Pueblo abandonado

Había mandado la montura prestada de vuelta al castillo, siempre he preferido andar, y para mi alegría la situación ya no era para nada urgente, pero volver a palacio sabiendo que todo estaba bien me parecía un sin sentido así que seguí andando pasando de largo un pueblo abandonado y adentrándome en un bosque cercano, no llevaba mucho andado cuando una ardillita se subió a mi hombro asustada por algo, le di una nuez y se marchó, yo seguí el camino por el que el animalito había llegado mientras Luna saltaba a mi alrededor, la cogí en brazos y la achuché, era una cucada, con ella en brazos seguí andando y encontré a un chico con orejitas y a un perrito ambos con el pelo blanco y me acerqué intrigada, era la primera vez que veía a alguien con orejas, me puse de cuclillas con Luna en brazos frente al chico y el lobo no muy cerca para no incomodarlos y sonriendo dije:

-Hola, soy Alanna, perdón por mi sinceridad pero las orejitas me parecen una cucada.

Vale, reconozco que hay veces que me paso de sincera.

Me respondió de forma alegre y animada presentándose a él y a su compañero, sonreí y le presenté a mi compañera:

-Esta peque es Luna, Luna saluda- le insté y con una mano hice que bajase la cabecita de forma suave- Encantadas de conoceros.

Luna saltó de mi regazo y empezó a corretear al rededor de Wolfer y Zeta, la cogí para que no molestase y mientras la acariciaba me senté y dije:

-Estoy, bueno, estamos-rectifiqué- aquí porque nos dijeron que pasaba algo grabe, pero al llegar comprobamos que era una falsa alarma así que decidimos pasear, y vosotros como habéis llegado hasta aquí?

Luna se acabó por escapar de mis brazos y se fue al lado de Zeta intentado jugar.

-Suena bien- le respondí- ¿así que eres primo de Piro? Le conocí hace tiempo, me ayudo mucho y hasta me dio esto- le enseñé el colgante de color negro que llevaba al cuello- por si alguna vez alguno necesitaba ayuda acudir a donde fuese.

Lo volví a esconder y le pregunté:

-¿De dónde vienes? Ya que no sabes a donde vas, a está si podrás responderme ¿no?- dije bromeando- la verdad es que eso debe estar bien, ir a todos lados sin un punto fijo, simplemente las ganas de viajar guiándote.-el viento soplaba tranquilamente por entre los árboles- Si, suena muy bien, la verdad es que me da envidia, yo no podría hacerlo, me debo a mi misma y a la corona, no me molesta para nada, porque es decisión mía, pero me gustaría poder ser como tu y tu primo, ambos parecéis tan libres.

Sonreí ante la imagen que se me venía a la cabeza, la sensación del fuerte viento dándome en la cara y alborotándome el pelo, como corriendo muy rápido, como volando. Era algo que no olvidaría fácilmente.

Me tendió la mano y yo se la cogí para levantarme Zeta se detuvo al ver levantarse a Wolfer y Luna se paro también, una vez estaba de pie reflexione unos instantes sobre lo que me acababa de decir y sonreí Luna saltó a mis brazos y una vez la tuve sujeta dije:

-¿Sabes qué? Tienes razón, ¿qué te parece si me enseñas a divertirme? Yo nunca lo he practicado mucho, la única vez que me divertí, fue cuando estuve con Piro en la posada y encima fue trabajando.

Esperé a ver que se le ocurría para hacer mientras miraba a Luna que parecía relajada, y contenta.

Arrancó dos cortezas grandes de un árbol y nos dirigimos a un río, lanzó su corteza al agua y se subió a ella, le imité guardando a Luna en su bolsillo y una vez en el agua sintiendo el fresco de las gotas en las mejillas intenté mantener el equilibrio, nunca se me habría ocurrido hacer algo así, era muy divertido.

-¿Qué hacemos ahora que estamos en el agua?-le pregunté arrodillada en el trozo de corteza remando hasta él.

Me quedé muy asustada al ver que se lanzaba por la cascada, salí del agua y después me asomé por el borde, lancé un suspiro no les había pasado nada, sonreí y vi una liana cerca, que era lo bastante larga como para poder llegar a bajo y caer en el agua con cierta suavidad, avisé a Luna agarré la liana, cogí carrerilla y me lancé al vacío, cuando ya no estábamos tan altas solté la liana y me lancé de cabeza al lago sin salpicar a penas, salí del agua con Luna sentada sobre mi cabeza, me reí al ver que me miraba con expresión enfadada y la dejé sobre el trozo de corteza que había caído con Wolfer. Allí sentada aprovechó para bufarme y mirarme mal, su mohin me hizo reír a carcajadas.

