Crónicas de Abysso: en el nombre del padre [libre / +18]

Crónicas de Abysso
Segunda Trilogía
(Parte II)

Llegábamos a los bosques del reino élfico, creo haber estado aquí antes, tal vez este es el llamado Jardín de la Paz, tal vez no. La cosa es que una vez que entramos a la perisferia del lugar Myla se cansó de intentar convencer a la terrestre, era los más entretenido del camino hasta que intentando cruzar un tronco gigantesco en forma de puente, que obviamente fue colocado así a modo intencional, un ogro se nos cruza...
—¡Paren la marcha!— nos ordena obstruyendo con su inmensidad, era tan alto como dos humanos promedio y poco más.
—Darme ustedes ya la comida que tienen, ¡o me enojaré!— dijo con enojo pisando el puente con fiereza.

—¡Ogro malo, ¿sabes acaso quién es mi papá?!— exclamó Myla confiada dando pasos al frente de mí, tuve que llevarla hasta detrás de mis piernas enseguida susurrándole lo mucho que no debía intervenir:
—Myla, papá no quiere problemas con el ogro malo— murmuré apretando los dientes casi de boca cerrada.
—¿¡Quién es tu padre!?
—La pobre sufrió un trauma cuando perdió a su padre, ¡lo ve en todas partes!— mencioné a las risas con tono chistoso.
—¡Él es mi papá, Abysso el Nocivo!— me señaló ella...
—¿Abysso el Nocivo? Oye corazón, ¿cómo que ''el Nocivo''? ¿de dónd...
—Tú eres Abysso ¡eh!— interrumpió sonriente el ogro.
—Aysh sí, yo soy— resoplé resignado bajando la cabeza y los brazos.
—Sí, tú eres, te recuerdo... a ti te recuerdo de cierto momento...

Vaya vaya, me recordaba de cuando estuve en la tripulación de Roana Lynnette la Capitana vampiresa, ¡que malas noticias!
—Yo era prisionero del barco que tu Capitán hembra atacó, vi el final desde las costas de la Isla Prohibida, ¡Jah-jáaahy!
¿Eran buenas noticias entonces? no podía entender por qué sonreía, o era porque me tenía a mano para achicharrarme a garrotazos o era porque estaba alegre de verme, pero 'alegre' enserio.
—¿Eso significa que nos dejarás pasar tranquilos por el bosque?— preguntó Sarah desconcertada.
—¡No!— respondió asustándonos —Significa que los llevaré ante el sabio elfo viejo Vanedhel, ¡jahy-jaaaahj!
—Es a quien buscamos papá.
—Qué raro que lo sepa, es como si ese Vanedhel nos estuviera esperando.— aclaré.
—¡Pues claro que lo sabe, hombre! ¡...demonio! Traia le avisó con anticipación, ¡jehy-jehj!
—Bueno, confiaré en tí ogro, sólo porque nombraste a la chica rana.

El ogro tenía un enorme perro de mascota, sería buen corcel para Myla en el trayecto a la morada del supuesto elfo.

Spoiler:

Y Sarah ahora podía disfrutar de un lugar hermoso, que no era pantanoso; para ella era mágico, se sentía un hada por lo que noté, tal vez reflexionara un poco sobre lo de querer volver a la Tierra...

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... ¡Ingenua!

El hogar del elfo era un gran roble cuya entrada poseía escalones hechos de raíces que bajaban como pasando por un túnel de rosas, violetas, y otras... Adentro tenía el elfo un impresionante jardín, ¡bajo tierra! Y el ogro no nos acompañó más allá de la entrada, tuvimos que seguir la melodía que flotaba en el aire, ¿tocaba el algún instrumento? se escuchaba como una ocarina.

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Dimos con él, no parecía nada anciano, de hecho su aura no apestaba a elfo, ¡ni siquiera a luz! Esto ya me daba mala espina, además usaba un pendiente igual al de Ivy ¡Qué rayos!

