Misión: Contrabando en Rosbasha.

Era noche de luna llena, la luna se alzaba majestuosa en el cielo de la noche y los guardias esperaban a los que se encargarían de robar los planos, el capitán esperaba en la puerta sur con una mesa alumbrada por una vela donde se situaba el mapa de toda Rosbasha, los guardias daban varias vueltas por la puerta deseosos de saber quién sería el que les entregaría los planes de los criminales. Las casas estaban cerradas al igual que las ventanas y la muralla estaba cerrada, los centinelas en las murallas hacían varios turnos de dos guardias, parecía que no querían que saliese o entrase nadie.

Fui al lugar donde me dijeron que debía reunirme, hice que mi cuervo volara al alzar la mano y hacer un sonido con mi boca, llegué al lugar, había muchos guardias. "Vaya, cuantos guardias." Pensé, me acerqué al capitan, quien tenía el mapa de Rosbasha. - Buenas noches caballero, soy la chica que se encargará de cumplir la misión.- Le dije con una sonrisa en mis labios. Esperé su respuesta.

El capitán dirigió una mirada hacia la chica que acababa de llegar, en su cara se veían varias arrugas y unos ojos plateados, portaba una cota de malla con un casco con varias plumas. Saludos dama de la noche, cuando tú quieras empezamos con esto-dijo el capitán mientras señalaba un área en el mapa con varios puntos rojos- aquí es donde se encuentra la base de los criminales, o al menos eso digieran los espías, esta justo en la entrada este, no podemos llevar un batallón allí por dos simples razones. No podemos abandonar nuestros puestos y los civiles podrían sufrir daños. Cuando estés lista dos de nuestros guardias te llevaran a casi la base del enemigo, tu tendrás que encargarte de robar los planos y volver, que te vaya bien dama de la noche.

Me dió toda la información que necesitaba. Yo le sonreí. "Espero que no sean muy difíciles de robar." Pensé, luego me puse de pie. - Entonces, ¿a qué esperamos? Comencemos la misión - Dije con una sonrisa, hacía tiempo que no peleaba, pero aun así, era bastante buena, y esta misión me serviría para calentar y recordar mis técnicas. Si deseaba explorar todos los territorios que deseaba, necesitaba recordar como poder pelear, alzó la vista, y vió a su cuervo encima del tejado de una de las casas, esbocé una pequeña sonrisa. - No te preocupes, todo irá bien. - Susurré, volví mi vista al capitán. Esperando que diera comienzo a mi misión.

El capitán se levanto con una sonrisa en la cara al ver la determinación de la joven, levanto la mano y dos guardias se acercaron corriendo, uno era un viejo enano que portaba una armadura completa y un martillo en su espalda, el otro era un joven humano de unos veinte años. Acompañad la dama de la noche hasta los alrededores de la base enemiga, después volved, te deseo suerte dama de la noche- dijo el capitán sacando de su bolsillo una pipa. Síguenos, Dama de la noche-dijo el anciano enano mientras se ponía en marcha acompañado del humano. Después de un rato caminando llegaron a los alrededores de un gran almacén, las únicas entradas eran la puerta principal y una ventana abierta en la segunda planta.

Dos guardias se acercaron a mí, luego nos pusimos en marcha, mi cuervo nos seguía desde el cielo, después de un tiempo, llegamos a los alrededores de la base enemiga, solo había dos entradas, la puerta principal y una ventana abierta, sonreí a los guardias en señal de que ya me encargaba de todo, me fui con sigilo sin que los enemigos me vieran y ágilemente escalé y llegué hacia la ventana, asomé un poco la cabeza. No había nadie, entré, era una habitación pequeña y se componía de una mesa y dos sillas. De repente escuché pasos, me escondí tras unas cajas que había allí, abrieron la puerta, escuché que hablaban de sus temas privados. Me dispuse a atacar, salí de detrás de las cajas y le dí un golpe en la cabeza a uno de ellos y al otro lo cojí por el cuello, luego lo lancé contra la pared. Acto seguido me sacudí el vestido. - Bien, estos no han sido muy difíciles de vencer. - Dije, rápidamente salí y empecé a caminar por un pasillo, encontré más guardias. 4 o 5... Me volví a esconder.

