Cinegética de cazadores

- Yo no esperaría mucho, las leyendas, aunque tienen algo de realidad no dejan de ser eso, leyendas-

¿Por qué estaba siendo tan desconfiada? normalmente no era así, tal vez por la situación en la que nos habíamos encontrado o por el comportamiento extraño que tenían a su alrededor incluido alby se estaba comportando extraño a su alrededor. Pero algo no me gustaba, los animales le gruñían o se asustaban entramos y cerré la puerta, Los animales de Piro no tenían un buen aspecto, parecían desechos o más bien entristecidos por la desaparición de su amo,

Me agaché y unos cuantos se acercaron definitivamente notaban que algo no estaba bien, me levanté con Luna ahora en mi hombro y pregunté:

-Bien, ¿algo que decir?-esperé alguna respuesta y después pregunté-¿algún plan?

Andaba en círculos en medio de esa sala, intentando recordar o hacer un plano mental de la casa, solo había estado una vez y solo había visto pocas partes de la casa, como el patio, su localización, los cuartos de invitados y aposentos, pero gracias a la lógica podría averiguar las otras partes de la casa.

Bueno, me parece que podemos vigilar esta noche a esos mercenarios, tengo un método-dije mientras extendía mi mano y realizaba la invocación mas básica que tenia, con la mano izquierda estirada y con los dedos apuntando al techo, sobre mi palma apareció una esfera de luz- Zelenia, ¿serias tan amable de buscar a unos cazadores furtivos y espiarlos? Me parece que con mi poder y la ayuda de mi báculo podría incrementar la distancia límite.

De acuerdo, hacia mucho que no te veía, pequeño-dijo una voz femenina proveniente de la esfera que se fue alejando por el edificio hasta desaparecer.

Bueno, ahora tenemos la noche tranquila ¿Quién se apunta a explorar la mansión? A ver que podemos encontrar comestible en la bodega-dije frotándome las manos mientras mi báculo seguía alumbrando en mi espalda.

—Tengo pertenencias de uno de ellos, si quieres usarla para rastrear el aura o mana hasta su guarida pues toma— tanteé como ayudar a Alby en la búsqueda, pero si prestaba atención yo mismo sabría llegar hasta ahí, tal vez no de noche. Es que no entendí su invocación.

—Mientras, no se preocupen que me encargo de buscar en la bodega, pónganse cómodos que les agradeceré la compañía, para empezar, con este pequeño servicio— aclaré yendo a buscar la comida para todos para entretanto se pasaba la noche... —Y también me daré un baño, a este lugar lo puedo aprovechar mejor aún.

No tardaría mucho, no tenía apuro, pronto volvería de la bodega con la cena; además necesitaba unos segundos a solas para respirar hondo, me estaba costando sostener mi amabilidad entre tanta sospecha y no quería desequilibrarme: si lo hacía, pronto a mi mentira no la podría sostener más y sucedería lo que me suele pasar mintiendo... Uy que bochornoso era tan sólo pensarlo, y para colmo al que le absorbí la vitalidad no tenía tanta luz como corrupción, el hambre me estaba volviendo y esa elfa irradiaba con excelente nitidez.

No sabía si seguir a Abysso por lo sospechoso que me resultaba o ir junto a Alby a inspeccionar la casa, finalmente me decidí:

- Yo voy contigo Alby, tengo curiosidad por ver la casa además me gustaría ver si hay más animales por aquí-sonreí y luego dejé a Luna en el suelo, sin que nadie me escuchase le susurré- sigue a Abysso, no acabo de fiarme de él, su comportamiento es extraño,-más alto dije- ten cuidado, no rompas nada ni hagas ninguna trastada.

Me puse al lado de Alby y esperé a que el abriese la marcha

Al parecer Abysso quería ir a buscar la comida a la bodega y nadie tuvo ninguna objeción en contra de que fuera él, mientras tanto Alanna decidió acompañarme a explorar la casa, pero primero dejando a un conejo en el suelo que se marcho tras el chico. Tal vez ella también estaba desconfiando de nuestro compañero, sin alargar la espera comencé a caminar por el pasillo en dirección a las escaleras que conducían a la planta superior.

