Sed bienvenidos a la ''Posada de la Media Luna''

Tras largo tiempo en vela, sobre como sacar a flote un nuevo negocio, para dejar atrás mi oscuro pasado de asesino y mercenario. Salí del edificio y me dirigí hacia el recién comprado hostal en ruinas. Por el camino pensé en que sería el nuevo negocio.

Mucho pensamiento: una herrería, un restaurante, una tienda.... Pero entonces una gran idea llegó a mi cabeza, una posada, donde la gente viniera a beber, a comer, a hablar y a divertirse. Tras tantos días de no dormir. Mi gran plan: tener la mejor posada de todo Gold.

El llegar al edificio en las afueras Rosbasha, y nada más abrir con la oxidada llave, un par de ratas salieron por la puerta, abrí un par de ventanas para que entrara luz, y en ese momento descubrí que no sería nada fácil devolver a ese mugriento y asqueroso agujero dejado de la mano de Dios, a la luz y diversión de sus años mozos.

Lo primero que tenía que hacer, era encontrar recursos y a alguien que me apoyara e invirtiera en mi negocio, justamente mi tío Newen, vivía a dos calles de allí, así que me dirigí hacía su casa, pensando como convencerlo ya que no era nada fácil pedirle dinero, pero a muy buena gana me lo dio, me sorprendió basta.

CINCO MESES MÁS TARDE:

La posada está terminada solo hace falta un pequeño detalle, del que me estoy encargando ahora mismo.... Coloque el cartel en la entrada.

!LA POSADA DE LA MEDIA LUNA ESTA ABIERTA AL PÚBLICO¡

Me lleve una sorpresa al encontrarme al primer cliente del día, entro con una apariencia oscura, y cansada, pero un cliente era un cliente. Nada más entrar se dirigió a la barra y tras de eso con una voz fría y mirando hacía el suelo dijo: ''Buenas...''

Se marchó hacía la mesa de la esquina la mesa más alejada. Simplemente me digne a decir: ''Bienvenido'' y de mi boca salió una sonrisa. Me acerque a él y le invite amablemente a sentarse en la barra, ya que era el único cliente, y estar moviéndose de la barra a esa mesa era una pesadez.

''¿Qué va a ser?'' Le pregunte. ''¿Un trago de aguamiel, una buena jarra de cerveza, o una copa del mejor vino de Gold?.''

Agradecí la bienvenida que me ofreció el tabernero de la posada, y también acepte el ofrecimiento de sentarme en la barra ... por lo menos estaría mas cerca de las bebidas ... me levante de mi oscura mesa y me senté en un taburete de la barra, en donde mire al tabernero y le dije: "Sírvame una Cerveza ... ¿como se llama Usted?. Espere respuesta ... ...

Un Saludo.

Acababa de llegar a la ciudad, Rosbasha, y me puse a buscar una buena taberna en la que empezar a ganar dinero. Me dirigí lentamente hacía las afueras, esquivando los barrios pobres y los callejones sucios cuyo cúmulo de porquería podría llegar a ensuciarme la ropa. De repente vi una pequeña taberna, que me pareció adecuada para comenzar con mis "negocios". Abrí la puerta lentamente, y limpiándome la mano con un pañuelo, observé las polvorientas mesas, que para parecer sucias, estaban bastante nuevas. Vi que tan solo habían dos personas: el tabernero y un elfo oscuro un poco apartado. El tabernero no parecía muy rico y el elfo parecía más un mercenario. Me acerqué a la barra, limpié el taburete con mi pañuelo, me senté y me dirigí hacia el tabernero: -Hola, ¿me puede poner una cerveza?, además me gustaría preguntar donde puedo encontrar una mesa de juego- dije mientras sacaba mi baraja. La pasé varias veces por enfrente de los ojos del tabernero, tentándole ha echar una partida. También miré de reojo al elfo oscuro, por si también quería jugar. No era mucho lo que les sacaría, pero quizás lo suficiente para comprarme algún arma nueva.