Los guardias se retiraron dejándote a ti todo, los guardias o criminales no se percataron de la presencia que escalaba el edificio para entrar en el almacén. La habitación parecía un puesto de descanso para los guardias donde también se guardaban varias mercancías, de pronto entraron dos personas en la habitación que estaban hablando entre sí: Que aburrimiento, vigilar este lugar es aburrido, nunca pasa interesante, no sé porqué guardamos los documentos en…...-dijo uno de los dos pero el otro lo interrumpió- silencio que alguien puede estar escuchando. Te abalanzaste sobre tus enemigos que no creían que había alguien y se llevaron un buen susto antes de caer inconscientes. Al salir al pasillo al rato te encontraste con un pequeño grupo compuesto por un gran y robusto ladrón con un gran martillo, un hombre lagarto del mismo tamaño que el hombre con un bastón con un cuchillo, un enano con una espada y por ultimo un humano con un arco. Fuiste rápida y te escondiste a tiempo, pero el hombre lagarto se paró en seco. Quietos, creo que hay alguien, ¡en guardia!- dijo el hombre lagarto casi dando un grito mientras todos sacaban sus armas y miraban a todos lados.

El hombre-lagarto me descubrió. "Ah... Maldición, me descubrieron... Supongo que tendré que entrar en acción... Son bastantes, pero creo que podré con ellos..." Acto seguido usé mi increíble velocidad, cogí al enano y lo lancé con fuerza hacia el gigante y el lagarto, el humano me dió con la flecha en el hombro, un quejido salió de mi boca, pero rápidamente me kité la flecha y se lo clavé al humano en la pierna, haciendo que este cayera al suelo. Cuando el hombre-lagarto se levantó, cogí el martillo del ladrón y salté, dandole en la cabeza y dejandole inconsciente, el ladrón más grande me agarró,el humano se disponía a atravesarme con una de sus flechas, pero antes de que me diera, le pisé fuertemente el pie al ladrón y me libré de él, dandole la flecha al ladrón, luego cogí al humano por la garganta y lo levanté. - ¿Dònde están los documentos? - Le pregunté.

Al salir de tu escondite empezó una batalla campal entre los criminales y la vampira, agarraste al enano que casi no se entero y lo lanzaste al hombre lagarto, el enano choco cayendo al suelo junto con el hombre lagarto que se incorporo rápidamente. El humano cargo una flecha en su arco que salió disparada hacia tu hombro clavándosete, te sacaste la flecha y se la clavaste al humano que al no tener protección se le atravesó la pierna con la flecha. Cogiste el martillo del enano que seguía en el suelo y golpeaste al hombre lagarto que intento pararlo pero se le rompió el bastón y cayó al suelo inconsciente, mientras tanto el gran ladrón aprovecho que estabas ocupada con el lagarto y te agarro para que el humano que se había colocado contra la pared y cargaba varias flechas en su arco. Golpeaste al ladrón que te soltó a tiempo de esquivar las flechas del humano que se clavaron en el ladrón que cayó hacia atrás, mientras cogías al humano que entre quejidos dijo: Al…. Fondo…. A la…. Izquierda…. Ahí están…. Todos los….- dijo el humano antes de que una flecha le atravesara, dos ladrones armados con ballestas estaban saliendo de la habitación que te había dicho el humano. ¡Muere vampira!-dijeron los ladrones descargando una lluvia de flechas contra ti.

Estaba a punto de decirme donde se encontraban cuando lo mataron sus compañeros. "¿Cómo tienen tanta sangre fría como para matar a un aliado... Y encima no me ha dicho donde están..." Dije, lo solté, y cuando miré, estaban los dos ballesteros echandome una lluvia de flechas, rápidamente me puse detrás de una caja de madera, la empecé a mover rápidamente y se las lancé a los dos ballesteros, pero la rompieron con la ballesta, y entonces me puse detrás de ellos. - Ahora me vais a decir donde se encuentran los documentos. - Les dije mientras les agarré la cabeza con fuerza y les hice que soltaran la ballesta, se arrodillaron e intentaban que quitara mi mano de sus cabezas. - Antes decidme donde se encuentran. - Les dije, mis ojos se tornaron carmesí, estaba enfadada por lo que le hicieron a su compañero.

Conseguiste cubrirte detrás de la caja que se encontraba cerca esquivando la lluvia de flechas que se clavaron en la pared del fondo, avanzaste detrás de la caja hasta que estabas lo suficientemente cerca para lanzársela y saltar detrás de los ballesteros, que agarraste por la cabeza y les obligaste a soltar las ballestas y a arrodillarse. Los ladrones dieron una carcajada al oír lo que les dijiste, de pronto se escucho una voz de ultratumba desde la distancia. De pronto una luz espectral invadió a los ballesteros y a los cuerpos de los ladrones que habías dejado inconscientes. De pronto los cuerpos se descompusieron y de ellos salieron esqueletos armados con espadas y escudo, arcos y cuchillos. Los no-muertos defienden este lugar, únete a la no vida, vampira o perece- dijo la misma voz que había sonado antes y había lanzado un hechizo.

