El entrenamiento en la academia comienza.

Por fin, por fin había encontrado aquello que me llenaba en la vida: Enseñar. Llegué temprano a la academia, sobre las nueve de la mañana, y no había nadie a parte de mí. Era un edificio enorme, cuyo campus estaba dividido en varías parcelas, entre ellas un campo de entrenamiento, una biblioteca, un campo de tiro con arco, una parcela de bosque, un gran lago... realmente era grande. Mi mente vagaba dispersa, colapsada por tanta magnificencia, y me pasé casi toda la mañana paseando por sus distintos lugares de interés. Se suponía que estos campus tendrían que estar llenos de alumnos, pero hoy era el dia de la inauguración, por lo que nadie sabía nada de esta academia, excepto por los rumores que se empezaban a extender por todo Gold sobre la formación de la misma.
Me acerqué a la puerta principal del edificio central, en la cual ponía una nota para mi:

Nota:

Una vez leída la nota, desenrollé un pequeño papel que venía con ella y dentró me encontré una especie de pincel cuya punta brillaba en un color purpureo. Sonreí y a continuación me senté en los escalones de la entrada esperando la llegada de mi primer alumno o alumna.

(Off Rol: Bueno chicos y chicas, aquí estamos. Mi idea de esto no es precisamente una escuela donde se aprenda teoría pura y dura y se hagan difíciles exámenes. ¿Que aprenderéis a rolear? Si, pero lo haréis roleando, por que no hay mejor manera de aprender que coger práctica. Pero esto no será tan solo una sitio donde aprender, sino un sitio donde forjaros vuestra propia historia, y donde conocer a gente con la que después rolareis por todo Gold. La idea de esta academia es ayudar a los nuevos a integrarse en el foro y formar grupos de roleo. Espero que os lo paséis genial por aquí y que aprendais mucho. Para cualquier cosa que necesiteis decirmelo. Un saludo de vuestro profesor Dielf (DeathAlquemist) )

hola mi nombre es Haku y vengo a que me ayudes

¿Y qué cojones se supone que debo hacer aquí? Tras un día de mierda, sin ninguna lucha ni sobresalto, tuve que conformarme con llegar a aquella ''academia'' a solicitar la ayuda de un profe. Bueno, al menos para empezar, me alegré de que tuviera un campo de entrenamiento. Era muy grande y podría ponerme donde quisiera, pero sobre todo, me atraía la idea de que alguien se me enfrentase.

Acaricié nerviosamente mi katana envainada y me adentré en el campus. Era muy vasto y a la entrada de la puerta principal había dos sujetos: eran una elfa oscura de no muy terrible aspecto y el otro parecía un humano corriente y moliente, aunque notaba en su interior una maligna aura vampírica... Decidí ir a conocerlos de un modo superficial, así que metí manos en bolsillos y fui en pos de esos dos con paso sereno y acompasado.

Me acerqué hasta ellos, paré cerca de las escaleras y les solté sin más:

- ¿Y bien?

Al cabo de un rato de esperar, vi llegar tranquilamente a una elfa oscura, que se me acercó y me dijo que se llamaba Haku. Me levanté con una sonrisa. Estaba feliz de que ya hubiese llegado mi primera alumna, y le tendí la mano en símbolo de saludo, pero cuando me iba a presentar, apareció por el camino principal de la academia otro de mis futuros alumnos. Parecía bastante rebelde, ya que se acercaba a nosotros con aire despreocupado, con las manos en los bolsillo, y antes incluso de saludarnos, nos lanzó una pregunta un tanto irónica. Bueno, la aptitud del nuevo chico, que parecía ser un demonio, no me sorprendió, pero aun a pesar del brusco comentario, le sonreí felizmente y también le tendí la mano mientras me presentaba: -Hola, me llamo Dielf, y voy a ser vuestro profesor aquí en la academia. Encantado de conocerte Haku, y...- me giré inquisitivo hacía el chico demonio- ¿Tu eres?- le pregunté sonriendo.

