Misión: Ligero como una pluma, fuerte como una roca.

La costa arenosa donde las temperaturas varían pues aunque la arena suele ser muy caliente es refrescada por la fría brisa marina que azotaba la costa de fuego, las mareas avanzaban sobre la arena para después retroceder otra vez en una armonía en la que se combinaban los elementos.

Mientras tanto sobre la arena reposaba un gran dragón de color verde, parecía muy anciano, hasta tenía dos pequeños bigotes blancos colgando de los dos lados del hocico, tenía unas grandes alas pero con las membranas rotas y una larga cola acabada en una punta en forma de flecha, sus ojos parecían cansados mientras estaba dormido sobre si mismo formando un ovillo.

Los aventureros debían escoltar a aquel dragón anciano al Reino Dragón pero cuidando de él pues podía ser atacado por bandidos, rivales o incluso sectarios que buscaban sangre fresca para sacrificar en sus oscuras artes en nombre de su Dios maldito, no sería una tarea fácil pero tendrían la ayuda del dragón pero muy reducida, solo podían contar con tres halitos del dragón.

Ya estaba muy cerca del punto de encuentro de la misión, en la llanura del fuego, y ya llegaba a divisar el anciano dragón malherido. Era de tonalidad verde y cuando estuve suficientemente cerca pude ver sus pequeños bigotes blancos, típicos en un dragón anciano. A pesar de su aspecto viejo y frágil, parecía muy fuerte y respetable.

Me puse a un costado suyo, me apoyé sobre mi recién obtenido báculo y saludé con una leve reverencia.
-Mi nombre es Dante, a pesar de ser adorador del Señor Oscuro y que prefiera su sangre como sacrificio, se me ha encomendado la tarea de protegerle y llevarle sano y salvo hasta el Reino del dragón.- me puse derecho de nuevo y dije: -Cuente conmigo.
Tras aquella breve presentación me senté en una piedra cercana al dragón, esperando la llegada de mi compañera de misión.

No estaba acostumbrado a trabajar en equipo y mucho menos a tratar con mujeres. Pero esta misión me serviría para retomar el contacto social, cosa que me serviría para mis próximos movimientos...

Descalza disfrutando del tacto de la arena avanzaba hacia el encuentro de mis siguiente reto, escoltar a un pobre dragón herido que deseaba volver a su tierra, la arena parecía arder cuando me adentraba en la playa, pero por la orilla era fresca, y relajante, al cabo de un rato comencé a vislumbrar un montículo verde que apenas se movía, me senté en la arena cercana a la orilla pero sin mojar y me puse las botas, para después salir corriendo hacia el dragón, ya no me importaba que la playa estuviese a mi lado, solo quería que el pobre llegase sano y salvo con las personas que le apreciaban.

Llegué a su lado cansada de correr por la arena y vi a un chico a sentado, me presenté a ambos acariciando el lomo del dragón y a la vez revisando la gravedad de sus heridas y mientras me alejaba un poco para mirar a ambos les dije sonriendo:

-Hola mi nombre es Alanna, y espero servir de ayuda, quiero llevarle sano y salvo, y si en algún momento se siente mal dígamelo, se algo de medicina, bueno, en realidad, decídmelo los dos, intentaré hacer lo que pueda, lo juro por mi Diosa Selian.

Me acerqué al dragón de nuevo, tenía un precioso color verde, pero estaba pálido, por la herida supuse, acariciándole el hocico le dije:

- Le juró que le llevaré sano y salvo.

Y luego me acerqué al chico y tendiéndole la mano le dije:

-Espero que seamos buenos compañeros, y no dudes en confiar en mi para lo que necesites.