-Me llamo...

Antes de poder contestarle, un nuevo cliente atravesó la puerta principal de la posada.

-¡UN RÉCORD! Dos clientes en un mismo día.

Me alegré de tener un nuevo cliente, me dispuse, a sacar la cerveza que me había pedido, la saque del portón de la parte de abajo, para abrirla golpeé su tapa contra la barra, y se la dí a el elfo oscuro.

-Por cierto, me llamo Skulin.

Le contesté la pregunta anteriormente dicha, pero nada más apoyarme contra la barra el otro cliente se sentó al lado de la barra y me pidió otra cerveza.

-Hola, ¿me puede poner una cerveza?, además me gustaría preguntar donde puedo encontrar una mesa de juego.

Le puse la cerveza y él, me restregó la baraja por la cara, como si quisiera que jugara, pero no sería tan fácil convencerme, así que le dije insinuosamente.

-Pues sí, pero solo aceptamos profesionales, lo siento...

Solo para profesionales había dicho el tabernero. Bueno, yo no era precisamente un principiante. Guardé las cartas en el bolsillo mientras pensaba: -Parece que la gente de ciudad no es tan fácil de convencer como los paletos de pueblo.-. Decidí optar por dialogar un poco y de paso conseguir informaciones importantes:
-Bueno, pues entonces conversemos un rato- propuse mientras bebía un pequeño sorbo de la cerveza, la cual era un poco mas refinada que la de los pueblos- Me estaba preguntando donde podría unirme a un Clan, ya que me vendrían bien algunos compañeros de trapicheo, ¿no sabréis de algún Clan que busque gente? - dije al tabernero. En realidad me daba igual unirme a un Clan o a otro, o no unirme, pero necesitaba información y rápido, para empezar a tener contactos en la ciudad que me tapasen si alguno de mis trapicheos salia mal., además de que era una forma fácil de entablar conversación. Miré la botella fijamente y le pasé el pañuelo suavemente por encima, limpiándola un poco.

Off: Siento muchíiiiiiisimo la tardanza, pero tranquilos que ya estoy totalmente activo, por cierto el orden sera: Yo, Striker, Derivol y Death.

On: Tras decirle que solo aceptábamos profesionales, el joven digo que conversáramos un poco, me preguntó si había un clan cerca para poder unirse, un mala expresión vino a mi cara recordando mi pasado, pero después le conteste: - Pues depende de lo que quieras, si eres malvado puedes unirte a la Hermandad Oscura, un grupo de asesinos, o si eres bueno, tienes a los Buscadores de la Luz.

Tras contestarle me apoyé en la pared y empecé a limpiar un vaso, vi que a al elfo oscuro se estaba acabando la cerveza, así que le saque otra. Decidí sacarme una botella de Whisky y empece a fumarme la pipa antigua de mi padre.

-Por cierto, ¿qué tal va todo, alguna aventura?

Asi que tan solo había dos clanes a la vista... y vaya vaya, daba la casualidad de que allí antes mis propios ojos rojos, se encontraba el líder del clan de los oscuros. Decidí que estaría bien saber un poco más del clan antes de sopesar la idea de unirme. El tabernero también me había hecho una pregunta, pero me picó la curiosidad sobre el clan, por lo que le respondí de forma rápida: -Pues la verdad es que no, acabo de llegar aquí, si usted me disculpa, me gustaría hablar con el caballero de la mesa.- y con esto dicho, me dirigí hacía la mesa del elfo oscuro, retirando la silla y sentándome en ella. A continuación clavé mis ojos en los suyos y le dije: -Mi nombre es Derivol, y me gustaría saber más sobre tu clan y sus ideales. Encantado de conocerte Striker.-parecía un tipo muy misterioso, pero no me amedrenté ante su presencia. De repente, cuando Striker estaba apunto de responder, la puerta de la taberna se abrió de par en par.

