Pueblo fantasma [libre]

Resumen de la trama: Un Pueblo fantasma en pleno naturaleza, una extraña niebla envuelve todo el pueblo incapacitando ver el interior de la niebla donde antiguamente se situaba un pueblo normal y corriente, las fuerzas armadas y los gobiernos cercanos han dicho que es la fuga de un agente extraño y que no deben acercarse al pueblo, pero un secreto más profundo se encuentra en las extrañas de este pueblo. Han prohibido la entrada al pueblo pero algunos incautos intentaron adentrarse pero al final lo lamentaron puesto que no volvieron a salir. Un pueblo antiguo con casas de piedra y una antigua muralla que lo rodea, las calles están desiertas solo habitadas por monstruos y engendros temibles, los no muertos se alzan…
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On Rol:
Acababa de aparecer en un callejón oscuro tras leer una de las páginas del extraño libro ese que había en un pedestal de piedra, el callejón era poco iluminado y las basuras y la suciedad haba en él. Me recordaba un poco al callejón que había visitado cuando viaje a la tierra, podría ser que había viajado al mismo mundo o en una época parecida, mire hacia arriba y me asombro ver que no se podía ve nada pues una especie de niebla cubría el cielo.

Las casas eran de piedra, se asemejaban a algunas que había en Gold pero con varias diferencias, extrañamente el silencio reinaba en ese lugar aunque se suponía a juzgar por la luz que sería medio día o por la mañana pero aquella niebla dejaba poca luz, así que en vez de quedarme parado en un callejón decidí ir caminando hasta dar a una calle extraña, no había nadie, las ventanas estaban o cerradas o rotas, había algún cristal por el suelo pero aun así reinaba el silencio que parecía ser inquebrantable. Entonces vi uno de esos extraños carruajes que había visto en la Tierra, esos monstruos de metal con lo que parecían ser ruedas, parecía que se había chocado contra algo pues estaba realmente dañado por la parte delantera, los cristales estaban rotos y por curiosidad decide acercarme…

-Au!!! -grite cuando caí en el suelo frío de algún lugar- ¿Donde estoy?

Lancé un suspiro y miré a mi alrededor, una ventana bastante pequeña dejaba entrar el aire frío, no sabía muy bien si era de día o de noche porque una espesa niebla cubría en su totalidad la visión que yo pudiese tener de fuera, el frío suelo de roca me hizo estremecer y me levanté, miré a mi alrededor para ver unas gruesas paredes del mismo material que el suelo, con cuadros y tapices raídos y estropeados, unas enormes escaleras en forma de caracol en una esquina llamaron mi atención y subí por ellas todas las estancias por las que pasé estaban en un estado parecido, algunas más y otras menos, pero más o menos por un estilo, llegué a la parte más alta y salí a la terraza, el único sitio al que me podía dirigir y un frío viento me azotó el pelo echándolo para atrás, la niebla desde allí era un poco más clara y podía ver a la perfección todo el lugar, estaba en una muralla, todos los caminos se interconectaban en el centro unidos a una enorme torre, y a la vez rodeando el pueblo juntos gracias a otras más bajas, la muralla tenía diferentes niveles y paredes era todo un laberinto puesto en diferentes alturas. me acerqué a la cornisa y me asomé la ciudad era bastante grande, con callejones y demás sitios, pero sentía que no estaba sola, miré a mi alrededor, por el momento no había nadie.

Me estaba retirando para ir a otro sitio a averiguar como había llegado a ese sitio cuando vi una mancha de blanco puro en medio de una extraña calle, que estaba llena de extraños seres sin vida, de colores variopintos y muy extravagantes, tenían ruedas y se parecían un poco a los carros tirados por caballos pero eran muy extraños y grandes, alguno estaban volcados y puestos en medio de calles, otros rodeándolas y formando caminos, al parecer lo único parecido a lo que conocía era el sitio donde me encontraba, me abracé a mi misma y respiré lanzando nubes blancas en la niebla, allí arriba estaba helando, pero algo me decía que bajar no sería una buena idea, me puse a andar por allí arriba sin quitarle el ojo a la mota blanca algo se removió en mi cadera y Luna salió de un enorme bolsillo que usaba ella para esconderse, se refugió en mis brazos de un salto, asustada por algo, normalmente es cauta, pero no cobarde, esto tenía mala pinta.