(OFF Rol: Duna, fijate en nuestros posts. Describimos las acciones y nuestros diálogos están escritos con distinto color. Los posts deben tener mínimo tres lineas de texto ánimo! y poco a poco XD)

¿y este demonio que se cree?

¿quieres pelea ?
por que la verdad ya empiezo a desesperarme necesito destruir algo o pelear
y de repente empieza como que a retar al demonio

(Off Rol: duna, ya se que no sabes rolear, pero fijate un poco en como lo hacemos nosotros anda XD y tienes que usar otro color que no sea ni el rojo ni el verde que son nuestros. Tienes que describir más las cosas, como te sientes, lo que piensas, el escenario, lo que haces, los movimientos, gestos y todo eso XD Anda edita el post y pon las descripciones y todo eso)

Y muy pronto se iniciaron las presentaciones. El flipado de nombre Dielf mencionó que iba a ser nuestro profesor. Se le veía bastante contento. Gracias a su charla, conocí el nombre de la elfa oscura: Haku.

En cuanto terminó de saludar a la elfa oscura, se dirigió hacia mí. Espera, espera... ¿Me estaba tendiendo la mano? La miré mientras que mis manos seguían estáticas y guardadas en los bolsillos, y luego mis ojos coincidieron con los suyos. Parecía el típico ''profe-de-buen-rollito'' que pretendía quedarse con todos. No hice nada más que limitarme a decir mi nombre:

- Soy Azogue.

No pude pasar por alto el comentario desafiante. En cuanto lo oí, la miré y una de mis famosas sonrisas de demente se dibujó en mi rostro:

- Cuando quieras, negra.

Parecía que el ambiente se estaba empezando a calentar demasiado. De repente la elfa oscura retó a Azogue, cosa que me dejó pasmado. Esto era una academia, y no se podía luchar fuera del área de entrenamiento, por lo que decidí que tenía que detenerles. No creí que dialogar sirviese de mucho, por lo que pensé: -Lían, ¿te puedes hacer cargo de esto porfavor?- Esperé por una respuesta. De repente escuché: -Claro, dejame salir anda, que tienes menos autoridad...- dijo riendo. Mi transformación, ahora mucho más rápida se ejecutó de inmediato, saliendome las alas de polilla, los colmillos, volviendoseme el pelo blanco y saliendome chepa. Por último, Lían hizo su aparición. Con una risa entre toses dijo: -Chicos, esto es un escuela, no quisiera tener que castigaros.- y diciendo esto, con gran velocidad le propinó un empujón a Haku y agarró a Azogue por el cuello de la camisa, diciendole en la cara:- Y tu, más vale que no causes problemas. Por último le lanzó en la dirección contraria que a Haku y volvimos a intercambiar cuerpos. Cuando volví a la normalidad comenté de nuevo con una sonrisa: -Espero que a partir de ahora limitéis vuestras batallas al campo de entrenamiento, y ahora seguidme por favor.- aclaré dandome media vuelta hacía el pequeño riachuelo que se encontraba al lado del campo de entrenamiento.

estaba enfadada pero me di cuenta era mejor callarse por ahora era mejor aguantarme por que si no acabaría de una manera que no era la mejor.la verdad es que ninguno de los dos me gustaba prefería estar sola directamente ni uno ni otro me caía bien, era como si hubiera algo que me repeliese.
pero de repente se me dio por preguntarle al porfesor
que cuando entraríamos en acción ya que tenia ganas de acaba rápido con esto