—Bienvenidos sean, Abysso y Myla, ¡oh! Y Maara, te creía muerta.— nos saludó.
—No me digas, ¿enserio?— responde Sarah sin intentar aclarar que no era la tal Maara.
—No andaré con vueltas...— nos dijo dando un chasquido con los dedos, parecía ser un hechicero bien adiestrado, se cerraron las salidas atrás nuestro: vegetación afilada, ramas y tierra rocosa, ya Myla se comenzaba a incomodar, ¡finalmente una manifestación de que tiene emociones de esas!
—Maara, tu ropa está llena de lodo y tan sucia, ¿por qué no te cambias? Sobre esa mesa tengo de la ropa que gustarás en usar.
—Está bien, lo haré sólo porque parecieras estar ordenándomelo bajo amenaza de muerte o algo así.
—Toma asiento Abysso— me corrió una silla hasta cerca de su mesa, él se sentó primero, y en una silla más linda, me sirvió vino y tomó primero:
—A tu gusto, invitado, la niña puede tomar el jugo de naranjas de allá.

Todo parecía en orden pero a la vez me sentía un prisionero a punto de ser ejecutado, por las dudas me adelanté a investigar...
—¿Así que conoces a Traia, no? nos dijo que tú podías ayudar a Sa-r-... a Maara a volver a la Tierra.
—Sí, sí, ... bueno, no me gusta mentir u ocultar la verdad así que te seré franco, estimado; a mi ogro le caes bien, tú le salvaste la vida una vez, en alguna forma, y yo le dí algo por lo cual seguir viviendo, y, a mí no me caes mal, de hecho fui estudiante de Traia: aprendiz de hechicería y pociones. Pero todo te hubiera salido bien si no hubiera sido porque alguien me ofreció algo mejor... algo que mi Maestra Bruja se negó a ofrecerme...
—Traia me dijo que te expulsó por ser "un elfo deseoso de poderes que eran peligrosos para la vida"— comentó Myla —...mientras papi dormía.
En el preciso instante en que Myla mencionó eso, la vegetación del sitio atrapó a Sarah...

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—¡¿Qué demonios, Vanedhel!?— me quejé al ver que Sarah pidió por ayuda.
—Verás, Abysso, ni bien recibí la información de Traia, de que vendrías, me puse a averiguar cómo mandar a la Tierra a Maara, cuando lo supe me contacté con el Mundo de los Muertos y los llamados Maestros de cierta región de la Fortaleza de Cristal armaron un enlace a mí, me propusieron aquello que Traia me negó como Aprendiz de Magia, no iba a aceptar la oferta pues nunca fueron muy confiables, además hacerle mal a Maara por culpa de Traia me parecía incorrecto, me dije: "Ayuda a pasar a Maara por la dimension de los sin-vida hasta su mundo", ¡sí me lo dije!
... Como estaba divagando me lancé a asesinarlo antes de que fuera tarde, pero él con un simple mover de manos me aprisionó entre enredaderas y plantas.
—...Como te decía, demonio, puedo hacer ambas cosas a la vez: ayudar a que Sarah regrese a cambio de entregarte a los espectros, a cambio de que me den los Secretos Oscuros que...— mientras se expresaba el entorno comenzó a cambiar, y su aspecto también, todo era una ilusión, donde veíamos vida en realidad había naturaleza muerta y, él ya no era elfo... era un drow, sólo fingió.

No muy lejos ahora podía ver a dos individuos más a parte de nosotros, atrapados, anzuelos sujetaban sus músculos y piel, horrendos ganchos de bronce los mantenían sufriendo ahí suspendidos lejos del piso, no podían morirse, sólo sentían un asqueante dolor y
¡¡Pero si son Bayardus Bennett y Farah!! ¿Qué hacen aquí? se suponía que ya eran felices para siempre, ¡en el mar! ¡entre los suyos, maldita sea!
—... no importa, basta de charlas, hora de presentarte a tus nuevos amigos— concluyó su parloteo abriendo un portal dimensional desde una madeja de ramas y sombras, de éste salieron aquellos de los que he estado escapando...
Ocrode Venoskalho

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Havik Sarugh

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...e
Idpa Xul'Utuk

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Espectros de la Fortaleza de Cristal, se hacen llamar Maestros, se hacen llamar sabios; tienen bastante poder nigromante en su plano existencial, ¿pero aquí? Pudieron tomar forma corpórea, material, estaba en aprietos. Ya no se trataba de simples piratas.

Entre Ocrode, Idpa y Havik me sumergieron en una pesadilla, ¿ilusiones tal vez? No parecían; no supe cuando fue que dejé la realidad para caer en tal sueño, ¿siquiera era un sueño? seguía atorado donde los ví aparecerse, ¿pero dónde estaban todos ahora? este montón de moscas arañan mi piel y me irritan horriblemente, sus zumbidos son inaguantables ¡me perseguían y era asqueroso golpearlas con las manos! Mi títere clon aún no funcionaba ¡pero ahora ni mis tentáculos aparecían bajo mi voluntad!