Tras caminar un rato me detuve para iniciar una conversación con mi compañera. Tu también has notado algo en nuestro querido compañero ¿verdad?-dije mirándola a los ojos, seguramente si habría notado algo pero tal vez no lo mismo que yo, así que sería mejor compartir lo que había notado- Extrañamente nuestro amigo huele a azufre, yo no sé de ningún mestizo que tenga ese olor, tampoco de ningún dragón… es más un aroma… demoniaco que de un gran reptil.

¿Tú has notado algo aparte de que los animales no le aprecian mucho?-pregunté añadiendo una nueva frase a la conversación.

Cuando regresé con la comida me dirigí al comedor, comencé a prepararla dejando la mesa pronta con las cosas en su lugar; en lo que la olla se calentaba fui a tomar el tan deseado baño, era un espléndido lugar el cual hubiera codiciado tener en algún momento de mi infancia... lástima que las bestias rondaban por doquier y aún me gruñían a la distancia como vigilando mis pasos.
—Este sujeto sí que sabía de lujos y estilo— me dije en voz baja luego de haber encendido la última vela para recostarme.

No podía disfrutar mucho de la elegante bañera aún cuando la olla al fugo fuere a demorar, es que hacía tanto que no disfrutaba ese tipo de placeres sólo porque sí que...
—¿Y tú que miras?— una especie de perro muy grande y negro se frenó frente a la puerta a observarme, se echó a mirar como vigilando... —¡Oh qué bien! ¿por qué no se buscan una vida? ¡¿Hay alguien aquí que entienda el concepto de privacidad!?

El can hizo una especie de ronquido burlón hacia mi irritada actitud y me obligó a salirme; es molesto ser interrumpido en el auge del regocijo sólo para después notar que uno está mojado y debe secarse.

hacia rato que mi padre se había ido a dar un paseo y yo me aburría sola asi que decidí salir a buscarle, Con abrigo y bufanda en mano salí siguiendo las huellas que había dejado alby, El camino era largo y me costaba andar por la nieve,cada vez me paraba más ya que había un monton de cosas interesantes por ahí, las formas de los hielos, los pequeños charquitos helados... pero al final llegue al paso del este. Había un montón de pisadas, algunas de un lobo "tiene que estas por aquí, seguro"
¿Papi? ¿donde estas?

Alby se detuvo y me contó sus sospechas:

-Si, hay algo en el que me da mala espina, llámalo intuición o tontería, pero algo no es normal. Azufre?-pregunté cuando me informó- yo tampoco había escuchado nada de eso nunca, tienes razón, he leído bastante sobre estos temas y las únicas razas con ese aroma son las demoníacas, y si tenemos en cuenta lo que provoca a los animales no sería de extrañar que nuestro nuevo amigo-dije esta última palabra con énfasis- nos está mintiendo.-suspiré- No te preocupes, acabaremos descubriendo la verdad, he mandado a Luna a espiarlo, Luna es la conejita que ha saltado antes de mi hombro, me la regaló Piro-dije con aire un poco triste que despejé enseguida para concetrarme en lo que teníamos ante las narices- Si hace algo raro nos lo contará. Y por suerte te tenemos a ti, que si te transformas entenderás perfectamente lo que diga.

Le lancé una sonrisa brillante y seguí andando.

Escuche lo que me contaba Alanna con los ojos cerrados, cada uno había averiguado cosas por su cuenta, ahora las piezas empezaban a encajar, el aroma a azufre, el extraño comportamiento de los animales en su presencia. Si nos había mentido sobre que era él ¿Quién podría decir que también nos había mentido sobre los cazadores? Tal vez lo estábamos salvando de una gente buena que intentaba cazar a un ser de las tinieblas. Tenía que meditar sobre el tema así que aprovechando que tenía una ventana al lado me quede observando el paisaje de la noche, un lugar boscoso y oscuro pero mi mirada se detuvo en una pequeña figurita cerca de la mansión.