Mi conversación interior continuaba, y mi viaje extasiado me llevó a una posada de las afueras de Rosbasha, cuyas puertas abrí de par en par con un sonoro golpe. Habían tres personas, cuyos rostros no reconocí ya que tenía la vista borrosa. Me desplacé con ritmo penoso, como enfermo, hasta una de las filas de más al fondo, alejado de las miradas indiscretas, y seguí con mi diálogo sentado en ella. Todo aquello que le decía o que le gritaba a mi yo interior, era en realidad un susurro en la realidad, y tan solo se me oia murmurar suavemente.
Mientras en mi interior:
-¡Ni de coña, no pienso beber sangre!-
-Deberás hacerlo, ya que tu tienes el cuerpo común, y sin sangre me muero.-
-Pero, eso tiene que ser asqueroso...-
-Que va, seguro que te gusta.- respondió con una risotada maquiavélica.
-Bueno vale, pero tu a cambio no puedes intervenir en ningún momento que yo no te lo permita.
-Eso no está del todo claro...
Así continué hablando con el vampiro, mientras el mundo a mi alredor iba desapareciendo de mi vista. Una vez acabase el diálogo y los tratos todo volvería a la normalidad pero de momento la taberna parecía muy lejana.

Vi como ambos clientes se sentaron en la mesa de la esquina, y nada más hacerlo otro cliente cruzó la puerta, no le mire ya que estaba muy ocupado encendiendo mi pipa de fumar y sacando el Whisky, tras hacer esto, me dirigí hacía la mesa del nuevo cliente para limpiarla.

-Con su permiso.-Dije-Espera, yo a ti te conozco, eres Dielf el chaval que me ayudó en el bosque cuando nos atacó el mago.

Me acerque a la barra y cogí una botella de cerveza y me dirigí a la mesa.

-¿Qué te cuentas, has escrito muchas historias?-Dije.

Me senté y abrí la cerveza, se la ofrecí y mientras seguí fumando con la pipa, mientras aquellos otro dos hombres seguían murmurando...

Miré de reojo al individuo que acababa de entrar, pero me parecío pobre y siniestro, por lo que me concentré en la coversación que estaba teniendo con Striker. Una vez acabó de darme todas las indicaciones sobre el Clan, le respondí convencido: -La verdad es que la idea de unirme a tu clan me atrae, pero, ¿habría lugar en él para un ladrón? Además, me dedico a la alquimia y también ejerzo de mago arcano, cosas que podrían beneficiar a vuestro clan en el caso de que nadie ostente esos puestos.- Me aclaré la voz y bebí un poco de tibia cerveza. Striker me parecía misterioso, pero parecía una persona bastante capaz de líderar, y veía bastante futuro en sus ojos. Volví a mirar al tipo que se había sentado en la mesa del fondo... parecía que se encontraba mal por momentos, pero supuse que el tabernero ya le ayudaría, por lo que continué tranquilamente mi conversación con Striker: -¿Y que tengo que hacer para unirme a la Hermandad Oscura?
De repente el tipo de la esquina empezó a actuar más raro.