Comencé a sentir un pánico como nunca antes creí que podría sentir, todo estaba oscuro así que al intentar huir no llegué a correr sino trotar que de todas formas con todo me golpeaba las rodillas o la frente, veía sólo hasta un metro más allá de mi nariz, aveces dos personas a lo largo de distancia. El techo comenzó a sangrar, sus gotas quemaban mi rostro como una pegajosa saliva o mucus que se incrustaba en mi carne para comenzar a hervir; no sabía si reír o llorar, más el dolor me hacía gemir, hasta sacudirme por el piso.

Manos emergieron de las paredes, tan negras como el color negro permitía opacidad, me querían golpear, me querían halar, rasguñaban con violencia y se agitaban rudamente; escapando de ellas me raspé los pies ¡¿Por qué estoy descalzo!? pensé, cuando vi el piso entendí las heridas: punzantes espinas descamando mis piernas, ¿eran ramas de madera o arbustos del mismísimo inframundo escupiendo sus puñales en mis tobillos?

Cuando parecía demasiado dolor salté a sujetarme de algo que colgaba del techo, le tenía confianza porque era un negruzco tentáculo como los que yo sabía generar con mi mente, ¡mala idea! Era de una criatura horripilante con boca de sanguijuela cuyo único ojo estaba dentro de su boca, me arrastró por los espinales hasta una mesa donde con sus extremidades fornidas sujetaron las mías, inmovilizado noté un mecanismo desde arriba bajando hasta mi cuerpo... rogué de mil maneras, sudando sobre mis lesiones, sangrando sobre mi sudor y todos cínicos ni me escuchaban, y seguían sonriendo y riendo los allí presentes, haciendo lo suyo...

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El que reía frente al espejo le pidió a su novio que me tranquilizara

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entonces éste me hundió el puño en el abdomen dejándome sin aliento para gritar, no podía expresar mi agonía con la falta de aire, sólo toser.

Ahora mis huesos temblaban por el miedo a lo que se vendría más que por las tormentosas marcas en la piel, me inquietaba más el bicho de muchos ojos que el cíclope cefalópodo pero estaba equivocado

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él no estaba haciendo nada... aún... a diferencia del grandote sin ojos:

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había colocado bloques de hielo sobre mis manos inmovilizadas, me estaban quedando moradas, dolían más que aguijoneadas por avispas.
Y mientras algo chillaba sus insoportables chirridos estridentes que penetraban mis oídos desde alguna elevación cercana a mi posición volviéndome loco

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...un sujeto con apariencia de demonio sangre pura se aparecía desde lo alto, majestuoso con sus alas y muscular complexión de aspecto exagerado, talle y figura, parecía salido de una élite de guerreros Reales en Delork'kas:

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Comenzó a despojarme de la poca ropa que me quedaba intacta mientras que ese que se miraba al espejo empezó a cortarme los dedos, ¡me los arrancaba! ¡Para eso eran los bloques de hielo en mis puños! Su risa aguda de lunático opacaba mis decibelios de amargura, me sentía con fiebre y él seguía amputándome centímetro a centímetro cada dedo de mi mano derecha como anhelando iniciar la izquierda cuando terminara.

Cuando ya sólo deseaba la muerte el demonio corpulento se me subió arriba, el de muchos ojos le asistió sosteniendo mis piernas y así con el paso libre introduo su pene erecto en mi cavidad, su sequedad desgarró la suave piel en la entrada, recio abordó desde el principio con brutalidad para lubricar su falo macizo con mi sangre y demás; ahora hasta humillado estaba siendo.

Vanedhel no entendía lo que sucedía, habían pasado dos minutos y sólo vio a Abysso petrificado como durmiendo con los ojos abiertos mientras Ocrode, Idpa y Havik con sus manos extendidas emitían un brillo desde sus ojos y bocas hasta el pecho del albino sangre impura.
—¿Qué rayos hacen? ¡Háganle algo! después de tanto que supuestamente les ha hecho pasar, ¿no lo matarán? ¿no lo torturarán?— comentó el drow.
—Abysso está sufriendo de formas que no te imaginas Vanedhel, por cada minuto que pasa aquí él padece un año en su mente, sintiendo físicamente los castigos que tanto hemos planeado en su contra.— responde Idpa.