Mientras esperaba sentado al lado del dragón vi aparecer a una joven, a juzgar por sus orejas, elfa. Se trataba de mi compañera de misión, se presentó, dijo que su nombre era Alanna y que tenía dotes para la medicina.
Luego se acercó al dragón y, mientras le acariciaba el hocico, le juró que lo llevaría sano y salvo. Entonces fue cuando me tendió la mano y me dijo que podía confiar en ella, me puse de pié y me retiré la capucha para dejar ver mi rostro.
-Yo también lo espero.- mientras mostraba una sonrisa bastante inusual en mí. -Mi nombre es Dante y haré todo lo posible para evitar riesgos innecesarios.- le dije mientras estrechaba su mano y hacía una leve reverencia. -Puede que no lo necesitéis, pero si en algún momento os encontráis en apuros, no dudéis en pedirme socorro y acudiré tan rápido como pueda.-

Volví a fijarme en el dragón y dudé si podía siquiera caminar.
-Será mejor que marchemos ya, antes de que sus heridas empeoren.

El dragón anciano abrió los parpados dejando ver una mirada de color verde, el iris era de color verdosa y el resto del ojo de un blanco amarillento, algunas venas se le notaban en el ojo, observaba a los aventureros que se suponía que debían escoltar al dragón hasta su hogar en el Reino que se erguía entre las montañas volcánicas que predominaban en esta región.

Así que… los aventureros que contrataron… son una elfa y un humano extraño… -pronuncio el dragón lentamente mientras bostezaba, entonces su cola se desenrosco de su cuerpo, el dragon levanto la cabeza y examino a aquellas personas, después miro al frente y lentamente fue estirando las patas para ponerse en marcha para terminar la aventura cuanto antes- Se me olvido una cosa… si necesitáis ayuda, pedídmela y lanzare una llamarada pero estoy cansado y mis reservas se reducen a tres halitos.

Entonces el dragón empezó a avanzar por la playa dejando en la arena las huellas de sus enormes patas, no podía volar pues las membranas de sus alas estaban completamente rotas, seguramente a causa de un combate, por lo tanto deberían encontrar un camino alternativo para llegar al Reino Dragón sin necesidad de utilizar las alas para llegar volando.

El chico, Dante, me respondió a la presentación de una forma amable y el dragón habló por fin. nos miró de arriba a bajo y nos ofreció su ayuda, que si bien afirmó sería escasa, nos la ofreció igualmente. Parecían amables, tanto el dragón como el chico y me sentía confiada cuando el dragón se alzó pude ver en su totalidad lo maltrechas que estaban sus alas, el pobre lo debía estar pasando mal, y el viaje pintaba largo si no podía volar, decidido, me esforzaría todo lo que pudiese para poder ayudar a ese dragón. Me situé al lado izquierdo preparada para ayudarlo en cuanto hiciese falta y contemplé como dejaba rastro por atrás, me detuve:

- Deberíamos borrar las huellas, si alguien nos sigue será peligroso.

cogí una rama grande que vi y comencé a borrar las huellas dejadas a nuestro paso, definitivamente eso iba a retrasarnos. Me volví a parar y sonriendo pregunté:

-¿Alguna idea mejor? esto es muy lento.

Tras mi presentación el dragón empezó a hablar y nos dijo que podía prestarnos ayuda, pero tan solo en tres ocasiones. Entonces el dragón se levantó, dejando ver sus destrozadas alas, sin duda no podía volar. En cada paso que daba dejaba una enorme huella en la arena, cosa que nos ponía en peligro si algún enemigo las siguiera.

La joven elfa empezó a borrar las huellas con una rama grande que encontró, pero dijo que era algo muy lento (Y razón no le faltaba...), así que preguntó si se nos ocurría algo mejor. Algo se me ocurría, podía emplear parte de mis poderes en fuerza telequinética, es decir, empujar la arena contínuamente para borrar las huellas. Pero eso terminaría agotandome y si se diera el caso de batallar, estaría bastante cansado. Así que opté por una ingeniosidad: ¿Y si invocara a un no muerto para que nos hiciera el trabajo de borrar las huellas?

