Bueno, lo primero de todo, sean bienvenidos/as a mi chabo..., quiero decir, hogar.
Como bien dijo el arquitecto, mi casa se sitúa en los alrededores del río Aley, antes de su desembocadura. Mi hogar se sitúa a unas pocas millas de la ciudad de Rosbasha y a menos de media hora del poblado más cercano.
La razón por la que adquirí este tipo de casa (además de pagar una hipoteca de treinti y pico años) se remonta a mis anteriores días en el ''despacho'' que tengo en el Gremio en Rosbasha. Pronto me di cuenta de que el espacio vital que yo tenía allí era muy reducido y apenas gozaba de esto. Así es que, un día, decidí ir a donde los arquitectos. Un elfo bastante laborioso, llamado Alderun, me ofreció construirme una casa por un módico precio... En fin, estaba claro que no me iba a quejar, pues respecto al asunto del dinero, yo puedo llegar a ser muy mediatico.
Tras unas pocas semanas...Voilá! Sorpresa de casa. Según el elfo arquitecto, por ahora no se derrumbaría, que simplemente hay que cuidarla de tornados, terremotos, saqueadores y demás cosas apestosas...
Pasemos a hablar del interior de la casucha. En fin, para dejarlo todo claro, prima la ruralidad, la sencillez y la monotonía. Esto no es ningún palacio relleno de adornos recargados y por doquier, no, aquí impera la señora Austeridad. El edificio tiene una habitación principal donde hago de todo, desde afilar armas hasta saltar por las paredes. En un principio, las habitaciones suplementarias eran para invitados, pero como no quería ser muy generoso y también para ahorrar molestias a los visitantes, pues las convertí a mi gusto. Una de ellas pasó a ser mi dormitorio, uno de los tres lugares sagrados de mi hogar. Me estoy refieriendo a la cama donde reposo, pues es una de las escasas cosas blandas dentro de las paredes de esta chabola. Las otras dos habitaciones se conviertieron en pasajeras-almacenadoras, donde a veces dejo algún que otro objeto desperdigado.
La cocina, la cual posee una chimenea, siempre está desordenada y sin control, pues allí únicamente me sitúo para las comidas. El salón de estar lo frecuento por las noches y medianoches, debido a que es una de las zonas más iluminadas (abundantes flores lilin a las que proporciono parte de mi energía). Respecto al baño no hay nada que presumir... Bueno, el comedor se dispone apegado a la cocina.
Vámonos ahora al ático. En este rincón, guardo la mayoría de los objetos, así como los de mi pasada vida de mercenario. Libros polvorientos, armas herrumbrosas, armaduras desgastadas y otros objetos formando una auténtica sopa, incluso un cráneo humano suelto por ahí.
El sótano es el tercer lugar más sagrado de mi hogar, después del dormitorio. La temperatura, a lo largo de año, varía entre los 10 y los 15 grados centígrados, por lo que refresca bastante en verano. Aquí se guarda me despensa personal: aguardiente, ron, whisky, brandy, una serie de licores de alta graduación, vodka, anís y un largo etc. Parezco un maldito coleccionista de bebidas alcohólicas destiladas.
Ahora nos salimos al exterior de la estructura a describir el sobrecogedor panorama. Por todo el alrededor, priman el río y los arbustos, aparte de algunos árboles salvajes. También tengo mis propias creaciones, un puñado de árboles para disfrute mío. Wn un lugar apartado tengo mi... ejém... plantación de opio (cuido de las plantas como si fueran mis propias hijas).
Como medidas de seguridad, se distinguen dos componentes:
- Rudi, mi grifo: Lo dejo en mi hogar de lunes a viernes, las 24 horas del día. Su función, por supuesto, es la defensa del hogar y el reconocimiento...
- Trampas: Por los alrededores dejé puestos unos cepos oxidados (menos de tres decenas) para osos, pero que aún pueden saltar sobre algún incauto...
Ya conocéis más de mi vida... ¡y ahora largo! ¡Vosotros no visteis nada, ni yo tampoco!