Distraído el drow no denota la astucia de Myla que escapa en dirección a Bayardus el tritón, se cuelga de una palanca que lo libera, aunque a Farah también ya era demasiado tarde para ella. Con sus últimas fuerzas inundado de ira Bayardus se lanza al ataque tomando la espada de Abysso, logra empalar al drow desde la boca de su estómago hasta la garganta mientra Myla se queda con Farah para asegurarse de que no hubiere muerto aún; le quitaba los ganchos y anzuelos de la piel con torpeza pero ella ya ni se quejaba de los tajos y cortes.

Vanedhel concluye sus últimos pasos cerca de Sarah y muere quedando la espada cerca de la rubia, pero Bayardus no tuvo la suerte de seguir que Ocrode con uso de telekinésis le estrella una roca en su cabeza apagando su existencia. La muerte del drow le abrió paso al ogro quien había quedado excluido en la entrada, bajó los escalones con preocupación pues no entendía qué sucedía...
—¿Vanedhel? ¡¡NOOOOOO!!
Desató su furia destructora el oloroso guardia cuando vio muerto a quien consideraba su único amigo, por suerte la espada de Abysso no estaba en su carne de cadáver para ese momento que Sarah la usaba para desatarse de las enredaderas, mas el ogro asoció a los recién llegados como los invasores responsables y enceguecido se abalanzó como cañonazo hasta el trío de espectros.

Sarah se encargó de liberar a su compañero de viajes, Abysso, una vez que la exaltada amenaza de tres metros lo hizo a un lado para llegar a sus oponentes, el pálido demonio estaba en estado vegetal; Farah se quitó la vida frente a Myla trastornada por el destino de su amado y...
—¡Myla! ¡No te quedes paralizada, ayúdame a sacar a tu padre de aquí ahora que tenemos una salida!— expresó Sarah sus órdenes despertando a la niña del shock.
El ogro fue atravesado por una onda telequinética que los espectros exhalaron a la vez al dejar de lado su concentración sobre Abysso para encargarse de la amenaza más abominable presente; aún con un hueco en el estómago el grotesco siguió adelante hasta empujarlos al portal y pasando con ellos inclusive, allí falleció al instante pero cayendo sobre los tres, Idpa logró agrietar tanto el hoyo en el torso del monstruo por estar en el medio que consiguió desligarse de ese bloqueo bañándose en tripas, por apurada hasta resbalaba en ellas, quería alcanzar el portal antes de que se cerrara por haber sido corrompida la energía que lo mantenía abierto con el aura de una criatura tan carniforme y primitiva. La espectro pierde su brazo al intentar pasarlo primero por ese pórtico dimensional.

—Tenemos que hacer algo con Abysso— dijo Sarah deteniendo la carretilla donde transportaban al inconsciente.
—¿Qué queréis decir, Maara?— Myla realmente no comprendía.
—Aquí en Gold no hay hospitales, si Abysso sigue en estado vegetativo pronto tendremos que enterrarlo para que germine— dijo en tono chistoso.
—No me causa gracia eso.
—Quiero decir que morirá de hambre, Myla, tiene que despertar y... no sé, tal vez debamos volver con Traia.
—Es peligroso volver.
—¿Quieres salvarlo o no? porque resulta que soy yo la que lo había comenzado a odiar.
—Es demasiado recorrido Maara, no sobreviviremos ni él, ni vos ni yo.
—Lo dices como si tuvieras en mente una mejor idea, y te recuerdo que eres tan solo una niña.
—Una niña que ha recorrido grandes distancias en Gold luego de abandonar a su familia e interactuar con extraños, si aún sigo con vida deberíais sospechar que no soy una niña común.
—Ya dime tu secreto.
—Sé que me temeis en alguna forma, así que te diré algunas cosas de mí... pero no hay secreto especial. Hasta hacía un mes tenía la habilidad de aprender rápido, así que sorprenderte no deberíais cuando hablo como adulta en algún que otro momento, vengo de una familia de nobleza, viajando con Morgos misteriosamente dejó de serme fácil entender las cosas con facilidad... creo que fue luego de aquél golpe en la cabeza durante una situación de peligro, pero a partir de ese día intercambiando con el reptiloide comencé a notar que mi fuerza había aumentado y... bueno, él me dijo que era porque tengo sangre de demonio corriendo por mis venas, a diferencia de un niño humano a esta edad yo sí puedo levantar una espada y...
—¡Pero le cortaste la cabeza a alguien! no sólo levantaste la espada.
—Callad humana, escucho voces acercándose.
La niña le ordenó callarse, con su padre en coma ya no se mostraba tan inocente y pura, naturalmente la reacción de Sarah fue disgustarse aunque de todos modos dejó la plática, le molestaba más que le llamara "humana" que "Maara".
—Ahí pasan a pie, son una patrulla humana de caballeros, al menos no son servidores de mi familia, vamos a pedirles ayuda.