Tuve un extraño sueño... Caminaba a la nada, sin rumbo, sin saber donde estaría, ni nada. Aun así, continuaba y continuaba. Tenía los ojos cerrados, pero, cuando los abrí, aún continuaba en el sueño... Entonces, ¿era un sueño? No, no podía ser, todo era muy real.
Cuando me paré, todo empezó a dar vueltas, muchas vueltas. No podía hacer nada. Sólo cerrar los ojos, y dejarme llevar por aquel extraño "torbellino".

Noté como caía al suelo. -¡Ah! ¿Qué narices acaba de pasar?.- Me dije a mi misma.

Me levanté, en guardia. Por alguna extraña razón, ya no estaba en el lugar donde me encontraba antes. ¿Dónde estaría?
Aquella ciudad daba un poco de miedo, no se escuchaba ni un alma por las calles, y una espesa niebla la cubría enteramente, disminuyendo el campo visual.
Estaba la ciudad en muy mal estado, ventanas, persianas rotas, un mal asfalto... No sabía que hacer ahora, así que sólo me quedaba avanzar, avanzar y avanzar. Por alguna extraña razón, se parecía a mi sueño...
¿Que sucedería? ¿Habría gente en la ciudad...?

Acercando a ese extraño ser metálico, cristales rotos estaban alrededor de él y parte de ellos seguían en unas especies de ventanas en aquella criatura con ruedas, parecía que había sufrido un gran impacto, movido por la curiosidad me acerque a lo que parecía una especie de padre recortada con una clase de pomo, agarre un extraño pomo pegado al muro y la pared se abrió como si de una puerta se tratara, en el interior de esa criatura había varios sillones y sofás, estaba lleno de objetos extraños y palancas.

Entonces oí algo estrellarse contra algo, piedra tal vez, me separe del coche y guiado por ese ruido volví al callejón para atravesarlo en el sentido contrario por el que había salido a esa calle, el otro lado daba a una calle también, tras correr un poco por el callejón aminoré mi paso para no alertar a posibles enemigos de mi presencia, me asome un poco pegado a la pared de piedra de uno de los edificios, entonces vi a un viejo conocido, un dragón negro que solo podía ser alguien…

Salí de mi escondite y me fui acercando al dragón dando unas palmadas en señal de aplauso. Vaya… No me esperaba encontrarte aquí, aun así menos me esperaba que hicieras tanto ruido para aparecer aquí-dije riendo un poco mientras me acercaba a él, entonces mire a mi alrededor en busca de mas gente- Bueno, si has aparecido aquí igual que yo no creo que no haya más gente, deberíamos buscar y de paso descubrir que pasa aquí, no es normal que aquí no haya ni una sola persona.

Varias figuras más habían ido apareciendo mientras andaba, una se había estrellado contra el suelo tras convertirse en un dragón, al parecer no era la única extranjera en ese lugar tan raro, dos de las figuras se habían reunido, otra algo alejada de ellas empezaba a moverse, ese dragón me recordaba a una de las transformaciones de Piro, tal vez era él y si así era podía estar en peligro, yo no podía salir de ese sitio 1º porque no me parecía buena idea y segundo porque no sabía como hacerlo si no era saltando la cual cosa no me parecía muy buena idea a no ser que quisiese acabar hecha tortilla, busqué algo con lo que escribir y encontré una especie de pluma hecha de un material muy extraño y que contenía la tinta dentro de ese, y unas hojas de papel realmente extrañas muy pequeñas y enganchadas por algo pegajoso, cogí la extraña pluma y uno de esos papeles cosidos con pringue y escribí:

"¿Piro eres tu? Soy Alanna, estoy en las murallas que rodean la ciudad, si has visto de donde venía la flecha ya sabrás donde exactamente, tu y la motita blanca tenéis a alguien que os sigue no creo que sea peligroso pero me parecía que lo tenía que decir, algo me dice que si me quedo en la torre conseguiré averiguar como sacarnos de aquí, pero os vigilare y os avisaré si veo algún movimiento sospechoso por detrás vuestro y si descubro algo, tened cuidado, este sitio no me da buena espina"

Cogí una bandera de las que colgaban por allí y deshilaché la cuerda, uní la nota a una flecha anudándola con fuerza y disparé en la dirección que quería, vi como llegaba a clavarse al lado del punto blanco, y esperé a que leyesen la nota para moverme, ojala ellos tuviesen alguna forma de comunicarse conmigo. Luna saltaba inquieta a mi alrededor dándome la pluma rara, el papel pegajoso y los hilos sueltos, que me guarde donde ella solía esconderse, luego saltó a mi hombro y aunque todavía inquieta se quedó allí esperando a que yo me moviese.

No estaba seguro de lo que acababa de pasar, pero caí en un camino de fría piedra. El sol se escondía detrás de una densa niebla. Me levanté del suelo confundido y miré a mi alrededor. Estaba en lo que parecía ser una muralla, así que probablemente estuviera en Gold aún.

La muralla parecía rodear algo, yo solo lograba ver casas, objetos metálicos, humaredas... pero no parecía que hubiese nada vivo. "¿Para qué la muralla?" Era lo que me preguntaba en mi cabeza.
Fue entonces cuando me fijé bien en esos objetos metálicos, parecían carruajes, pero nunca había visto nada semejante en todo Gold. Parecía que me estaba mirando, parecía tener orejas y boca... parecía que estaba vivo. Tal vez fuera un animal de aquél lugar. Me percaté de que derramaba un extraño líquido... ¿Sangre, quizás? Ni lo sabía ni me importaba, no me fiaba de aquél ser. Le lancé un proyectil de sombra desde una buena distancia. Cuando impactó, se produjo una fortísima explosión, tal vez su sangre fuera algún tipo de producto volátil...

Proseguí mi camino por aquella muralla, no se veía a nadie ni tampoco se oían ruidos salvo el sonido del fuego y las brasas de la anterior explosión.

Tras seguir caminando durante un buen rato, empecé a oír un poco de jaleo. Parecían como unas risotadas. ¿Habría en esta ciudad alguien? Me dirigía a comprobarlo, cuando, escuché pasos detrás mía. Me paré un segundo, y momentos después, me di la vuelta, para comprobar que era.
Tenía detrás a tres o cuatro personas, no me dediqué a contarlas. Tenían una pinta muy sospechosa. La ropa la tenían rasgadas, y caminaban de una forma un tanto peculiar.
Al principio me quedé quieta, esperando algún saludo, o a algo... Pero, ellos seguían avanzando hacia a mí.
Me disponía a decir algo, cuando de repente, uno de ellos abre la boca-toda llena de sangre- y se abalanzó sobre mí.
Sólo pude gritar, y salir corriendo, pues estaban armados con hachas y cuchillos.
También recé porque alguien normal haya escuchado ese grito.

Para mi mala suerte, tropecé con una losa que sobresalía.
Intentaba alejarme gateando, pero era imposible, me pillarían. Entonces, sólo se me ocurrió sacar el látigo, e intentar despojar esas armas de las manos de esas cosas extrañas.
Empuñé lo que era el hacha que llevaba uno de ellos, y, me defendí como pude.
Le di en la zona del corazón, pero para mi sorpresa... ¡Seguían caminando!
Tiré el arma al suelo y salí corriendo más rápido que antes.

Seguí el camino hacia las risas que había escuchado antes, por si había alguien normal...