¿Un atacante? No, si fuera uno, tendrían que haber más junto a él-dije sin darme cuenta de que hablaba en voz alta, al darme cuenta mire a Alanna y añadí- Voy a comprobar. Acto seguido, realizando un conjuro básico, mi cuerpo se cubrió de luz y se fragmento en cientos de luciérnagas que atravesaron el cristal para después juntarse en el suelo delante de la mansión.

Al recomponerme lo primero que hice fue comprobar que está completo, sí, no me faltaba nada, entonces me encamine a donde se suponía haber visto a esa figurita. Tras caminar un rato en la oscuridad del lugar, mis ojos se toparon con una mirada llena de inocencia y que sin duda no esperaba encontrar en ese lugar.

¿Samy? ¿Qué estás haciendo aquí? ¿No te había dejado con mi hermana? O sea, tu tía-dije mientras la cogía en brazos.

Salí de los pasillos de arriba, después de todo relajarse no era una opción allí entre tantas criaturas entrometidas y fue cuando lo ví de casualidad, un conejo, era como si él no hubiera querido que lo vea pues intentaba disimular su presencia entre los muebles y sombras; lo raro era ver un animal como ese andar entre bestias.

En la cocina la comida estaba a punto, ordené todo y serví la mesa...
—¡La cena está servida!— exclamé y fui a buscarlos pues tan grande el lugar tal vez no me oirían; fue cuando me encontré con Alanna girando hacia el corredor desde las escaleras:
—Milady que sorpresa, la comida está preparada y si sabe donde anda el señor Rocnus lo iré a buscar; encontré comida vegetal y poca carne en buen estado así que será un sano sustento esta vez, ni que hablar de que había un vino muy bien añejado en los barriles de la bodega, en fin, ¿dónde está?

La oscuridad era cada vez más intensa y mi alegría iba mermando a su vez .Cuando ya me estaba empezando a cansar y las manos se me estaban insensibilizanco debido al frio producido por tocar la nieve escuche pasos que se acercaban .Espere paciente y curiosa ,y vi a mi padre.
¡¡¡¡¡Papi!!!!
Fui corriendo a abrazarle sonriente, Escuche sus preguntas y arrugue la nariz
Es que me aburría, y la tía estaba distraida....ademas ¡¡yo quería hacer muñecos de nieve contigo!!
Argumente a mi favor, convencida de que hacer muñecos de nieve era una cosa tan importante que valia la pena perderse un poquito para conseguirlo.

Vi a Abysso y me informó de que ya estaba lista la cena, y que buscase a Alby, noté como Luna se colaba en mi bolsillo y entonces asentí con la cabeza me giré hacia la ventana y pegué un salto hasta el árbol más cercano a unos pocos centímetros de la ventana y bajé no muy lejos se escuchó una voz suave pero aguda, me acerqué y vi a la hija de Alby, fui corriendo y le di un achuchón a la pequeña:

-Hay que ver cómo has crecido, si cuando te vi eras poco más grande que mis manos juntas. Estás guapísima, pero ¿qué haces aquí?-Me di cuenta de que igual no me recordaba y me separé un poco para poder agacharme hasta su altura y mirarla a la cara- Perdona-dije acariciándole la mejilla- no debes recordarme, me llamo Alanna, y podría decirse que soy tu padrina, te vi nacer sabes?-le dije sonriendo, suspiré y me giré a mirar a alby- No se si dejarla entrar en casa de Piro estando allí nuestro amigo es la mejor idea, pero hace más calor y está la cena hecha, tu que piensas, tampoco podemos dejar que se apropie de la casa de Piro, no creo que le hiciese gracia volver y verla habitada por un desconocido.

Dije esto último sin muchas esperanzas entonces saqué a Luna y le dije a Alby:

-¿Te parece si antes escuchamos lo que nos tiene que decir?- cogí a Luna en brazos y se la pasé a Astrid- ¿quieres cogerla? es blandita y está calentita, además no muerde, ¿te apetece sujetarla?

Yo mirando a los hermosos ojos de mi hija escuchaba como decía que se aburría y que quería hacer muñecos de nieve, como si fuera lo suficientemente importante para fugarse por la noche, estaba claro que aun era muy pequeña y traviesa.

