Misión: Ligero como una pluma, fuerte como una roca.

Off-Rol:
Tengo una regla nueva, si un usuario tarda más de 3 días en responder se dará paso al siguiente para no paralizar la misión, luego podrá postear diciendo que había hecho alguno acción (Ejemplo: "Cuando me acerqué a golpearlo recibí un golpe suyo que lanzó mi arma y fui a buscarla")

On-Rol:
De detrás de la roca salió un mago que gritó -¡Vengo a por el dragón, cualquiera que se ponga en mi camino deseará no haberlo hecho!- apuntó con una bola de energía oscura a el dragón y observó a los que los protegían intentando no llevarse una sorpresa. Se acercaba a él dando pasos cortos, el dragón empezaba a molestarse.

Un pequeño dragón de unos dos metros aterrizó encima de la piedra llevando a su espalda un mago idéntico a el primero. Tanto el mago como el dragón bajaron de la roca y se quedaron esperando a ver como se las apañaría el que se acercaba a su objetivo.

Nathan y su hermana al ver a nuevo enemigo salieron disparados por los aires sin ninguna razón aparente y no los volvimos a ver. Quedábamos Dante y yo contra el extraño mago que amenazaba a nuestro protegido. Me puse frente a frente dándole la espalda al nuestro dragón y apuntando con el arco al nuevo rival que teníamos delante, no dudaría en disparar si no se rendía.

Miré a dante para ver su reacción, no sabía si debía esperar o no pero por si acaso ya advertía que estaba dispuesta a atacar.

Nuevos enemigos nos bloqueaban el camino, y Nathan desapareció, junto a su hermana Naisha. Alanna se me adelantó y adoptó postura, lista para iniciar el inminente combate. Me puse junto a ella, delante de nuestro dragón, mientras sujetaba mi cuchillo en horizontal y mi báculo no perdía de vista a mis enemigos.

En cuanto el mago enemigo lanzó su bola de energía oscura, contrarresté su proyectil con uno que salió disparado desde mi báculo, provocando una leve explosión entre ambos bandos, levantando una nube de arena y polvo. El combate había empezado.
Volví a canalizar energía en mi báculo y lancé tantos proyectiles oscuros como pude mientras el polvo impedía vernos los unos a los otros, quizás así haría algún blanco aleatorio. Pero poco a poco la nube se iba disipando...

De entre el polvo salió el pequeño dragón, que se puso al frente con tal de detener la ráfaga de proyectiles. No salió tan bien parado como esperaba, pero aún podía luchar.
Los magos aparecieron de detrás de su dragón, mientras éste parecía prepararse para lanzar su aliento de fuego.
Uno de los magos se dispuso a recitar un conjuro, apuntando al dragón, mientras el otro se centraba en despistar a sus protectores lanzando proyectiles a diestro y siniestro.

Un mago lanzó una bola de energía que dante rechazó con rapidez, dante comenzó a lanzar bolas de magia a diestro y siniestro, que parecían estallar entre la nube de polvo, cuando se disipó el humo pude ver que poco habían hecho, habían sacrificado a su propio dragón para poder salir ilesos. Me sacaban de quicio tantos enemigos seguidos, así no avanzábamos, en cuanto tuve angulo de disparo empecé a llenar la punta de la flecha de energía, si conseguía acertar al mago que recitaba no sobreviviría, le introduciría tal cantidad de magia blanca que caería al instante, no di tiempo a que viesen nada, en cuanto noté que había suficiente energía en la punta de mi flecha apunté y disparé de forma certera, le dio justo en el corazón, y no tardó en caer al suelo, desvaneciéndose de repente entre humo negro. Enseguida apunté al otro pero disparaba tanto y tan seguido que los fogonazos me cegaban y me era difícil, así que me concentré en sus ataques, si a Dante no se le ocurría algo estaríamos en un buen lío.