El pueblo se mantenía en calma, observador de los nuevos que se encontraban en este, esperando el momento para hacerles gritar con las criaturas que habitaban, sin que nadie se diera cuenta la niebla había empezado a extenderse hacia el pueblo y con ella habían llegado las criaturas que parecían humanos. En grupos de cinco o seis empezaban a avanzar con la espesa niebla que ahora incapacitaba ver muy lejos de donde se encontraban…
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Mientras charlaba con Piro una flecha se clavo justo a mi lado lo que hizo que me sobresaltara cayendo al suelo con cara de asombro, creía que ya intentaban matarme así de repente como aquella vez que me enfrente a ese demonio asid in conocerlo de nada hasta que me di cuenta de que en la flecha había algunas notas. Entonces me levante al tiempo que Piros tras leer la carta me explicaba quien la había enviado y que podíamos comunicarnos por las insignias.

Entonces fue cuando entro en escena un tipo muy extraño que estaba mordiendo a Piros, yo me quede a observar la escena graciosa hasta que pasado unos segundos ya no me parecía tan graciosa, mire arriba y casi ya no veía los edificios de los lados, una explosión, entonces alguien me puso la mano en el hombro y me di la vuelta para ver la cara de un cadáver en descomposición que caminaba, su piel era gris y los ojos estaban en blanco y su boca estaba llena de sangre. Piros, son No muertos, como las criaturas que invocan los nigromantes, pero son… diferentes, no sé cómo explicarlo-dije mientras empezaba a forcejear con aquella criatura que intentaba clavarme sus dientes, hasta que logre tirarla al suelo al tiempo de ver que empezaban a llegar más, cinco, seis, siete…

Entonces oí un grito, un grito cercano, alguien estaba en peligro, agarre mi báculo con las dos manos para darle un fuerte golpe a uno de esos seres en el estomago pero seguía avanzando, vi un hueco entre dos y de una patada eche hacia atrás al ser que se acercaba a mí, aprovechando que ya no tenía ese cerca y que avanzaban lento eche a correr hacia donde provenía el grito para después encontrarme con una conocida entre la niebla, Akira también estaba aquí y estaba rodeada de esos no muerto, rápidamente conjure un hechizo que empujo a unos muertos que se le acercaban a Akira por la espalda, rápidamente me coloque junto a ella. Hola, vaya reencuentro tenemos… De momento creo que deberíamos escapar y reunirnos con los demás si es que hay más gente aquí-dije mientras empuñaba el báculo y lo usaba para que los muertos lo me mordieran y de vez en cuando lo usaba de maza o martillo para que retrocedieran o para defenderme.

Miré como Piro leía mi nota, y como otro llegaba a ese lugar, pude ver como la motita blanca ,la cual seguía sin saber quien era, peleaba contra algo que al parecer estaba mordiendo a Piro no me dio tiempo a lanzar-le una flecha a esa cosa cuando escuche una respiración profunda a mi espalda que me erizó el bello de la nuca, me di la vuelta despacio, como no queriendo saber que era lo que tenía detrás, Luna y yo lo vimos a la vez y esa mostruosidad abrió la boca y lanzó un aliento fétido con olor a muerte hacia nosotras, no pude evitarlo me caí al suelo sorprendida y asustada, con el arco todavía en la mano y mientra empezaba a atizar golpes con él a diestro y siniestro lancé un grito:

-KIAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!!!!


Resonó por toda la ciudad y el eco siguió oyéndose, noté que algo caía inerte al suelo, le había arrancado la cabeza a esa cosa, pero seguía moviéndose, era asqueroso y horripilante, con el arco aún sin sacar una flecha y más por suerte que por otra cosa empecé a dar mandobles como si fuese una espada, y la punta se clavó donde se suponía que se encontraba el corazón, fue cuando esa cosa calló sin poder moverse. Salí corriendo de allí siguiendo la dirección que tomaba Luna y como iba con los ojos cerrados me choqué con alguien y caí al suelo, pero sabía que no era como esa cosa, lo otro atufaba y resultaba frío, me había golpeado con algo cálido y que no olía a muerte y a inmundicia, levanté la vista, y mis ojos se abrieron como platos:

-Dante, ¿que haces aquí? ¿como has llegado? ¿Sabes donde estamos?-miré hacia atrás y comprobé que ya no habían más bichos de esos, lancé un suspiro y dije- este sitio es peligroso y da miedo, había una cosa- solo de recordarlo se me inundaron los ojos pero sacudí la cabeza y aparté el miedo- tenemos que salir de aquí, hay más gente atrapada, tenemos que averiguar como salir de aquí todos y a salvo.