Dicho y hecho. Me quedé quieto un instante mientras pronunciaba palabras prohibidas en voz muy baja, casi inaudible. Entonces apareció un extraño símbolo mágico en el suelo, como si de un portal se tratase y de allí surgió un ser que estaba más muerto que vivo. El ser no lograba encadenar ni dos palabras seguidas, solo gemía/gruñía y decía palabras sueltas sin sentido alguno. El zombie estaba quieto, ahí pasmado. Le di un pequeño empujón y rápidamente cogió una rama de por allí y empezó a limpiar las huellas.

Empecé a reír al ver semejante estampa, un zombie barriendo la arena de la playa con una rama. Hacía tiempo que no me reía de esa manera.

Mientras los dos aventureros sobre como borrar las huellas que producía el dragón al andar, este siguió avanzando hasta que Dante creo aquel portal, el dragón giro su escamosa cabeza para observar a aquella criatura que acababa entrecerró los ojos observando a la criatura que ahora barría las huellas. Increíble… matadores y grandes carnívoros ahora puestos de barrenderos, lo que más increíble es que un mago negro me vaya a proteger de otros magos negros-dijo el dragón pensativo, en ese momento se oyó un leve zumbido y una flecha reboto en la escamosa piel del dragón.

Delante del grupo de aventureros y al que tenían que proteger se encontraban tres bandidos, una parecía una mercenaria elfa oscura con un pañuelo tapándole media cara y una capucha dejándole ver solo los ojos y parte de la piel, llevaba u traje de bandido y portaba un arco decorado con unas calaveras, llevaba el carcaj a la espalda. Junto a ella se encontraban un orco con un martillo de guerra y nada más que un taparrabos y junto a él se encontraba un encapuchado, portaba un báculo de hueso y una túnica negra. No tardo ni dos segundos en lanzar un proyectil de sombra hacia el grupo de aventureros.

Vi como aparecían delante nuestra un grupo que parecía compuesto por mercenarios, uno de ellos lanzo una bola negra nada más vernos, yo actué rápido, cogí una flecha y la lancé, dio directamente en el ataqué que se desintegró junto con mi flecha. volví a cargar el arco esta vez con dos flechas más que fueron a dar directamente a la elfa la cual quedó inmovilizada de un hombro y una pierna, sería imposible que se moviese, el problema venía con el orco y el otro, yo no tenía poder como para luchar contra un mago y contra un orco, bueno, por intentarlo no perdía nada, pero lo primero era acabar con la herida, por lo visto no esperaban una reacción tan rápida así que volví a cargar el arco antes de que consiguiesen reaccionar y una flecha dio en el corazón de la única chica de su grupo, no sabía como reaccionarían pero lo mejor era acabar con eso rápido y seguir nuestro camino.

Delante nuestro apareció un grupo de mercenarios, al parecer eran una elfa oscura, un orco y un encapuchado. El encapuchado lanzó un primer ataque que Alanna rechazó con un flechazo.
La joven elfa acabó con la vida de la mercenaria disparandole hasta tres flechas, la última acertando en el corazón.

El orco miró atónito como su compañera era tumbada por los continuos flechazos de Alanna, entonces se giró buscando con la mirada a Alanna. Empezó a cargar furiosamente, martillo en mano, y yo empecé a correr hacia él también. Mientras corría, me transformé en un gran lobo de oscuro pelaje y seguí corriendo sin reducir la velocidad en ningún momento hasta que se produjo el brutal impacto. Ambas fuerzas choquemos con brutalidad, y diría que no venció ninguno de los dos, pues ambos caímos al suelo. Sin embargo, el orco perdió su enorme mazo que fue a parar a varios metros del impacto, entonces aproveché esto. Me abalancé contra el orco que intentaba incorporarse y lo volví a tirar al suelo, yo quedando en una posición por encima suyo. Me lo pensé un momento, pues no sabía si tendría un sabor vomitivo la carne de aquella criatura, pero le di un buen mordisco en la cabeza de todas maneras. El orco lanzó un tremendo grito, pero yo apreté aún más, haciendo que sangrara a borbotones.

