Misión: Flor de loto

Un tranquilo árbol se alzaba en un claro apartado de Erenh, el árbol poseía un tamaño descomunal, sus raíces se extendían hasta formar un camino que lleva hasta el centro del árbol, donde se encontraba una joven de largos cabellos rubios, vestía una prenda ligera que consistía en una largo vestido de color azul que le llevaba hasta las rodillas y unas botas de color marrón. La joven estaba leyendo un libro que su capa era de un cuero marrón oscuro. Sin duda era la noble que había pedido un guardaespaldas.

Aparecí detrás de ella y le dije haciendole una reverencia
-Hola yo soy su guardaespaldas, partamos ya si le parece.

La joven se sobresalto al oírte llegar, soltó el libro y de pronto de la manga de su traje saco un puñal, te estaba apuntando con el puñal que estaba agarrando con las dos manos. ¿Cómo se que eres mi guardaespaldas y no uno de esos bandidos?-dijo la joven, entonces te distes cuenta de que tenía varios rasgos elficos, orejas puntiagudas, ojos miel y una ligera canción en sus palabras.

Sí, soy tu guardaespaldas. Mira, esta es la nota pidiendo un guardaespaldas.

Off rol: Dios, deberías poner adjetivos y acciones, no las primeras cosas que te vengan a la mente ¬¬

On rol: la joven elfa te quito de las manos la petición de protección, leyó con asombro cada línea. ¿¡Solo me envían a este para protegerme!?-dijo la elfa asombrada, parecía que se esperaba a más personas para protegerla que tu- Bueno, cuando estés listo partimos.

-Partamos ya si le apetece-le dije mientras hacia una reverencia.

La joven elfa asintió, entonces saco una mochila de ente las enormes ramas del antiguo árbol, la mochila era bastante grande, tanto como un arbusto. Vámonos-dijo la elfa bajando del árbol y empezando la travesía por Erenh hasta Rosbasha, iba a ser un viaje largo, peligroso, no parecía un viaje para cualquiera, la flora se componía por diversas plantas que decoraban el camino formando un camino de colores.

Bajé y me puse por delante de ella y dije:
-¿No prefiere que le lleve yo su maleta? Parece muy pesada.

Spoiler:

Con un toque de suerte llegando tarde los encontré, a la elfa y uno de los guardaespaldas ayudando servicial...
—¡Esperen!— avancé avisando al trote para llegar hasta ellos —...yo también estoy admitido— añadí mostrando la nota.
—...No quería tardarme, mis disculpas, puede llamarme Morgos mi Lady— me introduje con una común reverencia —y un gusto conocerle a usted— agregué de esa manera mirando al jovencito.

Off: digo lo mismo que Morgos xd

Había estado espiando a la noble y al primer chico que llegó y justo antes de partir apareció otro, también con la nota que decía que sería su guardaespaldas.
Salté del árbol con sigilo y me acerqué al trío.
Hice una reverencia hacia la elfa y le entregué la nota que me acreditaba como su 3r guardaespaldas.

Vaya... Esto ya está mejor, no pensaba que fueran a ser protegida por un solo guardaespaldas, sería un suicido por muy fuerte que fuera uno solo-dijo la joven elfa, entonces le entrego la mochila al vampiro que le había ofrecido llevar la mochila- mi nombres es Melia, veamos si sois capaces de protegerme de los atacantes. Entonces empezó a avanzar hasta un árbol en el que se encontraban atados unos caballos, quito las correas a uno y se monto en este, era un corcel blanco y parecía ser un caballo elfico. Coged el que mas os guste, iremos a caballo-dijo la elfa mirándoos, sería una travesía larga y sería más fácil viajar a en caballo que a pie aunque no se sabría si era mas seguro.

Luego de saludar a Ali nos aguardaban corceles para todos —Muy bellos y saludables— escogí uno, y era hora de avanzar, tal vez Melia era más importante de lo que yo creía pues ya estaba dado por hecho que nos atacarían en cualquier momento...

Vi que otros dos llegaban; yo no les dije nada, cogi la maleta de la protegida elfa, pero no me monte en un caballo sino que llame al mío (un pegaso llamado Rosa).

Off: siento haber tardado, estaba de excursión.

Melia se acercó a un corcel élfico blanco y se montó sobre él, Morgos escogió a otro y el chico llamó a su pegaso.
Yo me acerqué a una yegua negra y le acaricié la crin.
-Vas a ser mi montura, preciosa-
Le dije a la yegua. Sabía que me entendía, ya que el hablar con animales y plantas era una de las cualidades que me otorgaba la magia del bosque.
Subí sobre ella y me coloqué a un lado de Melia.