- Malditos ballesteros... - Dije, entonces oí una voz de ultra-tumba y entonces los seres que había dejado insconscientes se descompusieron y salieron sus esqueletos armados, la voz me ofreció unirme a ellos. - No gracias, soy demasiado... "Joven" para morir así. - Dije y entonces descubrí que los ballesteros también se habían convertido en esqueletos, les rompí el craneo y sus cuerpos cayeron al suelo, cogí la espada del enano y empecé a cortar los esqueletos por la mitad y a romper sus cráneos, eran muy numerosos, entonces vi a dos de los esqueletos con arcos, empezaron a tirarme flechas, y no tenía lugar para protegerme, esquivé bastantes, pero una de ellas me dió en una pierna y caí, me la quité con esfuerzo, entonces sentí una sombra y vi a otro esqueleto con una espada, me iba a cortar la cabeza, pero puse la espada para bloquear la suya, le empujé y le lancé la espada, clavandosela enmedio del craneo. [color=orange]"Toma ya, que puntería."/color] Pensé, luego miré al esqueleto que quedaba. Me lanzó otra flecha, pero rodé y la esquivé, cogí la ballesta de los dos ballesteros y le lancé tres flechas en la cabeza, luego, me apoyé en la pared, necesitaba sangre para poder recuperar fuerzas... Pero no había nadie vivo... Me levanté costosamente, y fui hacia donde me dijo el arquero.

Los esqueletos de los ballesteros les rompiste el cráneo y estos cayeron al suelo sin vida, mientras tanto los otros esqueletos avanzaban hacia ti, recogiste una espada y empezaste a cortar a los esqueletos, aunque muchos se protegieron con escudos se partieron por la mitad al estar medio oxidados. Después de una lucha ya solo quedaban dos esqueletos que te lanzaron varias flechas y una te alcanzo la pierna, entonces descubriste que aun quedaba un esqueleto más que intento matarte pero lo derrotaste antes de que te decapitara. Los otros esqueletos después de lanzarles flechas y matarlos te encaminaste a la sala que te indico el arquero, al entrar observaste que era una sala que contenía grandes llamas azules y una estatua de un ser que solo era un encapuchado. De detrás de esta salió una persona vestida con una túnica y estaba encapuchado. Saludos, hermana de la noche, únete a mí y juntos liberaremos a nuestro dios padre, liberaremos al Dios oscuro, únete a los de tu raza, únete hermana-dijo mientras alzaba sus manos al aire y detrás de el salian ocho esqueletos.

En aquella sala solo había una estatua, de repente escuché a alguien, decía que me uniera a ellos, me giré rápidamente, decía que los ayudara a liberar al Dios oscuro, aún siguiendo al Dios Oscuro, no iba a ayudar a un ser tan oscuro, necesitaba sangre, me abalancé a ese encapuchado y absorví hasta la última gota de sangre, luego me levanté, mis ojos estaban más rojos que nunca, era capaz de recuperar la fuerza cuando bebía sangre, así que rápidamente fui hacia los esqueletos, le quité a uno de ellos una espada y les corté a todos la cabeza, dirando sobre mí misma, luego solté la espada y me quedé mirando la estatua, vi entonces otra sala, entré, y había más encapuchados, me quedé escuchando sigilosamente, esta vez fui más cuidadosa y no fueron capaces de verme ni oirme.

El encapuchado cayó al suelo sin una gota de sangre dejando a me día voz su última frase: Mi dios me ha abandonado…. Los esqueletos fueron decapitados por ti fácilmente ya que sin alguien que les diera órdenes se quedaron quietos y no opusieron resistencia. Cuando entraste en la sala que tenían casi oculta detrás de la estatua observaste a muchos encapuchados alrededor de lo que parecía un altar de sacrificios, parecía que estaban rezando. No te distes cuenta pero dos encapuchados te habían agarrado por los brazos, también eran vampiros: hermanos, una de nuestras hermanas se ha unido a nuestra ceremonia y justo a tiempo, necesitábamos un sacrificio. Forcejeabas pero de pronto una presencia te había lanzado un hechizo, no te podías mover, parecía que te había paralizado, los vampiros te bajaron y llevaron hasta el altar. Entonces allí te colocaron encima del altar y te ataron a él, entonces se libero el hechizo. Hermanos hoy con el sacrificio de uno de los nuestros comenzaremos la invocación de los ejércitos de nuestro dios- empezó a decir el que parecía el cabecilla de la banda.