Horas... horas de completa melancolía había pasado en estos tres últimos días. En esos tres días había rondado por algo que parecía una escuela. El primer día me limité a observarla con detenimiento: su arquitectura, la piedra que formaba aquellos enormes muros de la escuela, sus torres y sus ventanas, con inmensidad de cristales de colores fomando hermosos mosaicos. El segundo día me decanté por saber el nombre de la escuela. Y el tercero, me decidí. Estaba dispuesta a inscribirme en aquella escuela para inculcarme conocimientos y conocer a personas, que seguramente, en un futuro, serían conocidos de batallas.
Alcé el vuelo, aleteando sigilosamente y con delicadeza cada una de las plumas que formaban mis étereas alas. Volé hasta llegar a un gran patio central recubierto de un gran cesped. Allí divisé tres figuras. Aterricé lentamente, volviendo a aferrar las alas a mi delicado cuerpo, estando prepradas para comenzar a volar otra vez en cualquier momento. En efecto, mi vista no me engañaba, eran tres personas las que estaban plantadas enfrente de mí, mirandome con curiosidad. Una de ellas era una mujer, vestida con las vestimentas típicas de los elfos oscuros. El otro un chaval un tanto inquietante, desprendía un aura que detestaba; un demonio. La última figura tenía pinta de ser el profesor que seguramente me impartiría clases, supuse que sería un mestizo ya que parecía humano pero tenía un ligero olor a vampiro.
Sin más dilación y espera, me presente.
-Me llamo Hikari y con sumo gusto seré una alumna más.- mi tono era cortés y calmado, pero bastante frío a la vez.
Siendo ese mi primer día, no me gustaría ganarme ni mucho menos enemigos.

Todo indicaba a una buena pelea, pero súbitamente nuestro profesor se transformó en su otro ''yo''. Alcé una ceja al advertir que nos alejaba y que me advertía que me mantuviera calmado. Desde mi punto de vista, era incluso más feo que la elfa oscura. Sin embargo, a pesar de conseguir apartar sin mucho esfuerzo a Haku, a mí apenas me hizo retroceder un par de zancadas aquel chupasangres. Por ahora, me estaba conteniendo, y procuraría vigilarles de cerca. La academia pasó a un segundo plano, ahora me centraba en analizar a esos dos individuos... bueno, tres.

En tanto, que el ambiente se calmaba vi cómo una hermosa chica bajaba del cielo hasta nosotros. Su sagrado halo me estremeció un poco, pero sin llegar a achantarme, por supuesto: tenía en frente de mí a un ser de naturaleza angelical. Se presentó como una tal Hikari...

Esto empezaba a ponerse interesante. Dejé momentáneamente la disputa que se estaba cociendo y esperé a ver... No me gustaba esperar y mucho menos analizar. Yo era de esos a los que les gustaba ir al grano directamente.

y de repente vi a "aquello" la verdad se me hacia demasiado extraño no savia lo que era y eso me ponía bastante nerviosa, pero me controle y la salude con un tono frío y algo amenazador:
mi nombre es Haku y espero poder conocerte mejor , dicho esto me parte sigilosamente hacia un lado con una cara algo desencajada, sinceramente no me gustaba nada que cada vez hubiera mas gente, tenia ganas de destruir, de pelear, era lo que mas amelaba era mi deseo.

Con atención, revisé el no dejarme ningún detalle en los que iban a ser mis compañeros. El demonio tenía pinta de no ser un gran ejemplo de seguir en cuestión a las normas. Y eso en lo muy hondo de mi ser, me gustó bastante. Aunque yo era una gran devota de las reglas, desde pequeña había tenido un poco de rebeldía. Y la elfa oscura... digamos que tenía pinta de saqueadora.
Pero el comentario de la elfa interrumpió mi ''inspección''. Según ella se llamaba Haku. Al escuchar su comentario me dió la sensación de que este contenía amenaza y agresividad. Si estaba buscando broncas conmigo no las encontraría, ya que si eso, pasaría de ella. Solamente me digné a seguirle el comentario.
-Si, a mí también me gustaría conocerte mejor.- mi rostro era frío e impasivo.
La verdad, nunca le daría más de mis datos a aquella elfa oscura. Lo primero porque no me gusta hablar de mí ni de mis cosas, lo segundo porque me daba que no congeniabamos.

of rol Hikari una pregunta tu que raza eres?