Seguía avanzando por la muralla, mirando a lo que parecía ser una ciudad, cuando escuché un grito. Alcé la vista y no me dio tiempo siquiera a apartarme, se trataba de Alanna, la elfa con la que compartí aventura en una misión. Chocó contra mí y caímos al suelo. Cuando ella abrió los ojos empezó a hacer multitud de preguntas.
-No estoy seguro de como he venido a parar aquí, ni siquiera sé donde estoy.-
Me dijo que este lugar es peligroso y da miedo, que había algo... Sus ojos se tornaron llorosos, pero yo no sé como debo reaccionar! Entonces sacudió la cabeza y dijo que había que salir de aquí.

Casi al instante apareció alguien, un humano tal vez, preguntó si nos encontrábamos bien. Yo asentí. Luego dijo que cuidara de ella, a lo que volví a asentir, y me dio un extraño objeto. Le dijo a Alanna que cuidara de mí y rió por esa peculiar broma. No estaba acostumbrado a reírme, y seguro que en otro momento le habría cortado la cabeza por ello, pero en aquella ocasión simplemente reí como hacía tiempo que no hacía. Acto seguido desapareció.
-Vaya... si que tenía prisa... ¿Deberíamos buscar la manera de bajar abajo y ayudar al resto de gente atrapada, para poder salir todos de aquí?

Cuando estuvo apunto de alcanzarme uno de ellos, alguien con ropas blancas lo apartó con la magia de su báculo. ¡Era Alby!
Me levanté de un salto, y me coloqué junto a él.
-¡A-Alby! Menos mal que has venido, creía que era la única normal aquí...Y dime...-me disponía a hacerle una pregunta, pero en ese momento se nos acercó uno de esos seres monstruosos. le agarré la cara con el látigo, y, al estar en estado putrefacción su piel, se la arranqué de cuajo.
-¡¡Aaah!! ¿¡Q-Qué bichos son estos!?-
Me comentó que lo mejor sería que huyéramos por el momento, y así hicimos. Mantuve a raya a esas cosas con el látigo.
Cuando nos disponíamos a irnos, escuchamos un potente grito, era femenino. Había más gente en este sitio, y teníamos que ayudarla.
Momentos después, llegó un extraño chico, que al parecer conocía a Alby de antes. Me miró y me dijo quien era.
-Mejor pregúntalo más tarde, no es el momento más apropiado. Hay alguien en peligro, y debemos ir a ayudarla, así que... ¡En marcha!-
Ya sí que nos íbamos. Teníamos que encontrar a la chica que acababa de gritar. Algo me decía que, estar separados no era la mejor idea...
¿Qué sería aquel extraño lugar?

Hikari al verme se sorprendió, me comento que creía que era la única normal de aquí para después intentar preguntarme algo pero uno de los no muertos le corto el habla par después esta arrancarle la cabeza con el látigo, no sabía si o ella era muy fuerte o la cabeza estaba tan podrida que se rompía fácilmente entonces completo la pregunta, preguntaba que qué bichos eran estos…

Pues son no muertos, algún tipo diferente, no son normales, no veo rastro de magia-dije mientras golpeaba a otro no muerto rompiéndole en cráneo con un golpe en la cabeza de mi báculo, en ese momento fue cuando se oyó un potente grito, tras unos minutos apareció Piros y empezó a preguntar sobre quien era Hikari y cosas así, entonces Hikari dijo que más tarde ahora debíamos huir y encontrar a esa chica, yo mire a Piros, seguramente el también había escuchado ese g rito y con sus poderes le hubiera sido fácil ir a verlo y si estaba aquí es que esa chica que acababa de gritar o estaba muerta o a salvo…

Ya la rescataremos luego, ahora son demasiados, corred, por aquí-dije mientras empezaba a ver que se acumulaban los enemigos y avanzaban hacia nosotros, di media vuelta y salí corriendo en dirección a la puerta de una casa, una vez atravesado el umbral que estaba abierta la puerta espere a que mis compañeros entraran para después cerrar la puerta y empujar una estantería cercana delante de la puerta, las ventanas estaban enteras pero los no muerto no parecían hacerles caso solo querían entrar por la puerta.