-Eso de no pensar es algo peligroso hay un serio riesgo de partirse el cuello. Pero reconozco que ha sido divertido.

-¿Improvisar he? no es algo que se me de especialmente bien pero lo intentaré- sonreí sentada en el suelo intentando escurrirme el pelo-bueno, a ver que puedo hacer...

No pienses actúa, me dije a mi misma. Miré a mi alrededor y vi árboles altos llenos de lianas y me recordó el salto de antes. Miré a Luna que sospechando lo que quería hacer se refugió detrás de un árbol, sonreí y cogiendo una rama subí a un árbol y desde una de lar ramas pude ver que un árbol se apoyaba en la parte de atrás seguramente tirado a causa de una fuerte tormenta, cogí corteza de árbol como había hecho Wolfer antes le até una hoja a la parte de abajo para que resbalase y me subí encima, empujé con el pie y comencé a deslizarme tronco abajo.

Lancé un grito de diversión y seguí bajando mientras el aire me atizaba el pelo mojado hacia atrás e intentando escuchar a Wolfer detrás de mi.

Su pelaje cambió de color, me sorprendió mucho, la parecer todos los miembros de la familia de Piro eran sorprendentes, cuando se giró a verme su pelaje volvía a ser blanco, pero calló al agua al verlo emerger y comprobar que estaba bien salté con la tabla aun en movimiento y salí a la superficie riendo a carcajadas:

-Bonita caída, tienes buen estilo, te doy 8 puntos- le comenté riéndome

Sonreí ante su reto aunque tenía claro que para mi estaría muy crudo ganarle, pero entonces se me ocurrió:

- Muy bien,- me hundí y empecé a bucear el lago era profundo por lo que podía tener mil y una cosas dentro subí a la superficie, respiré hondo- ¿hacemos una búsqueda del tesoro? El lago es profundo puede tener mil y una cosas dentro, el que encuentre la más interesante gana, vale?

Le sonreí y sin esperar a que respondiese dije:

-Empezamos.

Antes de que el pudiese reaccionar ya estaba buceando divertida por la situación.

Buceé e inspeccioné el terreno salí a la superficie para coger aire y me dirigí hasta una cueva submarina que acababa de ver, entré y salí del agua a una porción de tierra que allí había. Me senté a respirar y cuando me levanté me limpié las manos en la falda y me quedé sorprendida, la arena brillaba, intenté meterme con ella en el agua pero no solo perdía su brillo sino que además se me escapaba de las manos, me senté a pensar un poco y llegue a la respuesta acertada, era polvo de oro, para cualquier artesano sería una mina, y no solo eso, además era precioso. Salté al agua y me dirigí hacia el centro del lago, cuando lo vi acercarse, con una enorme perla, le hice señales y cuando llegó a mi lado le dije:

- Sígueme, esto no es algo que se pueda traer a la superficie.

Me hundí con una gran bocanada de aire y me dirigí a la cueva.

Entré en la cueva submarina y salí del agua haciendo fuerza con los brazos y me senté en la orilla esperando que llegase Wolfer cuando llegó me puse en pie y le dije:

-Mira. -Contemplé el fulgor dorado que desprendía la tierra- ¿no es precioso? si se moja pierde el brillo, y si le mete en el agua al ser tan fino se escurre de las manos y se pierde. No es algo que se pueda sacar a la luz, y por eso mismo es tan bonito, porque es único.

Le miré y sonreí:

-¿No crees qué es un poco cómo lo que pasa con las personas? Cuanto más únicas son más se aprecian. Aunque tal vez este pensando demasiado.

Espere para ver que pensaba de lo que yo había aportado al reto.

-Me parece bien- le contesté- ¿pero crees que debemos hacerlo? Si la gente descubre esté sitio dejará de ser único. hagamos una cosa vale?- le sonreí

Me agaché en la tierra y palpé en mis bolsillos. Encontré dos frasquitos de cristal y con las manos ya secas introduje arena en ellos, le tendí uno a Wolfer y el otro me lo guardé:

-Así seguirá siendo único ¿no crees?, esto será nuestro secreto, somos los únicos que conocen este sitio, así es más interesante. -Le comenté sonriendo- Por cierto, ¿qué decías de un túnel? la verdad es que no estaría de más usarlo, ahora que estoy medio seca no quiero volver a mojarme, prefiero no arriesgarme a pescar un resfriado.