dos veces mas, aquí se termina el rol colectivo con el próximo post de master que serian los acontecimientos tras escapar de la fortaleza. Gracias por haber participado =)

Tras luchar varios minutos una lluvia de flechas iba a caer sobre nosotros como una ola sobre la arena.Un tipo extraño me teletransporto a mi y a mis compañeros a una nueva sala para poder escapar de la lucha. Lo seguí ya que no quería quedarme sin hacer nada así que atravesé junto a él una especie de pared falsa.-Que me esperara ahora-pense tras avanzar el muro que me separaba de la salida.

La batalla prácticamente parecía perdida, al menos bajo mi punto de vista. Me esforzaba a más no poder para mantener los escudos mágicos, pero tanto tiempo efectuando los hechizos me agotaba, por lo que cada vez me costaba más mantener las barreras en alto; en cualquier momento caerían dejándonos más expuestos que antes...

La llegada de un Dragón hizo que albergase algunas esperanzas. Ayudó a derrotar a varios enemigos de un solo golpe, pero eran interminables... ¡aquello parecía no terminarse nunca!

-¡Nos vamos a convertir en polvo como esto siga así!-exclamé mientras, completamente derrumbada, cortaba los hechizos, sintiendo mis fuerzas mermadas-¡Son demasiados!
Ya apenas mantenía un hálito de fé en poder salir, cuando vi como una lluvia de flechas se precipitaba contra nosotros. No lo pude resistir, y oculté mi rostro entre las manos mientras que ahogaba un grito, esperando mi final.

Pero este no se produjo. Salem, aquel misterioso personaje, nos había salvado y ahora nos mostraba la salida de aquel lugar mil veces maldito. Si por mi fuera, me lanzaría contra aquel portal como un rayo, en busca de la calma de mi hogar silvano.
-Yo no estoy hecha para esto-musité en élfico-Esto no es para mí...

El cansancio empezaba a hacer mella en mis energías, la batalla parecía decantarse por los guardias hasta que llego un dragón negro, lo reconocí, el mismo dragón de aquella cueva, era Piros, bueno… con él luchando en su forma de dragón podríamos tener esperanzas de vencer, entonces oí un cuerno de guerra y el cielo se nublo. Mis esperanzas empezaron a caer cuando una lluvia de flechas avanzaba por el cielo en nuestra dirección, entonces fue casi cuando desespere cuando apareció Salem y con un chasquido nos llevo con un hechizo a lo que parecía una sala del trono.

Entonces Salem se metió detrás del trono seguido del grupo y yo decidí seguirlo también, una pintura en la pared nos recibió y vi con mis propios ojos aun sin creérmelo que había a travesado la pintura, los demás iban atravesando la pintura. Yo no pienso quedarme aquí-dije mientras caminaba rápido apoyado en mi báculo, me pare a unos centímetros de la pintura y fui avanzando poco a poco atravesándola.