Habíamos comenzado el avance cabalgando enlazados por el ambiente inspirador, pocas veces había sentido ese efecto de movilizarse como parte de algo: era raro recordarlo con tanta nostalgia, tal vez la presencia de Ali añadía el brío ya que habíamos sido camaradas una vez. Pero no podía dejarme encandilar de confianza, de seguro Melia nos traería cien problemas... rogaba al Oscuro que Aiator siguiera siendo ese excelente luchador que demostró ser en la misión del monarca.

El viaje había comenzado, cada uno montado en un caballo elfico (Aunque uno no quiso montarse en uno de estos) avanzabais rápidos, parecía que el viaje iba a ir tranquilo hasta Rosbasha, pero las apariencias engañan, tras pasar por un camino un tanto saturado de plantas y maleza al igual que malas hierbas, se escucho un ligero chasquido y al instante un árbol cayó en medio del camino impidiendo el avance. Me parece que nos han encontrado-dijo Melia, al instante de entre la espesura saltaron diez bandidos, cinco pertenecían a la raza enana, otros cinco a la raza humana y los diez que quedaban parecían hombres lagarto, todos ellos estaban armados con arcos, espadas y cuchillos. Entregadnos a la chica y tal vez salgáis con vida de aquí-dijo un hombre lagarto con su seseante voz.

—Parece ser que hay mucho dinero de por medio, ¿por qué tantos para una sola joven? Naturalmente contra veinte no espero salir victorioso, ¿o será que Aiator es más poderoso de lo que creí? la única buena noticia es que la querían viva— pensé al momento de vernos en aprietos.

—No se la llevarán caballeros ¿quieren negociarlo?— pronuncié mis palabras como si estuviera seguro de mis acciones y enseguida invocaría el poder de mi anillo "brachia bestiae infernalis" para que desde mi sombra como portal los tentáculos-tartáricos barrieran por el suelo los pies de los agresores dándonos tiempo para pretender buscar un atajo si es que daban una sola señal de ataque.

El camino había sido obstaculizado por un árbol y había 20 hombres morgos. Intento llegar a la diplomacia, pues yo dudaba de que hiciese efecto.

Los asaltadores se impacientaban, las palabras de Morgos no es que ayudaran mucho pero al parecer un hombre lagarto le hizo caso, avanzo de entre la maleza y abrió su mandíbula para pronunciar unas palabras: de acuerdo humano, hagamos negocios, vuestro dinero y pertenencias de valor, de paso también el objeto que oculta la joven y nos marcharemos por donde hemos venido…
Entonces la joven se quedo paralizada, como si le hubieran dicho algo increíble, mientras tanto susurraba a sus guardaespaldas: ¿Cómo se han enterado de que llevo esto? No permitáis que se hagan con esto…

Poniéndome delante de la joven dije:
-Un trato deberias correr por tu vida. No sabes con quien te has encontrado.
Un viento rodeo al lagrato.
-Si no te vas o intentas salir te haré trizas.-dije en tono amenazante.

Justo después de decir eso Aitor, un viento envolvió al Hombre lagarto y los bandidos que aguardaban la señal para atacar a las personas esa saltaron de sus posiciones dispuestos a apuñalar y matar a la gente, la noble elfa dio un grito de terror mientras se le acercaban varios bandidos a punto de matarla.

El torbellino que rodeaba al lagarto se fue cerrando y empezando a cortarle la ropa. A la elfa una capa de madera la cubrió y la enterró para que no le ocurierra nada. A mis compañeros les protegí así también y creé un gran tornado que lo destruía todo.

Off rol: creo que enterrar a la elfa ya es excesivo, la pobre que se va a quedar sin oxigeno.
On rol: el tornado se desvaneció antes de que pudiera alcanzar gran tamaño, otro mago del bosque estaba entre ellos, lo mejor sería huir o luchar, varios bandidos saltaron a tu encuentro, armados con garrotes. Mientras tanto tus compañeros luchaban y derrotaban a varios miembros del asalto.

Desenfundé mientras que miraba de reojo hacia atrás; me venían a atacar con armas, entonces giré activando el poder de mi arma repeliendo todas sus armas y derotándoles. Saqué a la elfa de debajo de la tierra, me la puse encima de mi caballo, me subí, cogí el de ella y empecé a galopar.
-Vámonos-dije.

Habías conseguido escapar de los ladrones y bandidos y ya no había ningún peligro en el camino que quedaba a Rosbasha, la noble estaba salvo y la misión cumplida.

Recompensa: 20 de experiencia y 13 monedas (a cada uno)