Levanté la mirada lentamente hacía el que me hablaba. Parecía ser el tabernero... había visto su cara antes, pero no podía recordar quién era. Me fijé más atentamente. Creí recordar que me había enfrentado a un mago junto a ese chico. El contrato y el diálogo con el vampiro habían acabado, y para cerrar el contrato solo tenía que dejarle el cuerpo durante una media hora o por ahí. No me parecía un buen momento, pero el vampiro insistía, por lo que no tuve más remedio: -Vale, te dejaré el cuerpo, pero no te metas en ningún lío vampiro, recuerda lo acordado.
- Siiii, vaaaaleee, no me des la brasa y déjame salir. Por cierto, no me llames "vampiro", me llamo Lían.
-De acuerdo Lían, pero no la armes.
Con todavía un poco de miedo a que Lían se descontrolase, dejé fluir su energía dentro de mi. El tabernero me miró con una cara extraña ya que no había respondido a su pregunta. De repente, mi cuerpo se dobló hacía atrás y mi cara se tornó en una mueca de dolor. Con las uñas hice surcos sobre la mesa con un chirriante ruido, y a continuación, mi cabeza se abocó hacía la mesa, quedando mi nariz a escasos centímetros de ella. El pelo se me volvió más largo, cayendo en cascada por delante de mi cara y por detrás, al mismo tiempo que se volvía del color más blanco. Mis sentidos se agudizaron, de forma que empecé a oler todos los olores de la sala, entre ellos el sudor del tabernero, la colonia barata del tipo de los ojos rojos y el veneno de las dagas del otro tipo. Mis ojos empezaron a contraerse y expandirse, afectados por la escasa luz que entraba por la puerta, y se volvieron de un rojo oscuro, sucio. Entonces mi piel también empezó a cambiar, volviéndose verdosa oscura y más arrugada, mientras que en mi boca notaba como los colmillos me crecían. Por último y con un espasmo, de mi espalda surgieron, haciendo dos agujeros en mi camiseta y en la chaqueta, dos alas, como de polilla, pero con texturas negras y marrones, con formas rotas como de mordiscos. Eran bastante grandes, pero tenían agujeros y roturas, así que dudo que pudiese volar con ellas. Noté como aumentaba mi fuerza física, tanto de piernas como de brazos y de repente me encontré desplazado, como que ese cuerpo no era mio y que yo solo podía notar lo mismo que él, pero no lo controlaba yo. Lían... había salido. Este levantó la cabeza con su horrenda cara, que ya no se parecía en nada a la mía y le dijo al tabernero: -Hola, ¿me podría poner un vasito de sangre?- A continuación empezó a reirse con sonoras carcajadas, con voz fría y cascada, casi tosiendo.

Tras ver que no me reconocía, empece a beberme la botella de Whisky, pero de repente el chico, empezó a convertirse en una semilla del aberno, una cosa inimaginable, algo horrendo, algo que molaba...

-Vampiro, ¿eh?

Me pidió un vaso de sangre, y aunque pareciera increíble, guardaba bajo un sobre-fondo de la despensa un par de botellas de sangre, ignore su transformación y su risa, y me senté.

Oí la conversación de los otros hombres, hablaban sobre la Hermandad Oscura, clan del que yo era miembro, me fije en esa conversación, oí que el elfo oscuro, era el líder, pensé que me reconocería, pero por precaución, saqué el talismán y en desde mi mesa se lo mostré...

La conversación con el líder del clan estaba llegando a su cúspide, y me dijo que estaba invitado a unirme al clan, a lo que respondí: -Claro, en cuanto pueda haré la inscripción, me encantará trabajar con vosotros.- Cuando acabé de pronunciar la frase, de repente el chico de la esquina se transformó en una especie de vampiro, pero con alas como de mariposa y medio podridas. Su aspecto también había cambiado por completo, era casi como otra persona distinta. No me extrañé demasiado, ya que en mi vida había visto cosas más extrañas que esa, pero si que me impactó un poco que para ser una hibridación, parecía que no era la misma persona, y eso era muy raro, ya que al cambiar de cuerpo se suponía que mantenías tu voluntad y tu conciencia. Me fijé en un extraño simbolo que le enseñó el tabernero a Striker, y supuse que pertenecía también a la hermandad oscura. Mientras el posadero se sentó con el vampiro, yo decidí continuar mi conversación con Striker:
-Bueno, hablame del simbolo del clan, ¿que significa y para que sirve?-