Off rol: Soy un ángel, ¿por qué lo preguntas?

off rol no para poder seguir con el rol ahora borremos los mensajes

Off rol: Continúa tú con el rol anda, por cierto no hace falta borrarlos pero si quieres...

ok off rol

Off Rol: Vosotros lo de respetar los turnos nada no?? XDD bueno, no pasa nada, de momento os voy a separar en dos clases, las clases de la mañana y las clases de la tarde. Las clases, aunque en horario de Rol serán distintas horas, en la realidad son simultaneas. Voy a abrir otros dos temas. La división por clases será: Hikari y Azogue en las clases por la mañana, los nuevos que entren entraran a las clases de la tarde. Duna, como a ti te cuesta mas, me ha dicho alby que te pase a una clase con él que te enseñará lo básico vale?? Espero que todos esteis conformes con lo dicho. Si alguien no esta conforme que me mande un MP.

On Rol: Ya tenía a tres alumnos, pero parecía que el ambiente estaba un poco caldeado, y a lo mejor Lían no era capaz de controlarles sin hacerles daño en el caso de que se iniciase una pelea. Parecía que una ángel se había unido al grupo. De repente, un águila se acercó volando hacía mi y parecía que llevaba un mensaje. Agarré el papel y lo leí lentamente. Venía de parte de Alby Rocnus, el líder de Los Buscadores de la Luz, y en ella se explicaba que pronto vendrían más alumnos a la academia, y que para sentirme más cómodo podía dividir las clases. Además ponía que la alumna llamada Haku, debía ser transferida a una clase especial con él. No sabía a que se debía todo esto, pero estaba claro que tendría que hacerle caso. Se la enseñé a mis alumnos, y sin esperar respuesta ninguna, me dirigí hacía el campo de entrenamiento, a esperar a que viniesen mis alumnos de la mañana, que, como debía hacer yo los grupos, serían Hikari y Azogue, y ya esperaría a la tarde por si venía alguien más.
-Hikari, Azogue, venid conmigo que vamos a dar comienzo con la clase. Haku, tu puedes partir ya hacía la clase de Alby.

Bueno n sé si esto sigue activo, pero yo participo....

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Pisé la tarima de clase. Olía a un sabor extraño, añejo, quizas, de tantas y tantas clases impartidas en aquel aula.

<> pensé.

Di unos pasos y rocé los pupitres con la yema de los dedos,no había polvo, era un tacto suave y limpio, entonces me cuestiné mi teoría del uso de esas aulas.

-En fin- dije en voz alta, ¿cómo si hubiese alguine más?

Tomé asiento en la última fila y mientas me distraí mirando por la ventana el cielo. Esperando la llegada de alguien.

Nunca jamás en la vida imaginé hacer esto: enseñar. Era como si me obligaran a comer frutas, ¡qué asco! Y yo que creía que mi vida se limitaba a combates, invasiones, incursiones y destrucción. ''Pos'' no, que ahora debía hacer algo en pro de esta humanidad. Me culpé de mi actitud sumamente estúpida cuando solicité a ese estirado mago blanco el curro de maestro.

En fin, no me iba a arrepentir de mis fechorías de demonio, así que, sin más que contar, penetré en la academia. Conforme cruzaba el camino desembocante en la puerta principal, contemplé lo vasta que era la estructura. Sobre todo, me fijé en los campos de entrenamiento, siempre aguaradando ahí a que un ávido alumno se liara a palizones con los que ponerle a prueba. Sonreí para mis adentros.

Al poco de subir la escalera, abrí la gran puerta de la entrada principal y me inmiscuí en el edificio. Aunque también era vistoso, no me molesté en observarlo detenidamente. De repente, oí una voz y tras varias zanacadas descubrí una puerta de aula abierta y un supuesto alumno. Me acerqué a la puerta, me incliné en el borde y dirigí mi neutra mirada hacia aquel joven humano:

- ¿Te has perdido? - le pregunté sin ningún tono en concreto.