Spoiler:

—Son extraños, ¿estás loca? ¿Y por qué cubres con una manta a tu papá?
—Para empezar he tratado con extraños desde hace meses, así niña como me veis, además son ''hombres de honor'' y están limitados por sus códigos de justicia y caballerosidad, podemos usarlos; pero no podemos arriesgarnos a que vean el rostro de mi papá, miradlos, de seguro combaten el mal, y aunque la horrenda fama de papi es pequeña no podemos arriesgarnos a que lo reconozcan.
—Al menos ahora entiendo como has sobrevivido a tantos largos viajes.

Los caballeros al verlas interrumpir el camino detienen su marcha y con elegante saludo abren paso al diálogo:
—Os saludo nobles hombres de honor, mi nombre es Myla Ainsworth y soy de la nobleza, vengo a ustedes con mi sirva Maara en este momento de angustia para pediros auxilio...
—¿Sierva tuya, yo?— susurró Sarah.
—Dejadme a mí hablar, plebeya— dijo la niña con soberbia obligándola a la rubia a callarse otra vez, ahora su actuación debía ser de sirvienta.
—Como veréis mis héroes, mi padre está en condiciones terribles, tan dormido como un vegetal por salvarnos la vida de monstruos ahora corre peligro, de no ser reanimado podría fallecer pronto.
El hidalgo de más alto rango miró la ropa impúdica de Sarah rasgada, como que había sido atacada, y la suciedad en la hermosa indumentaria de la niña, enseguida dedujo que todo lo que le decía era verdad...
—Por la joya en tu cuello Myla reconozco tu status de noble, además tu oratoria y apariencia, me inclino ante tu valentía; la verdad para ser una niña emanas gran coraje ante la adversidad, tal vez lo mismo pueda decir de tu sierva sólo por estar a tu lado— comenta el noble espadachín.
—O sea decís que vosotros nos ayudaréis en este predicamento, ¿verdad?
—Es nuestro deber, sí prestaremos de nuestros servicios, pero decidnos ¿Quién es tu padre, joven Ainsworth?
—¿Es esa pregunta de importancia ahora? sufro por la salud de mi padre, si han optado por ayudarnos, no nos detengamos más tiempo.
—Sois testaruda, niña, pero eso me agrada en vos, acompañadnos en nuestro trayecto que os dejaremos en las manos de un curandero silfo de la zona, nosotros buscamos a un criminal pero podemos desviarnos esa cantidad por vosotros.
—Os agradezco entonces.
—Sólo una cosa— interrumpió el otro caballero —Cubrid con estos mantones a tu esclava, su exagerada desnudez es indescente a los ojos del Dios Bueno, lo inmoral y obsceno no es digno de ser contemplado por hombres de nuestro porte; lo libertino, indecoroso o provocativo podréis permitirle a tu acompañante luego, cuando nuestros caminos se separen nuevamente

—Y de este criminal que vosotros mencionaron tres veces hasta ahora, ¿qué podéis contarme?
—De un capra hablamos, claro, un bribón en nuestros territorios pero según información reciente: un asesino en otros pueblos, algunos creemos que se trata del llamado Pálido Aley en todos los casos, pero el gentío le nombra con distintos apodos...— responde Jasper el de plateado casco.
—Demonio Blanquecino, el Hombre Pulpo, El de los cien brazos, Der ritter, Hombre Ramas, Pálido Pervertido, y yo qué sé si hay más— añade al instante Damien los apodos que recuerda peinando su bigote.
—Siempre se disfraza para atacar...— continúa Jasper su introducción. Myla estaba siendo astuta, al ser ella la que preguntaba no tenía que correr el riesgo de responder sobre su padre quien justo era de quien hablaban, el asesino pálido pervertido que de poco se salvaba por no ser un capra en ese momento.