El dragón enemigo amortiguó mis proyectiles y se preparaba a lanzar su hálito de fuego, mientras un mago parecía proteger al otro incordiándonos con multitud de disparos, pero no fue suficiente para evitar que Alanna diese muerte al otro mago con un solo flechazo directo al corazón.

Los ataques de ese mago eran realmente molestos, costaba evitarlos todos, no dejaba tiempo para hacer apenas nada. Pero aproveché un único instante que tuve para concentrar energía en mi brazo, y después soltarla toda de golpe contra el suelo, levantando así un pequeño muro de energía oscura y rocas. Los ataques del mago cesaron al ver que resultaban inútiles contra el muro, pero fue entonces cuando al asomarme pude ver al dragón enemigo apunto de lanzar su hálito. Corrí cuanto pude para hacer un gesto a nuestro dragón, necesitábamos su ayuda, necesitábamos su poder. Y éste respondió.

El dragón observaba como sus protectores hacían esfuerzos por mantener a raya a los agresores, pero en cuanto vio que no podían seguir así, decidió actuar. Ambos dragones lanzaron su aliento de fuego, provocando una tremenda explosión entre ambos, justo donde estaban los protectores.
Por otra parte, el mago enemigo se lanzó al ataque del dragón, aprovechando la situación.
Ambos dragones necesitaban descansar, si ya estaban malheridos, gastar sus fuerzas los debilitaba más.

Aproveché la confusión de ambos disparos y para salir de ahí, y entré el humo, sosteniendo solo una flecha y a pesar del escozor de ojos que me provocaba el humo acerté a ver al mago que quedaba en pie, rápidamente me dirigí hacia el y le herí en el cuello, pero no era demasiado profundo aunque la sangre era abundante, el humo se comenzaba a dispersar y yo necesitaba volver con el dragón y con Dante, pero mi mala suerte hizo que el brujo lanzase un hechizo que esquivé por poco y que me rasguñó el brazo, por los pelos conseguí volver con los demás dejando al mago sangrando con una herida que no podría curarse, pues estaba hecha con una flecha empapada en magia blanca, pero en lo que tardara en desangrarse bien nos podía volver a atacar y yo poco podría hacer con un brazo herido, y encima se tendría que curar a la forma tradicional, mi magia poco podría hacer, esto era horrible.

Alanna dio sentencia al mago, hiriéndole de gravedad en el cuello. Pero vi que por poco acierta a Alanna a pesar de su mortal herida, rasgándole el brazo. No dije palabra, la agarré suavemente del brazo un momento, mirando su herida y sus ojos, me preocupó que pudiera haberle hecho daño. Salí corriendo en mi forma lobuna a por el mago, ignorando sus proyectiles, que si bien acertaban en mí, no eran motivo suficiente para dejar de correr. A falta de unos seis metros del mago podía notar su miedo. Se echó para atrás, tropezó, su capucha destapó su rostro, lleno de terror, conocedor de la suerte que estaba a punto de correr. Salté sobre él, trinchando todos sus huesos; escupía sangre, sus huesos debieron provocarle multitud de hemorragias internas. Lanzó un grito de dolor, y decidí no poner fin a su sufrimiento.

Me puse de pié, volviendo a mi forma humana, y miré al pequeño dragón. Era curioso, "pequeño", decíamos, y mediría algo más de dos metros.
Parecía que se disponía a atacar, se movía hacia nuestro dragón y Alanna. Le lancé un proyectil con fuerza, con ambas manos, canalizando mucha energía. No podía permitir que les hiciera daño.

El proyectil dio en el blanco, arrancando carne y escamas allá donde impactó. El pequeño dragón cayó sin vida frente al dragón y Alanna. El sendero estaba despejado.

El dragón se alzó, liberándose de diminutos escombros que le fueron cayendo durante el combate. Miró más allá de la roca, siguiendo el trazo del camino, y se dispuso a proseguir viajando.

-El camino ha resultado duro, pero ya casi estamos, puedo reconocer mi hogar.- Dijo mirando a sus protectores.
Apenas quedaban unos minutos de viaje, sus protectores habían cumplido, se adentraban en el Reino Dragón, estaban a salvo.