Me distría mirando las nubes e intentando recordar porqué estaban en el cielo, porqué se movían, porqué me preguntaba esas cosas, si solo era un cielo. De pronto me asaltó una voz inesperada, aunque ahora que recuerdo, yo esperaba a alguien.

-¿Te has perdido?- me dijo con un tono neutro.

-Más bien creo que me he encontado- respondí con una sonrisa en los labios.

Analicé al individuso que acababa de entrar, vestimenta blanca, pelo azul, y una media mandíbula de su lado derecho de la cara. Definitivamente era un tipo extraño, quizás demasiado para ser profesor en una academia.

-Es usted el profesor- le dije con tono de desgana, la sonrisa había desaparecido.

La verdad llevaba demasiado tiempo esperando y el hombre que se hallaba aienas a un par de metros de mí no despertaba mi interés.Es más me daba mala espina...

[OFF-ROL: Empecemos con las correciones: 1- Lo que tu PJ diga/exprese mediante sus propias palabras debería ir en color (yo, por ejemplo, me he pillao el rojo). 2- ''Es usted el profesor'' va encerrado en signos interrogativos. Se supone que me estás preguntando algo... Por lo demás, todo marcha bien]

El alumno se giró a contemplarme cuando le llamé la atención, aunque me respondió de un modo diferente al que creí. ''Este es de los buenos...'', me dijé para mis adentros. Tan pronto como me preguntó por lo de maestro, procedí a contestarle sin variar mi tono:

- Bingo. Vengo a darte un par de lecciones sobre este rollito -tras esto, me giré para pirarme ya de aquí. Antes de que él me perdiera de vista, dije - Para tu suerte, las clases empiezan mañana por la tarde. Acude con prontitud, pues te esperaré allí con antelación.

Y me largué, con el siguiente objetivo de pensar el cómo iba a ser la instrucción de aquel zagal. Tenía que calentarme el tarro por un simple humano, aunque a lo mejor escondía algún que otro secreto y no me importaría descubrirlo. Bueno, todo se vería mañana, en las clases vespertinas...

Ante mi impertinente respuesta el individuo que se suponía, era mi profesor, me anunció con el mismo tono de voz:

-Bingo. Vengo a darte un par de lecciones sobre este rollito.

A continuación se dispuso a abandonar el aula, casi vacia, pero antes volvio a a dirigirse a mí para advertirme:

-Para tu suerte, las clases empiezan mañana por la tarde. Acude con prontitud, pues te esperaré allí con antelación.

<<¿prontitud?>>

Su voz se apagaba en el descansillo y yo empecé a cuestionarme si aquel individuo fuera definitivamente mi profesor, debia serlo, parecía curtido en bastantes batallas, aunque su modus operandí no era de lo más profesional que cabía esperar. Supongo que yo tampoco le causaría muy buena impresión.
En ese momento volví a mirar por la ventana, pero esta vez ninguna nube pintaba el cielo.

-Supongo que es hora de empezar a escribir un presente, así a lo mejor algún día encuentre mi pasado.

Hacia tiempo que no volvía a la academia, y me esperaba que todo estuviese desastroso y sucio. De repente, en cuanto alcé la mirada frente a la puerta de entrada, me di cuenta de que todo estaba impecablemente limpio. Sonreí levemente mientras dejaba mis maletas en la recepción, mientras pensaba en lo bien que me la habían cuidado en mi ausencia. Después de mis últimos viajes había vuelto por fin y tenía muchas ganas de empezar de nuevo con los alumnos, y tal vez retomar mis viejas aventuras con la gente que había conocido últimamente.
Guardé mi ropa en los armarios para profesores y me senté en las escaleras como hice antaño en la época en la que entré a la academia por primera vez y un olor a nostalgia invadió mi mente, mientras esperaba a algún nuevo alumno, o a un viejo alumno que viniese a hacerme una visita.