Hacía ya bastante tiempo que había tenido que volver al bosque de Lórien, pues una gran enfermedad había atacado a mi pobre madre y tuve que partir sin dar explicaciones cuando un mensajero llegó a mi palacio aquella noche. Había pasado meses en Lórien, cuidando de mi madre y cuando ella ya estubo curada, me quedé un tiempo más pues me sentía incapaz de irme. Dos días atrás, un mensajero había llegado notificándonos de una grave enfermedad que recorría Erehn y que la Corte había caído presa de ella. Fue entonces cuando decidí que debía volver, que el Reino Élfico me necesitaba. Y aquí estaba, cruzando el límite del Bosque de Oro, camino de Erehn.