Samy, es muy peligroso salir de noche, te lo he dicho miles de veces-dije colocándola en el suelo al mismo tiempo que llegaba Alanna la cual saludo a mi pequeña, parecía alegrarse de verla después de tanto tiempo sin poder vislumbrarla, la última vez fue el día en que nació y de eso ya habían pasado siete años.

Despues de eso me comento lo de la casa de Piros, me decía que no le haría mucha gracia volver y ver su hogar habitado por un desconocido a lo que yo respondí: tranquila, ese era su antiguo refugio, tenia pensando abandonarlo desde hace mucho pero aun no habia encontrado un momento para mudarse. Tendré que imaginar que se dejo a algunas criaturas aquí cuidando el lugar.

Entonces vi como me sugería lo de hablar con Luna, la cual se la ofreció a mi adorada Samatha, mi mueca fue una mítica cara de risa. Casi no podía contener la risa mientras miraba a Alanna mordiéndome el labio inferior. A… Alanna… no es muy buena idea… darle una coneja a una chica gato-dije casi riendo mientras miraba a Samy- No te lo puedes comer-añadí con un tono de broma aunque sabia en el fondo que lo decía en serio.

Allí estaban y desde arriba los veía, como si fueran familia, era algo con lo que no me identificaba para nada pero me dolía por tener deseos de ello, el apego a esas emociones no me dejaba vaciar mi mente y poco a poco me sumergía en la corriente de pensamientos que buscaban permanencia y seguridad donde no había, pues todo está en continuo cambio.

Entre recuerdos ví a algunas de mis víctimas, aquellas que me marcaron emocionalmente, me recordaban la poca empatía que podía crear con seres menos corruptos que yo; en mi naturaleza había hambre, al ver a esa pequeña llegar aquello comenzó a asediarme la mente de manera constante...

Spoiler:

...era imposible sobrellevarlo al verlas desde mis recuerdos, siendo engañadas por mí como lo fueron otras bajo otras artimañas.

Me sujeté la cabeza y golpeé una pared al salirme de la ventana para no ser visto sufriendo, sólo debía dejar de creer para comenzar a ver, pero mi voluntad no me permitió atender mi respiración y la meditación no afloró como solía usualmente. Me alejé hasta treparme al techo desde otra ventana al otro lado de la mansión, sentado allí me contuve con mi hambre razonando que no las vencería con el mago cerca; fue cuando la ví como si la hubiera traído el invierno a curiosear hasta la parte trasera de la mansión...

Spoiler:

La sorprendí, ella era un hada invernal y petrificada del susto simplemente susurró por clemencia; ella tenía la cantidad de vitalidad que necesitaba para el amanecer que aún no llegaba y el resto del día. Su alarido antecedió su muerte así como inundó en ecos la zona; todo había terminado en segundos, no la conocía y no la conocería, mi hambre estaba apagada y como si nunca hubiera sufrido ya podía volver a reunirme con ellos tres en el comedor, a presenciar la cena.

Volvía arrugar la narizPero a mi la noche me gusta!! no me parece peligroso-...
En ese momento llego una chica que me abrazo y empezó a hablar, Yo la mire sin comprender hasta que se presentó y entonces le sonreí y la abracé¡Hola Alanna! ¿nos vas a ayudar a hacer muñecos de nieve?

Alanna y mi padre hablaron de cosas que no comprendía, Allana me ofreció una preciosa conejita y se me iluminaron los ojos y alargue las manos para agarrarla-¡conejito!Mi padre me aviso que no podía comermela y baje las orejas, pero luego volví a subirlas y sonreíPrometo no hacerle nada malo Dije con casa sería A los animales blanditos hay que mimarlos y cuidarlos

-Vale, puede que no haya sido la mejor idea del mundo-le dije a alby- pero me fío de ella.-después de que ella hablase dije- ves? no hay problema, ya hora será mejor que nos demos prisa en escuchar lo que tiene que decir Luna y luego entremos, empezará a sospechar si tardamos mucho.

El tiempo jugaba en nuestra contra ya que cuanto más tardáramos las probabilidades de que nuestro compañero sospechara algo aumentaban. No tarde mucho en adoptar la forma de lobo para así poder conversar con la mascota de Alanna, la idea podía poner a prueba la cordura de una persona, yo hablando con una coneja, seguramente me llamarían loco.