Los encapuchados estaban rezando, pero de repente, dos encapuchados me cogieron por detras y me lanzaron un hechizo que me paralizó, me llevaron a un altar y me ataron a él, intentaba moverme, pero con el hechizo no podía moverme, entonces busqué al que estaba conjurando el hechizo con la mirada y entonces vi a un encapuchado rezando el concurso, silbé y mi compañero picó al encapuchado, este dejó de rezar y rápidamente, mi compañero se fue volando velozmente por una ventana, desapareciendo de la vista de los encapuchados, luego me libré de las cadenas que me ataban, miré a todos los encapuchados. - ¿Qué demonios estáis haciendo? - Les pregunté, estaba rodeado de ellos.

La sangre derramada en el altar de invocaciones traerá devuelta a los generales de nuestro dios, este será liberado…. Liberado…. LIBERADO- grito el cabecilla de lo que parecía una secta de maniacos que intentaban resucitar al dios oscuro de su cárcel. De entre su túnica saco un cuchillo y fue avanzando hacia ti con la intención de apuñalarte para su ritual para el dios oscuro.los demás no se habían movido mientras seguían rezando, en ese momento varios esqueletos mas salieron de una jaulas en el fondo de la sala con espadas y escudos. Te rodearon para que no te escaparas pero siempre podías intentarlo.

Solo siguieron diciendo su ritual, entonces el cabecilla se acercó a mí con un puñal y salieron unos esqueletos. - ¿Me estás subestimando? Porque es una de las cosas que más odio.- Le dije con ira, avancé hacia un esqueleto y acabé con él, luego acabé con los demás esqueletos y fue hacia el cabecilla y le clavé la espada en el estómago, luego me alejé de él, miré a los demás. - Ahora decidme donde están los malditos documentos si no queréis acabar como vuestro jefe. - Les ordené con ira, estaba harta de tantos maníacos, mis ojos estaban aún de color sangre.

Habías acabado con los esqueletos y habías apuñalado al jefe de la secta, entonces te dirigiste a los demás miembros que seguían con el rezo, de pronto sentiste un frio como el hielo en el hombro y una risa macabra. Al darte la vuelta vistes que el jefe seguía vivo y te había cortado el hombro, ahora el encapuchado estaba sin su traje y era una criatura demoniaca, u cara era de esqueleto con una fina piel y sus ojos eran azules con un tono oscuro, se había arrancado la espada y reía macabramente. Morirás y contribuirás a resucitar a nuestro dios-dijo el cabecilla reanudando el ataque.

El jefe resucitó y me clavó la espada. - ¡Me estoy enfadando!- Dije con ira y entonces le paré el ataque y le corté la cabeza, luego fuí rápidamente hacia los demás y los maté a todos decapitándolos menos a uno, lo cogí y lo pegué contra la pared fuertemente. - ¡Dime donde diablos escondes los malditos documentos! ¡¡Escoria!! - Le dije mirandole a los ojos.

Por fin parecía que se acababa esto, el miembro de la secta te señalo un cajón de una mesa antes de sacar un puñal y apuñalarse en el corazón, parecía que la secta se había terminado y ya no molestaría, cuando abriste el cajón encontraste un documento con un sello negro. Era lo que habías venido a buscar y lo que te había pedido el capitán, te imaginabas que sería una gran recompensa pero quizás no. ¿Quién sabe?

El miembro de la secta se suicidó después de decirme donde se encontraba el documento, suspiré y luego volví lentamente hacia la entrada, llamé a mi cuervo, este se posó en mi brazo. - Gracias por salvarme, te debo una.- Le dije alegremente, mi compañero me respondió con un graznido y apoyó su cabeza en mi cara, me reí y fui lentamente hacia donde se encontraba la base del capitán, entré con mi cuervo, me senté y le dí el sobre. - Aquí tiene capitán.- Le dije sonriente, aún con las heridas. - Una cosa más... ¿Podría quedarme aquí a recuperarme de mis heridas? Fue más dificil de lo que pensé. - Le dije con un tono de broma.

La misión llegaba a su fin, habías encontrado el documento y habías entregado este al capitán que se había alegrado de que ya no le molestaran los ladrones ya que podían anticiparse de sus acciones. Cuando le preguntaste eso al Capitán el te ofreció la cama más lujosa del puesto de guardia. Todo lo mejor para nuestra campeona, descansa dama de la noche-dijo el capitán.
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