Lían pareció sorprenderse de que le trajesen el vaso de sangre de verdad, pero se lo bebió a los pocos segundos, relamiéndose. El sabor semi-tibio y dulzón de la sangre me llegó a mi también y me dio un escalofrío de lo asquerosa que era la sensación. De repente, Lían se fijó en el amuleto, y yo lo identifiqué: era el amuleto de la Hermandad Oscura, el clan donde yo era el Portavoz. Dejé que Lían extrajese de mis ropas el amuleto, y poniéndolo sobra la mesa dijo: -Vaya, parece que estamos todos en familia. Dielf también pertenece a ese clan.- Después se giró hacia Striker y le miró fijamente.- ¿Tu no eres Striker? ¿El chico que acompañó a Dielf durante una buena temporada?- La verdad es que a Lían no le importaba en lo más absoluto la respuesta, y en cambio se giró hacía el tabernero que se había sentado con él y añadió: -Hacía mucho tiempo que no salía, y justo cuando salgo se me ofrece una copa de sangre deliciosa... - dijo relamiendose- No me gusta beber sangre directamente de mis presas, asi que, si no te importa, ¿podría venir aquí a alimentarme de vez en cuando?, Dielf te lo pagará.-
-¡¿Queeee?!- le dije a Lían desde su interior- Yo no pienso pagarte tus vicios-
-Pues que prefieres, ¿Ir por ahí desangrando gente?-pensó Lían para que le escuchase solo yo.
-Bueno, puede que en eso tengas razón.-
Lían esperó ansiosamente la respuesta del tabernero.

Al parecer todas las personas que estábamos allí, eramos miembros de la Hermandad Oscura.

-Vamos a celebrarlo.

Dije mientras sacaba una botella del mejor vino de Gold de la despensa de la barra. Saqué tres vasos, uno por cada persona, excepto el vampiro, que parecía estar encantado con su vaso de sangre, estaba tan encantado que me preguntó si podría venir aquí, siempre que quisiera, yo claramente acepte. Un cliente fijo me vendría de perlas.

-Claro que sí, mejor así tengo un cliente fijo.

Me acerqué a cada uno de los hombre allí sentados y les dí un vaso de vino. Me senté en una de las sillas puestas en el centro de la posada.

-¿Y qué tal va la Hermandad, hay muchos miembros?

Me gustó bastante el simbolo del clan y su funcionamiento en general, por lo que decidí que me uniría a él. A continuación Striker se levantó y se sentó en la mesa con el tabernero y el bicho ese. Yo hice lo mismo, ya que todos parecían formar parte del clan y la verdad es que me quería integrar en él lo más pronto posible. Una vez me senté, Striker le preguntó al vampiro sobre como tenía el amuleto y quien era. Yo me mantuve callado mientras bebía mi copa de vino, esperando una parte concreta de la conversación en la que pudiese meter algo de poker. Me fijé en la extraña criatura. Era realmente fea.

Pareció que Striker no me había visto antes de la transformación, por lo que no sabía quien era. De repente Lían contestó: -Me llamo Lían Von Herderberg, silfo vampiro. Soy el vampiro que reside en el interior del semi-silfo Dielf, Portavoz de vuestro clan, encantado de conoceros a todos.
Dicho esto tomó un poco más de sangre, con lo que me volvieron a entrar arcadas y miró fijamente a Striker, moviendo levemente sus alas de mariposa putrefactas.

Ignoré las conversaciones ajenas y seguí bebiendo, mientras observaba a los otros dos miembros y al vampiro.

-Parece que te agrado el funcionamiento del Clan ... el emblema de "La Hermandad Oscura" corresponde al que poseen todos los miembros en sus amuletos personales del Clan ... y simboliza a la oscuridad que reside en todo corazón ... la cual se utiliza como cada uno lo ve conveniente.

Le dijo el que parecía ser el jefe del clan al joven que acaba de unirse al clan, me fije en el parecía un poco raro, como si no estuviera aquí, estaba atento a otra cosa. Entonces me acorde que él quería jugar al poker.

-Querías jugar al poker, ¿no?-Dije mientras me levantaba.-Sígueme, y vosotros también si queréis.

Me dirigí hacía una de las puertas que había detrás de la barra, la abrí y se vio una mesa de poker reluciente y una mesa de blackjack.

-Adelante, caballeros.