La primera impresión de la pobre criatura fue asustarse y revolverse en los brazos de mi pequeña, lo primero que realice fue alargar las distancias dos o tres pasos para luego hablar en un lenguaje legible para los animales.

Tranquila, pequeña, no te voy a hacer nada-dije con la mas amabilidad posible que pudiera con mi segunda forma. El animal pareció tranquilizarse algo pero seguía asustada, el instinto le debía de decir que no se fiara de mi pues yo era un gran lobo y ella un pequeño conejito.

Tranquila, Alanna me ha pedido que te diga que me cuentes lo que has averiguado sobre el chico-le explique lentamente y sin alzar la voz para que no se alterara o se aterrorizara. Miraba a la criatura blanca a los ojos y en estos veía nerviosismo, entonces fue la primera vez que escuche la voz de la mascota de la Doncella de los Bosques.

Una joven y tierna voz femenina murmuro: Ama… El ser estuvo en el baño un buen rato… después preparó la mesa, nada sospechoso…

Yo baje las orejas con algo de decepción pero a la vez de alivio, no había hecho nada, por el momento. Gracias, pequeña-dije para después volver a mi forma humana, me gire hacia Alanna y se lo expliqué.

Al comedor no fui, tendría que fingir que comía o algo así...
Me recosté en unos cómodos almohadones en la sala principal y cerrando los ojos comencé a escuchar todo lo que mi oído podía captar de mi alrededor silenciando todo lo que mi mente tendría para aportar en mi interior.

Ahora sí, ya no me sentía molesto por la vigilancia de las mascotas del tal Piro, sabía que no me harían nada pues yo no les haría nada, además si me mantenía cercano a Alby con su magia blanca y a Alanna de naturaleza élfica... sí, todo marcharía a mi gusto el resto de la noche, pero relajado por mucho tiempo no estaría sabiendo que en cualquier momento de la mañana los oponentes comenzarían a organizar la búsqueda, el rastreo, de seguro se dividirían en dos grupos de seis aunque no contaban conque ahora eramos cuatro y no dos; estarían preparados esta vez ¿Cuánto más?

*mire a alanna y a mi padre con curiosidad mientras acariciaba a la conejita, hablaban de alguien a quien no conocia*
-¿podemos entrar entonces? Empieza a hacer Frío....
*dije con voz débil empezando a tiritar, quería hacer muñecos, pero la caminata me había adejaso agotada y helada yo me aferraba a al conejito que me calentaba con su cuerpo y me hacía cosquillitas en la barbilla *

Después de escuchar la explicación de alby miré a su hija y sonriendole le tendí la mano y esperé a que me la cogiese:

-si, será mejor que entremos o te resfriarás, vamos?

Mientras emprendía la marcha seguía pensando que el comportamiento de nuestro otro compañero era bastante extraño y mientras andábamos dije:

-¿Enserio piensas que es normal que nada más entrar a una casa extraña y sabiendo que los animales que la vigilan no te aprecian mucho es lo más lógico ir a darse un baño? no me cuadra, se que no está bien que piense así pero hay algo con ese chico que no me gusta

Dije hablando un poco bajo y con voz algo alarmada.

Escuché a mi pequeña sugerir que entrásemos porque empezaba a hacer frio aquí fuera, a lo que Alanna añadió que se podía resfriar si nos quedábamos fuera, así que todos optamos por entrar a la mansión. Por el cal mino de regreso, mi compañera me comento que no era normal que Abysso se fuera al baño a darse un baño, a lo que mi cara se quedo entre una seriedad y que le acababan de decir una absurdez.

Querida Doncella de los Bosques, se nota que nuestro compañero ha sido educado en la sociedad humana, a diferencia de vos, que habéis crecido en la civilización elfica, puede que os resulte extraño pero por mi parte lo veo lo más normal del mundo, además ¿a quién no le gusta un buen baño?-termine de hablar con una pequeña carcajada, sinceramente, me parecía normal que alguien fino y educado se diera un baño, además de aprovechando la ocasión de que no habría nadie que lo interrumpiese. Estaba seguro de que Piros había enseñado a sus mascotas a no entrar en ese lugar mientras estuviera ocupado.

