Me estaba paseando por la torre arcana del oeste, buscando algo de trabajo como alquimista, cuando ví una bonita mesa de color caoba. Me acerqué y sentandome me imaginé que era alguien importante, y después moví la silla en dirección a una de las ventanas, para observar el paisaje. Aunque no me dio mucho tiempo, ya que a los pocos segundos escuché detrás mio alguien que me pedía una hibridación con un licántropo, y también escuché el ruido de unas monedas al caer en la mesa. Cuando me giré y para mi sorpresa, vi a Skulin. Sonreí gratamente y le dije: -Hombre, tu por aquí tabernero. Bien, te hibridaré, pero necesito que hagas ciertas cosas:
- Traeme un lingote de plata.
- Traeme un lobo negro.
- Traeme una flor también negra.
- Traeme las cenizas de un vampiro.
- Respondeme la siguiente adivinanza:
Sin ser garra desgarro, en una cueva vivo y nunca salgo. Mi color es el de la nieve y en mi cueva siempre llueve, ¿Qué soy?
Eso es todo, traemelo y tendrá lugar el ritual.