Aquí podremos charlar un rato y después buscar una salida alternativa para buscar a esa chica-dije mientras observaba la casa, había una mesa circular con unas sillas, una alfombra, unas estanterías con libros, una jarra de agua con flores dentro, sería algo bueno para descansar un rato y observar el lugar, mientras tanto se oían el ruido de los muertos golpeando la puerta tras la estantería.

Piro apareció y desapareció al instante después de entregarle a Dante una insignia y diciendo que la cuidase, al instante Dante me pregunto si deberíamos bajar y me recorrió un escalofrío por la espalda solo de pensarlo:

-No,-dije tajante- ahora nos podemos comunicar por la insignia, si necesitan ayuda nos la pueden pedir, les podemos vigilar desde aquí y además no se por qué pero algo me dice que la forma de salir está en esta torre, antes de salir allí fuera a lo loco y poner en peligro nuestras vidas y las suyas más de lo que están pienso que deberíamos investigar un poco. Vamos, no creo que sea buena idea quedarse quietos, seríamos un blanco fácil.

Me levanté del frío suelo en el que aún me encontraba y comencé a andar para ver que Luna saltaba de su escondite y se iba con Dante, resoplé:

-Genial, ahora Luna se va al árbol que más la cobija ¿no? Bueno en cierta forma es buena señal, quiere decir que cree que contigo estará segura.

No pude evitar reírme, al menos tanto ella como yo sabíamos distinguir a la gente de confianza.

-¿Sabes como funciona esa insignia? Porque yo no y si ninguno de los dos sabe vamos apañados...

Alanna me contestó que no de forma tajante, sería demasiado peligroso. Además, añadió que ahora teníamos la insignia... pero, ¿Como la uso? ¿Que hace?

Entonces dijo que lo mejor era continuar por la muralla/torre, se levantó del suelo y entonces un pequeño animal, blanco puro como la nieve, salió de algún lugar y acudió a mí. Alanna resopló y parecía quejarse de que viniera conmigo, aunque al tiempo reía y decía que era normal, que conmigo estaría segura... Yo sonreí y no pude evitar reírme también. Era extraño, nunca había tenido tanta confianza con nadie, y mucho menos con una chica. En aquél momento me sentía a gusto, a pesar de la situación en la que nos encontrábamos. Me resultaba tan extraño... alguien confiaba en mí, alguien me estaba dando una oportunidad. Se me pasaron mil cosas por la cabeza, me olvidé de mis oscuros planes... Quería disfrutar del momento, pero entonces Alanna me preguntó si sabía usar la insignia... Me sobresalté un poco al estar pensando y embobado.

-Ah... pues si te soy sincero tampoco sé usarlo...- dije mientras miraba ésa insignia. -Tal vez pronunciando algún tipo de conjuro?-
-¿Hay alguien ahí?- le grité a la insignia.

Alby y aquel chico tan extraño entramos dentro de una de las casas. Estaba en pésimas condiciones, pero, muy bien decorada.
Entonces, ese chico me preguntó de nuevo por mi nombre.
Titubee un instante, pero, suponía que para poder salir bien de allí, habría que tener confianza. - Hikari, así me llamo. ¿Y tu eres? No recuerdo haberte visto antes por Gold...- Algo de él me llamaba la atención, pero aún no sabía el qué.
También comentó, que la chica que había gritado, estaba a salvo, que Dante estaba con ella. ¿De que me sonaba el nombre?.
-Dante... Dante...-Empecé a decir, mientras caminaba por la casa. Decidí levantar un pequeño jarrón, que al parecer llevaría años y años sin levantar. Justo debajo había algo... Algo peludo, y negro. Tenía muchas patas, no me dediqué a contarlas, pero como mínimo tendría seis. En ese momento, me saltó a la cara.
-K... K... ¡¡¡KYAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!!! ¡Quitadmela, quitadmela!-Le empecé a pegar como tortas a Alby, pero, si querer hacerlo.