Por estar relajándome acostado me había comenzado a quedar dormido, aún sin estarlo una densa pesadilla me atacó sorpresivamente...

—¡Ya lo tenemos, sigan disparando!
Los mercenarios me perseguían, tenía una flecha atravesando mi hombro y a donde corría allí aparecían de un lado u otro.

Mis poderes no funcionaban correctamente y ya no sólo sangraba, sus golpes eran tan duros como los de un demonio nacido de dos demonios de clase alta; encontré a mis semejantes, nada iban a hacer para ayudarme pues yo era un demonio de raza inferior sin segunda forma.

—¡Alanna!— grité al verla junto a Alby, de seguro me ayudarían...
—Eres un traidor, un mentiroso, eso no es vivir ¡es dañar!— me respondió ella enseguida que Alby utilizó su mágia blanca para desvanecerse junto a ella frente a mis ojos.

Me tenían cercado, no tenía a dónde huir... dos flechas más me inmovilizaron penetrando mi espalda y bíceps crural; todo se oscurecía poco a poco, me abucheaban y se burlaban, el dolor era incómodo y sudando como si fuera humano comencé a marearme.
—¡NOOO!
Me levanté voceando con agonía en un sobresalto bastante tétrico. Sólo había sido una pesadilla, eso había sido, ¿y por qué no para mi pecho de latir tan apresurado?

No pude menos que sonreís alegremente cuando dijeron que podíamos entrar en la casita, le cogí la mano a Alanna tímidamente y nos diriguimos todos juntos a la casa. Ya cerca de mi padre me sentía más segura y la conejita era muy graciosa, no paraba de mirarla continuamente para ver lo que hacía y la imitaba moviendo las orejas o arrugando la nariz como si moviese unos bigotitos imaginarios
¿Por que los gatitos y los conejos tienen bigotes?¿ Son primos lejanos o algo parecido?
Pregunté con inocente curiosidad mientras sonreía, Tenía muchas preguntas que hacer, la tía Arwen me las respondía si se las preguntaba , pero era más divertido verlas al exterior que escuchar una explicación encerrada en casa. Cuando llegamos a la casa me solté de la mano de Alanna y corrí a la puerta
-¡¡Hay animalitos!!
para mi la presencia de animales en una casa era como encontrar un tesoro escondido durante miles de años, Fui dando saltitos alrededor de la habitación mirandolo todo y mirando a cada animal cuando ohí un ruido en otra habitación.Me pare extrañada y me volví hacia mi padre
hay fantasmas en esta casa?

La pequeña Astrid hizo una pregunta justo antes de que entrásemos a la casa, justo antes de poder responderla empezó a corretear jugando con los animales, entonces se escuchó un grito, y ese grito llevaba mi nombre grabado, salí corriendo escaleras arriba y llegué al cuarto del que había salido el chillido, en el cuarto estaba Abysso, bastante alterado, suspiré y me senté a su lado, le sonreí de forma conciliadora y le pregunté:

-¿Estás bien? Ha sido solo un sueño, tranquilo.

Al abrir los ojos allí estaba la elfa... ―Sí, una pesadilla, sólo eso― le respondí. Estaba sentada a mi lado, mi agitación declinó y erguí mi torso a sesenta grados apoyándome en una mano para verle; tal vez era su naturaleza luminosa, no sé, pero inspiraba calma desde la nada.

La veo llegar también a la felina entonces, la usé de excusa para no quedarme ahí inmóvil junto a Alanna lo cual se me tornaba ... no importa, ''incomodidad" no es la palabra.
―Hola niña, un gusto conocerte...

Los niños me incomodaban, para colmo no era humana, su parte salvaje la hacía más irritante a mis ojos; lo raro es que no era como la gente felina que yo había visto, había algo en sus rasgos que revelaban algo más.

―... me llaman Abysso, ¿quién eres?― saludé agachando mi cabeza para evitar contacto físico y demarcar límites de espacio personal.