Por fín había acabado, el pequeño dragón, nuestro último contrincante, callo en el suelo muerto ante mis ojos estupefactos, y si no era malvado? y si solo había estado obedeciendo ordenes? pero tal vez no era así, y si nos hubiésemos esperado a saberlo era posible que hubiésemos estado muerto, sosteniéndome el brazo, que dolía mucho, me situé junto al dragón para escoltar su marcha hacia su hogar, al pasar junto a Dante me giré a mirarlo y sonriendo le dije:

-Gracias,me has salvado-me sonrojé y rectifique- nos, nos.... nos has salvado

Seguí andando con paso lento junto al dragón, observando que sus heridas no se hubiesen agravado, así como a mi compañero para asegurarme de que estaba bien, ya que mi magia no podía hacer nada por mi, que lo hiciese por mis compañeros, yo tendría que esperar y tratarme con las hiervas medicinales de mi bolsa. Miré al frente, ya casi habíamos llegado.

Había dado muerte al dragón que amenazaba a mis compañeros. Estaba satisfecho.
Alanna y el dragón pasaron por mi lado mientras yo me reponía, continuando la marcha, y Alanna me agradeció el gesto de hacía un momento.

-No...- Pausé para coger aire. -No es nada, no podía permitir poner en riesgo la misión, ni tu vida. Era mi deber como compañero.- Me expliqué mientras los acompañaba.

Nunca había estado en el Reino Dragón. Me gustaba el paisaje, era una tierra de una belleza singular. No era la misma naturaleza que en el Reino Élfico, por ejemplo, era una naturaleza más... violenta, seca, oscura en cierto modo. Me agradaba y me sentía tan cómodo como en un bosque, por extraño que pareciese.
El camino se acababa y podía ver una gran montaña: la gran fortaleza de los dragones, el Reino Dragón al fin. Suspiré aliviado.

El Reino Dragón se alzaba sobre una gran montaña; el viaje llegó a su fin.
El dragón anciano se detuvo antes de llegar a la fortaleza.

-A partir de aquí puedo continuar yo solo, ésta es mi casa, aquí estoy a salvo. Gracias, jóvenes, os pagaré mi gratitud.- Dijo mientras ofrecía la correspondiente recompensa a sus protectores.

El dragón se puso en marcha, hacia la fortaleza. Podía oírsele murmurar:
-Quién me iba decir a mí que me acabarían salvando una elfa de frágil apariencia y un mago negro... Cuando lo cuente no me van a creer...- Seguía murmurando, hablando consigo mismo.


Recompensa: 40 de experiencia. 30 monedas (A repartir entre los solicitantes.)

Le dejamos en la entrada del reino, y nos quedamos solos, fue en ese momento cuando abrí mi bolsa y saqué las pomadas, me senté y me las apliqué y las guardé, al levantar-me vi que dante seguí ahí, con una sonrisa le tendí la mano como al saludarnos:

-Encantada de conocerte Dante, mucha suerte en tu viaje, te debo una, si alguna vez necesitas algo, búscame, te ayudaré en lo que pueda, espero que nos volvamos a ver.

Luego salí corriendo, mirándole y saludándole con la mano para despedirme con una sonrisa, parecía buena persona, esperaba poder volver a verlo pronto.


off: Dejo post

El dragón marchó hacia la fortaleza, finalizando al fin la misión.
Alanna se sentó en el suelo a curar sus heridas, me pareció curioso que siendo una sanadora como era no pudiera usar su propia magia en ella. Se levantó y me tendió la mano con una sonrisa; correspondí de buena gana.

-Igualmente, Alanna, yo también lo espero.- Le dije con una inusual sonrisa en mí. Ella salió corriendo, despidiéndose de mí con la mano y una sonrisa. Le devolví el gesto y me di la vuelta. Me quedé pensativo un instante y terminé por decidir vagar un tiempo, a saber qué me esperaría ahora.


-Dejo post-