Me puse firme y volví a mi forma humana, me pasé la manga de mi túnica por la boca y miré por encima del hombro al orco que se retorcía en el suelo, convulsionando. Para asegurarme de que no nos daría más problemas le apunté con mi mano y disparé una saeta oscura en la cabeza del orco, provocándole una muerte instantánea.

Mientras, el encapuchado parecía contemplar el espectáculo con indiferencia.

Montar por periodos tan prolongados no era muy agradable para mi, estaba de mal humor, me dolia el trasero por la montura y estaba empapada por la tormenta anterior, necesitaba descargar mi rabia con cualquier cosa que tuviera cerca y justo cuando mi hermano se lanzo a cabalgar a toda velocidad hice lo mismo desmontando y uniendome al grupo al mismo tiempo que nathan, mire su gesto y asenti - Por supuesto... lo se lo se...- De mis brazos y espaldas surgieron unas cadenas, en varias partes de ellas poseian pinchos y las puntas estaban terminadas en cuchillas muy bien afiladas, Me lanze vorazmente como una fierqa sobre aquel encapuchado, mis ojos estaban cegados de furia tanto que en el momento que mis cadenas le atraparon y sujetaron solo pudo emitir un grito de dolor el cual quedo ahogado entre espasmos y borbotones de sangre, le levante por encima de mi haciendole bailar como una marioneta dejando caer una suave lluvia de sangre encima de mi la cual recibi gustosa al tiempo que aquel cuerpo era despedazado y lanzado en varias direcciones, o lo que quedaba de el... - Nada como esto para arreglar un mal dia...-

Tras un duro enfrentamiento los asaltantes fueron derrotados e hicieron entrada los nuevos miembros del grupo, tal vez unos miembros que se habían retrasado para llegar, la batalla había concluido pero eso no quería decir que ya no habría más peligros, ni mucho menos, habría más obstáculos en esta misión cual objetivo era llegar al Reino Dragón. El dragón de escamas verdosas observó interesado a los nuevos integrantes en el grupo, en especial a aquella muchacha de la cual salían extrañas cadenas.

En toda mis años de vida no había visto una habilidad más rara que la tuya, muchacha-dijo el dragón agachando la cabeza para observar de cerca a la chica, tras un rato mirándola el dragón volvió a subir su cabeza y retomo la marcha, no tenía tiempo para quedarse parado pes cuanto más tiempo paraban serian un blanco fácil para los asaltantes y además de que el dragón podría perecer a causa de sus heridas pues podrían agravarse.

Quedarse quieto era una mala idea pues tal vez aquellos asaltantes eran exploradores y si no volvían querría decir que les habían pillado por lo que enviarían mas y mas grupos, por lo que quedarse parado en mitad del camino era peligroso.

Observe a la bestia, luego me limpie la cara con un pañuelo y desvie la mirada a los otros 2 contratados para la mision, una elfa y un sujeto de pintas raras, bueno almenos el viaje prometia no ser aburrido, descargue un bulto de mi caballo y lo coloque a mi espalda, tome tambien un pequeño bolso de color piel y mande al caballo de regreso a casa como habia hecho mi hermano - Tranquilo dragon no estoy aqui por tu cabeza, mi trabajo ahora es protegerte solo no hagas nada extraño... solo elimino a dragones problematicos... y bien? continuamos el viaje o nos quedaremos aqui parados todo el dia? -

Ya habíamos empezado a andar cuando el chico que había venido en nuestra ayuda habló, era Nathan, un antiguo compañero de misiones, y la otra chica, la que tenía el extraño poder por lo visto era su hermana, esperé a que ambos terminasen de hablar y sonriendo dije:

-Encantada de volver a verte Nathan y de conocerte Naisha. Mi nombre es Alanna, espero que podamos llevarnos bien.

