Sentía que iba muriendo poco a poco... Volaba cada vez mas bajo hasta que no pude mas y descendí hasta llegar a un callejón de la inconfundible Rosbasha. Necesitaba sangre... No podía mas... Me quedé dormida encima de unos cartones y aunque parezca increible me sentía como en casa. Al amanecer desperté confusa y aturdida y me apresuré a encontrar un escondrijo antes de que saliera el sol. Pasé todo el día escondida detrás de una carreta abandonada pensando como saciar mi sed. Tenía un plan perfecto. Me escondería en un callejón, oculta entre las sombras hasta que una presa indefensa cayese en mi trampa.
Socorro! Ayuda!-grité- mi plan funcionó, una joven de sangre dulce acudió en mi ayuda y ... Los detalles son demasiado irritantes para los sensibles asi que voy directamente al final:
-Estoy mas fuerte que nunca.