Sarah al menos estaba a salvo de ser una víctima de acoso sexual entre esos sujetos, la vieron como impura luego de tantas semanas de viaje sólo ellos tres, y con eso le bastaba para sentirse agradecida mas no podía hablar una sola palabra, su papel de esclava la limitaba mucho y odiaba que Myla comenzara a disfrutar de ello, ¿valía la pena eso por Abysso? Por ahora esas sábanas eran mejor ropa que el vestuario que Vanedhel le había ofrecido...

Spoiler:

... discreto para ser tierras elfas sin dudas.

—Bueno por fin aquí estamos, así es, aquí nos separamos y si seguid por ahí hallaréis un pequeño jardín de hermosas flores, supuestamente ahí está el silfo que de sueños profundos mucho sabe, que de estados de la mente mucho sabe, y curar le sale bien sumado a otras cosas que a nosotros no nos competen claro está. Buena suerte noble niña corazón de dragón, mis saludos a tu padre fortaleza de leviatán.— se despide Jasper a tanto con una reverencia complementan los otros dos.
—Mis bendiciones a vosotros, héroes de alma.

—Vaya, por fin estamos tranquilas, eh, ya no podrás disfrutar de torturarme niñita.
—Tranquila Maara, sólo estábamos actuando— responde con sarcasmo.
—Sigue presionándome y lo lamentarás, puedo cambiar mi miedo a ira con facilidad.
—¿Me estáis diciendo que lastimaríais a una pequeñita bonita como yo?
—Sólo concéntrate, se acerca la noche y prefiero hallar a ese super genialoso ser del que tanto han rellenado de honores con palabrería vacía.
—Hablas raro Maara, desde que papá cayó en coima tu tono es más gris.
—Para empezar Abysso está en coma, no "en coima", y segundo, ¿de dónde sacas que los timbres de voz tienen colores?
—Fue sólo una expresión, no te lo tomeis tan a pecho mujer.
—Cuida tu vocabulario mocosa, en tu palacio serás princesita pero conmigo no eres más que otra persona ¿okay? de donde yo vengo la gente "como vos" está desvalorizada.

Fue una larga caminata pero al fin llegaban a destino, una planta que se movía como animal salvaje se les cruzó amenazadora y podría no haber sido mayor dificultad evadirla pero... el capra, él la montaba, como jinete de esa planta estaba ahora acosando a Sarah y Myla quienes debían cuidar del vegetativo Abysso.
—Buenas tardes criaturas suculentas— dijo el capra —soy Kaino, les presento a mi nueva mascota Kikis; no, no se asusten, si me dan lo que quiero no las lastimaré.— guiñó un ojo.
—¿Y qué quieres?— preguntó Sarah perturbada.
—Para empezar, evitar que corras— contestó él ordenando a su planta actuar...

Spoiler:

... la bestia vegetal la tomó de los tobillos atrayéndola hasta cerca de su boca, la rubia se paralizó del susto pero no lo suficiente como para sujetar ese mantón que era su único vestuario.
—¡No le hagáis daño, tomadme a mí en su lugar!— exigió Myla con firmeza.
—Ohpa ohpa ohpa, miren quién manda en la familia.— se burló el capra.
—No entiendes, no queremos problemas, dinos qué quieres y déjanos seguir— añade Sarah inspirada por la valentía de la niña.
—¿Qué llevan en ese carro? ¿oro?— Kaino desvió el diálogo imaginando qué ocultaban ellas bajo la manta que tuviere que ser transportado en carro.

Abysso seguía en estado vegetativo, no lo sabía y por algún motivo no había salido de la pesadilla que los espectros habían creado en su mente, lo llegó a asimilar de modo tan real que ahora lo seguía creando en su interior como si cargara con una maldición temporal... ha no ser que no despertara.

Por cada minuto que había pasado, un año de vida había percibido el demonio pálido, y los minutos seguían corriendo fuera de su cabeza la que tan auténtico identificaba el dolor físico en tal alucinación; el período de Abysso en una prisión de Delork Kas no se comparaba a la actual tribulación.

Mientras tanto unos ruidos extraños ahuyentaron al capra malhechor lejos de Sarah y Myla, ¿cuál habrá sido la razón? tan malo no podía ser... un silfo encapuchado hizo aparición con un instrumento musical modificado que emitía ese sonido raro, ¿era él la explicación a tal turbación? Muy astuto el curandero, si es que era él de quién comentaron los nobles caballeros.