Mientras esperaba una acción del encapuchado, un par de compañeros que debieron retrasarse acudieron al campo de batalla. Solo la chica terminó con el encapuchado valiéndose de una extraña técnica, de sus brazos y espalda surgieron unas cadenas que alzaron al encapuchado y lo despedazaron.
Me encantó semejante espectáculo...

Después de eso el dragón habló un momento con la extraña chica y retomó su marcha. Los nuevos compañeros se presentaron, se trataba de Nathan, paladín de Rosbasha, y Naisha, asesina de dragones. Por lo visto eran hermanos. Alanna se presentó a ellos, aunque parecía ya conocer a Nathan.

-Un gusto compartir misión con vosotros, mi nombre es Dante.- dije intentando parecer tranquilo y natural, pero seguía poniéndome nervioso al hablar con gente nueva. -Esto... impresionante escena, Naisha, no?- aunque era incapaz de mirarla a los ojos mientras hablaba, por lo menos ya no tartamudeaba. Era un paso, tal vez algún día logre no ponerme nervioso...

Empecé a seguir al dragón, no era seguro quedarse quieto en medio del camino.

Los dos nuevos participantes de esta empresa se habían dado a conocer como Nathan, paladín de Rosbasha y Naisha la asesina de dragones, era un titulo que no parecía concordar con el tipo de misión que estaba realizando, aunque la guerrera le había dicho que solo se encargaba de dragones problemáticos por lo que no debía hacer nada raro si no quería enfrentarse a aquella chica. Entonces los otros dos miembros del grupo, Alanna parecía conocer a Nathan mientras Dante se dedicaba a felicitar a Naisha por aquel sangriento espectáculo mientras que el dragón seguía avanzando por aquella caldeada.

En el horizonte empezaban a verse algún par de montañas, tras un rato andando el grupo llego a una zona en la que abundaban grandes rocas, de pronto en el cielo la sombra de un ave apareció en el centro del brillante sol. Una corneta de guerra sonó y de entre las piedras saltándolas aparecieron parte de los bandidos, serian unos diez, puede que algunos mas, era una emboscada y os estaban rodeando, bandidos de casi todas las razas con arcos, espadas, martillos y gran variedad de armas.
Con un grito de guerra emprendieron una carrera contra el grupo.
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Podéis matarlos pero master se encargara de decidir si han muerto todos o no.

Al llegar a una zona muy rocosa una especie de asaltantes nos atacaron de repente, eran tan rápidos que no pude coger mi arco, pero si un par de flechas, con las que empecé a atizar puñaladas a Diestro y siniestro, siempre intentando alejar al numero que pensaba podía vencer a corta distancia de mis compañeros y como no del dragón, conseguí que dos me siguiesen, uno distraído hablando con el otro fue fácil de vencer, el otro ya se esperaba mi ataque, así que esquivé un intento de cortarme con un cuchillo y dándole en las manos con las flechas como si fuesen mazas haciendo que soltase las armas y un alarido y le clavé una de las puntas de las flechas en el corazón.

Tras comprobar que estaba muerto intenté acercarme para ayudar pero una bandida se acercaba hacia mi con una enorme espada sostenida con ambas manos, se movía de forma bastante lenta, sería fácil de esquivar, así que esperé a que estuviese muy cerca de mi, esquivé su estocada y le clavé la flecha hasta que noté como su vida se escapaba.

Me dirigí corriendo hacia mis compañeros, odiaba matar, pero aún odiaba más que matasen a mis compañeros y a las personas que me importaban, así que seguí adelante dispuesta a colaborar, llegué donde ellos estaban y me puse frente a nuestro enorme protegido y me puse en guardia, nadie se acercaría a el sin pasar antes sobre mi.