Cuando ya pasó todo el jaleo, recordé quien era Dante. Era ese chico lobo tan misterioso y oscuro.
Tendríamos que salir de allí cuanto antes, pero aquellos, a los que Alby había llamado No Muertos seguían allí, lo cual no podíamos salir...
¿Por qué nos pasó sólo a nosotros? O más bien... ¿Habría allí más gente?

Una charla tranquila mientras varios no muertos golpeaban a la puerta, increíble, Piro decía que había comprobado que la chica estaba bien, estaba con Dante, un nombre que me sonaba mucho… claro, así se hacía llamar aquel licántropo que me adiestro un poco, al parecer había más gente a parte de nosotros, entonces Piros pregunto quién era Hikari a lo que ella le respondió diciendo su nombre y preguntándole el suyo.

Entonces fue cuando Hikari empezó a pasear por la casa, seguramente influenciada por la curiosidad levanto un jarrón y allí se encontraba una criatura peluda, una araña… ARAÑA, una de las criaturas que más miedo me daban y le había saltado a la cara, Hikari vino corriendo hacia mí para empezar a golpearme, estaba realmente aterrada y no era el único, intente quitarle la criatura y de un golpe a la criatura cayó al suelo.

Una vez ya pasado el peligro di un suspiro para después quedarme sordo de un grito proveniente de mi insignia, rápidamente la saque y empecé a decir: No hace falta que grites no estamos sordos ¿Quién eres? No suenas a uno de los buscadores ¿Cómo has conseguido la insignia y donde estas?
Quien era ese que estaba al otro lado de la insignia, una duda que me estaba carcomiendo.

Dante le pegó un grito a la insignia y eso me hizo reír, era la primera vez que le escuchaba elevar la voz. Enseguida se escuchó a Piro dando instrucciones, al parecer había acertado con el funcionamiento y al poco otra voz pidiendo explicaciones.

-Parece que has acertado, -dije de mejor humor por no tener que estar sola en ese lugar tan tétrico, cuando terminó de hablar dije- vamos a movernos, no quiero volver a ver a esas cosas.

Empecé a avanzar cuando me tope con una pared, miré a los lados pero ese era el único camino que se podía seguir, Luna seguía encaramada a Dante así que me giré y la llame, reacia acudió a mi, y le dije:

-Venga Luna, ayúdame un poco ¿vale? ¿puedes decirme por donde tenemos que ir?

Olisqueó un poco y se sentó a mirar la pared.

-¿Por ahí? pero si no podemos pasar, ¿estás segura?-giró su cabecita y me miró con mala cara- vale, vale, entendido, es por ahí.

Cogí a la conejita en brazos y comencé a mirar por toda la pared y encontré unos números, 1002911, ¿qué eran esos números? parecían desordenados

-Dante- llamé- mira estos números ¿No te parece que están mal?

Alanna rió en cuanto grité, la verdad es que era para reírse... Piro empezó a hablar mediante la insignia, me dijo que con ponérmela cerca y hablar era suficiente. Pero entonces apareció otra voz, una voz que me era familiar... Dijo que no era necesario gritar, también preguntó quien era y como había conseguido la insignia.