—Bienvenidas a mis pequeños y humildes dominios, soy Arus Nalandil Anérion y he venido a ustedes preocupado por las alteraciones tenebrosas que han traspasado mi benévolo hogar apacible.— se presenta el silfo.
—Nosotras somos...— intentó responder la rubia.
—¡Calladas ustedes que aún no son mis invitadas! podría decirse que son invasoras pero esa no es mi inquietud ahora, las alteraciones tenebrosas siguen latiendo en mi zona.
—Puede que el capra...
—¡Silencio, he dicho a las dos! el capra ese no anda ni cerca que las aves claramente lo están comentando ahora, mas ustedes en ese carro mediano transportan pesadumbre y desazón, lo huelo claro con el corazón.— continuó Arus el curandero.

Sarah y Myla ya creían que se refería a Abysso cuando podía perfectamente ser lo que ocurría en su interior, la calma exterior del durmiente escondía bien el infierno en su mente; mientras, paso a paso el encapuchado anhelaba destapar el misterio presente, curioso a ver cuál de las dos hembras se le ponía en frente.

Evigilantem Expergefactum

Habiendo tenido la experiencia contra Sinnombre aquella vez con Alby Rocnus de mi lado fue inevitable verme despertar frente a tanta aflicción, no despierto de ese sueño mas consciente en él lo suficiente para dominarlo con lucidez.
Un cielo rojo se desparramó como sangre sobre nosotros y mis enemigos desconfiados de lo que sucedía empezaron a dar marcha atrás, llovieron rocas de carbón que luego en cuervos negros de cuatro ojos por cabeza tornaron, sus plumas mutaron a ser avispas cayendo como agujas hacia los que me habían torturado; entre el nuevo miedo en sus corazones marchitos algunos intentaron huir pero por lobos huesudos fueron sorprendidos. La nieve comenzó a brotar de los árboles de hojas negras y era tan fría que abrasaba la piel como ácido estomacal de leviathan, el coro de lamentos agrietó el suelo que pisaban mis adversarios y de éste nacieron estacas rocosas, negruzcas, se colaban por la carne de mis víctimas, ex verdugos de quien soy, y los elevaban hasta dejarlos a merced de esos picos chillones que les desgarraban los tímpanos a la vez que centímetro a centímetro les despojaban de sus pellejos, cáscara, todo recubrimiento en la superficie de sus tejidos musculares.

Así es, estábamos en mis tierras, en mi mente, un sueño lúcido donde yo era pesadilla de mis pesadillas, haber padecido al demonio onírico combatiendo con el mago blanco en mi subconsciente fue el entrenamiento perfecto para este día ... sólo esperaba que el dolor de estos desafortunados malnacidos llegara a los huesos de los espectros que me indujeron a sentir tantos años de agonía irreal que tan realista me enloqueció al punto de exhalar furia por mis fosas nasales muy cegado por el odio.

Las nubes comenzaron a cubrir el rojizo cielo, ennegreciendo la pálida nieve y oscureciendo el escenario... era hora de despertar en dirección a Gold, luego de tantos años ilusorios siendo maltratado... Al menos seguía vivo y sólo con eso podía conformarme; los gusanos alfombraron mis piso a medida que caminaba hacia la luz plateada de la luna, un haz que se convirtió en escaleras, escalones que me llevarían a abrir los ojos, ¿ahora cuál era la realidad, cuál era sueño? ¡Respira, Abysso! ¡Respira, Abysso! las costillas fuera de tus vísceras ya no duelen, ¿qué aire era el que inhalaba? aroma pútrido, a entrañas ¿...de quién?

Mis ojos se abren, un silfo es lo primero que veo, me quita el animal muerto que había dejado en mi pecho aparentemente, de seguro porque era un curandero y había estado usando sus habilidades para despertarme; ahí estaba, amarrado al suelo, y era entendible pues desperté con sed de asesinar y violencia reprimida. Myla y Sarah, los borroso en mi visión se despeja y por eso las vi, ¿qué tontería habían hecho? no podríamos pagarle a un curandero algo como ésto, sin dudas nos exigiría él un precio imposible de otorgar... Ya sabía en ese punto en qué sofocaría mi violencia reprimida y antojo de matar.
—Bienvenido a Gold, demonio, tengo que interrogarte— dijo el curandero.
—¡Papá! ¡te extrañé papi!— me abrazó Myla con ternura.
—Qué bueno que estés bien, tonto— añadió Sarah de brazos cruzados en una esquina mirándome con una sonrisa.