Deje caer el bulto que llevava a cuestas al suelo y lo desgarre sacando de el un par de espadas, empuñe ambas y comenze a luchar, por una parte golpeaba las espadas de mis adversarios y a ellos mismos con mis armas, y mis cadenas lentamente comenzaban a salir nuevamente y atacaban a los enemigos - Mas hace falta mas que esto malditos bastardos!!!-

Mientras proseguíamos la marcha, nos emboscaron un gran grupo de bandidos. Sonó una corneta de guerra y aparecieron de todos los flancos.
Me puse detrás del dragón, donde se acercaban un par de bandidos. Uno era un minotauro armado con un enorme hacha y sin apenas armadura. El otro parecía un humano normal y corriente armado con una espada y escudo.

Mantuve la posición hasta que el minotauro, que iba primero, estaba a un par de metros. Él levantó su hacha y yo le di un golpe rápido con mi báculo en su estómago, me coloqué a su derecha y le aticé un revés con el báculo en su nuca. El humano ya estaba muy cerca, cargué energía oscura en mi mano derecha y con ésta le di un puñetazo en el escudo, haciéndolo saltar por los aires. Me volteé hacia el minotauro que ya se estaba levantando y rápidamente lo degollé con mi cuchillo. El humano recogía su escudo del suelo y empezaba un ataque en carrera contra mí. Golpeé con mi báculo horizontalmente mientras cogía mi cuchillo con la otra mano, entonces le apuñalé en el brazo. El veneno de mi Sutan empezaba a hacer efecto, yo solo le golpeé en la cara con mi báculo y lo dejé allí, el veneno acabaría con él en unos minutos.

Enfundé mi cuchillo Sutan y agarré mi báculo con ambas manos mientras me situaba a un lado del dragón.

Los aventureros habían sufrido una emboscada en aquel punto en el que había muchos obstáculos y sitios para esconderse, tras un duro enfrentamiento en el que también participo el gran dragón dando coletazos a cualquier bandido que se le acercara a la cola lanzando unos cuantos por los aire o golpeándolos contra la duras piedras que estaban repartidas por el sitio. Los bandidos aparentemente habían sido vencidos aunque cavia la posibilidad de que quedaran mas tras las piedras o que hubieran colocada varios tipos de trampas con tal de acabar con aquel dragón, alguien debería comprobar si había más trampas o mas enemigos.

Creo que alguien debería ir primero a ver si hay mas trampas o enemigos, los demás deberíamos cubrir la retaguardia-dijo el dragón observando al grupo, sus palabras eran sensatas, había muchas posibilidades de que esos no fueran los únicos bandidos de la zona y era mejor ser precavido por si ideaban hacer una nueva emboscada por delante, por los lados o por detrás.

Se debía decidir si hacer caso al dragón y en tal caso quien debería ir delante, de lo contrario tendrían que enfrentarse a los obstáculos que acechaban más adelante todos juntos sin preocuparse ya del camino ya recorrido.

Los bandidos estaban muertos, y la afirmación del dragón era cierta. ¿Pero quien debería adelantarse? Yo no podía, era la única con conocimientos de medicina, y nuestro protegido estaba más bien débil, pero si era necesario iría delante, así que pregunté:

-¿Quién se adelanta? yo creo que debería ir alguien que pueda atacar tanto a distancia larga como a corta. Aunque lo mío no es la estrategia, así que lo que decidáis me parecerá bien.

Miré al dragón y a la explanada de tierra, arena y rocas que se extendía delante nuestro, sin duda era un buen lugar para una emboscada, pero estos habían sido un poco tontos, si nos hubiesen cogido en la mitad del recorrido, no nos habrían conseguido separar dándonos menos libertad de movimiento y siendo una presa más fácil, por esa razón algo me decía que lo peor estaba por llegar. seguí oteando la distancia aprovechando que mi vista ,al ser elfa, era mejor que la de mis compañeros y esperando su decisión.