-Soy Dante, estoy con una joven elfa llamada Alanna, por lo visto estamos tan atrapados como vosotros en éste lugar. Ah! La insignia nos la dio Piro, espero que lo conozcas...-

Alanna dijo que nos moviéramos, que no quería volver a ver esas cosas.
Seguimos caminando hasta que topamos con una pared y al parecer no había otro camino.
Luna, la mascota de Alanna, empezó a buscar alguna manera de superar ésta tapia. Se sentó a mirar en la pared y Alanna le preguntó si realmente era por ahí, a lo que Luna le respondió con mala cara. Reí al ver esa cómica escena.
Entonces Alanna me llamó, había encontrado algo. Unos números, me preguntó si los veía mal puestos.
-Que cosa más rara... ¿Puede tratarse de algún tipo de código? ¿Alguna fecha en particular?- le pregunté sin quitarle el ojo de encima a esos números.
Parecía que podían moverse... Yo simplemente les di la vuelta, quedando en 1192001.

Entonces la pared empezó a abrirse como si de una puerta se tratase. Yo me aparté mientras miraba atónito lo sucedido y me hacía varias preguntas... ¿También hay magia aquí? ¿La habrán empleado para colocar más obstáculos o incluso trampas?
-Movámonos, puede que haya más gente atrapada por ahí- le dije mientras empezaba a cruzar la recién abierta pared.

Piro-así me dijo que se llamaba-se empezó a quitar toda arma que tenía, y dijo que esperásemos ahí, que él se encargaría.
-¡Pero eso es una locura! Son demasia...-Ya había salido.
A los minutos, volvió a entrar. Estaba solo. Ya no había nada... Estupefacta, salí de la casa, mirando por lo alrededores. Nada. Eso es lo que me encontré.

De repente, se escuchó un grito que rasgó el silencio del pueblo. Pegué un pequeño bote del susto. Esa voz... Me era muy familiar.
Alby preguntó quien era, y que hacía con ese transmisor. Era Dante, aquel chico lobo que nos encontramos... Y, se lo dio Piro. Yo no me enteraba de nada...
-Deberíamos ponernos en marcha,este pueblo me empieza a dar muy mal royo...- Miré al pueblo en general. Era extraño, habían pasado ya bastantes horas, pero la niebla seguía igual de densa que cuando llegamos...

Entré de nuevo en la casa, para echar un último vistazo. Era extraño... En la pared había una especie de números... 1002911. ¿Qué significaría esos números?
-Alby, Piro, venid un momento. Mirad lo que encontré. ¿Sabéis lo que es?-Todo esto se volvía más raro por momentos.

La niebla se retiraba poco a poco para regresar a los límites del pueblo donde en un principio estaba ahí, ya no había muertos en las calles lo que hizo suponer que mientras la niebla estuviera apartada no habría muertos o eso parecía que querían hacer creer. Cuando la niebla se retiro algo raro pasó, los aparatos eléctricos como radios o televisores emitieron una extraña señal, los televisores se quedaron en blanco mientras sonaba la voz de un hombre, parecía como un video diario pero que no se veía. Tercer día en este pueblo, hemos *ruidos de transmisión* campo eléctrico que altera nuestros equipos, es extraño como puede afectar… además de esa niebla. Varios de mis hombres dicen haber visto cosas raras, pero serán que se han pasado con la bebida pues… *un cristal se rompe* ¡¿Qué demonios?! *se termina la transmisión*
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La insignia volvió a hablar, era Dante el que hablaba al otro lado, decía estar con Alanna y que le dio la insignia Piros, este se disponía a salir y cuando lo hizo Akira intento detenerlo pero no se dejo y este termino con los no muertos para después marcharse, vale, el grupo se había dividido, Akira decía que deberíamos ponernos en marcha porque el pueblo le estaba dando mal rollo entonces tras examinar algo me llamo para que viniera a ver un número muy raro…

Entonces sonó una voz, me di la vuelta y una caja rara negra tenía una foto en blanco que se movía ¿Qué clase de brujería era esta? Escuche lo que decía la voz sin entenderlo mucho, lo último que dijo la voz me dejo con algo de miedo en el cuerpo ¿Qué era esto?

Akira ¿Tu entiendes algo?-pregunte esperando que ella lo entendiera mejor que yo pues esto me estaba empezando a dar miedo, habíamos oído una extraña voz que parecía que lo habían atacado u algo…