Misión: Los malditos Kelpies

Un viejo pescador esperaba pacientemente en un bote en la costa del Mar del Pico, estaba allí para acompañar a un aventurero para acompañarlo en su cacería de Kelpies, esas criaturas acostumbraban a trotar por la costa atrayendo a los incautos y arrastrándolos al mar, de vez en cuando se sumergían en el mar. Lo único que distinguían los Kelpies de los caballos normales y corrientes es que estos estaban empapados, el anciano esperaba sentando en el bote en la arena con un par de arpones por si hacía falta emplearlos para matar a unos Kelpies desde lejos o bajo el agua.

Sabía que llegaba tarde al punto de encuentro, así que intenté no parecer más maleducado aún.
-Siento muchísimio el retraso, buen hombre...- dije haciendo una leve reverencia, pidiendo perdón.
Me percaté de que iba armado con dos arpones.
-Siento decirlo así, pero no se si espera que use eso, no pienso usarlo si no es estrictamente necesario. Confío más en mis propias armas.
No es que no me fiara de esas armas, simplemente prefería el combate cuerpo a cuerpo.
-Entonces, hay que adentrarse en el mar o antes inspeccionamos la costa?

El hombre entrecerró los ojos observando a Dante, parecía no importarle mucho su retraso pero entonces escucho que no iba a usar los arpones si no era estrictamente necesario.

Dio una gran carcajada mientras se daba golpecitos con la palma de la mano en la barriga, parecía que le había hecho bastante gracia que no fuera a utilizar los arpones, entonces escucho la otra pregunta.

Será mejor que empecemos por la costa, los Kelpies suelen estar mucho en la costa para atraer a incautos, empecemos por ahí-dijo el marinero empezando a mover el bote hacia el mar, entonces una vez en el agua hizo un gesto a Dante para que subiéramos- vayamos por la orilla en la barca, así no podan escapar.

Entonces empezó a remar cerca de la costa arenosa esperando avistar un par de Kelpies. ¿Sabes cómo son los Kelpies?-pregunto el marinero.

Después de decirle que no iba a usar los arpones se rió a carcajadas. Me dijo que lo mejor sería ir por la costa, así que se adentró en la mar con el bote y me hizo una señal para que subiera. Ya encima de la barca me dijo que fuéramos por la orilla para evitar que puedan escapar
Cuando empezó a remar me preguntó sobre el aspecto de los Kelpies.
-Nunca he visto uno, pero he leído sobre ellos. Son como un caballo común, solo que éstos están empapados al vivir en el agua.- le contesté sin apartar la vista de la costa, esperando avistar algún Kelpie.
-Y cuando avistemos a los Kelpies, como los combatiremos? Es decir, tendré que saltar al agua, no?- tragué saliva. -En ese caso dame un arpón!.- le dije tras reflexionar, no me apetecía nada tener que combatir a esos animales en desventaja.

El marinero escuchaba las contestaciones de Dante pensativo, entonces se quedo observando fijamente a la costa tras escuchar la pregunta de Dante. Los Kelpies si en vez de ver que te acercas por curiosidad ven que te acercas para matarlos saldrán escapando hacia el mar, por lo que ten, el arpón- dijo pasándole el arpón pero antes soltando uno de los remos que quedo sobre la barca, entonces algo se observaba en la costa.

Criaturas rápidas, veloces, iban en manada de unos tres o cuatro, parecían caballos normales y corrientes pero estaban completamente empapados, sus crines mojadas se revolvían como una serpiente. Son los Kelpies sin duda, estamos cerca de la costa, salta al agua y ataca, yo me pondré un poco más lejos para impedir que escapen-dijo el marinero esperando que saltaras al agua con los dos arpones, una vez hecho el marinero navego un poco más adelante hasta ponerse delante de los Kelpies un poco más adentro en el agua.

Los Kelpies estaban tranquilos, eran unos cuatro que estaban con la cabeza agachada extrañamente, parecía que simulaban que pastaban pero se les delataba fácilmente pues no había más que arena, parecía que lo que hacían era para atraer tu curiosidad o la de otro incauto.

Salté al agua con los dos arpones, uno en la espalda y el otro en la mano. Observé la situación, eran un total de cuatro Kelpies y uno de ellos algo pequeño. Decidí que debía atacar yo primero, con un poco de suerte acabaría con dos de ellos antes de que llegaran al agua.

Me asomé levemente y alcé la mano, apuntaba al cuello del más cercano a mí. Lancé con fuerza el arpón y acerté de lleno, tuve suerte.
El resto del grupo se percató de mi ataque y empezaron a correr hacia el agua. Me puse en alto, pues no cubría demasiado, me transformé en bestia y empecé a correr sobre dos patas hacia ellos con el arpón en alto. Cuando estaban a escasos metros lancé el arpón contra el más pequeño, pero fallé, aún así acerté en el pecho del que iba detrás. Ya estaban muy cerca, el impacto era inminente, yo no frené en ningún momento y llegó el momento del encontronazo. Choqué violentamente contra el más grande, lanzándolo por los aires, mientras que el pequeño frenó en el último momento. Entonces le di una potente bofetada que hizo que cayera al suelo. Aprovechando que estaban tumbados y doloridos, fui corriendo hasta uno de ellos, el más pequeño, y le salté encima para luego morderle en la yugular, causándole la muerte instantánea. El otro Kelpie arremetió contra mí y se fue corriendo dirección al agua, en ese momento corrí detrás de él y llegué a tirarme sobre sus patas traseras cuando empezaba a entrar en el mar, tirándolo al suelo. Puse el brazo en alto y le propiné un fortísimo puñetazo en el costado. Se oyó un fuerte crujido, le había partido alguna costilla. Lo rematé a base de fuertes golpes en la cabeza mientras rugía ferozmente.

Cuando todo terminó volví a mi forma humana, recogí el arpón del suelo y miré al marinero en su barca. Suspiré aliviado.

El marinero observó desde su barca el espectáculo de cacería que después se convirtió en una horrenda carnicería, parecía asombrarle que el aventurero que había escogido esta misión fuera de la raza de los licántropos, ahora observaba al aventurero con algo de temor y miedo.

Vaya, que sorpresa… no me esperaba tener que llevar a un licántropo… bueno, mientras hagas trabajo… y no me comas… bueno, no creo que con el escándalo que hiciste los kelpies aun estén en la orilla así que vuelve a la barca que te llevare mar adentro, espero que sepas nadar-dijo el marinero algo atemorizado.

Esperó a que te subieras para volver a remar de nuevo adentrándonos en las calmadas aguas del mar del pico, la costa empezaba a desaparecer cuando el marinero paró. Aquí más o menos suelen nada los kelpies, cuidado, en el agua son muy agresivos-dijo el marinero con temor, la verdad es que parecía temer mas a los kelpies que a t en ese momento.

Después de acabar con los Kelpies regresé a la barca, allí me esperaba el marinero. Parecía asustado, pero creo que eso es normal para quien no esté acostumbrado a ver licántropos en acción. Antes de avanzar me preguntó si sabía nadar, a lo que asentí aunque en el fondo sabía que era un pésimo nadador. El marinero me llevó mar adentro, hasta que no podía apenas verse la costa. Me advirtió que en el agua eran mucho más agresivos, pero intenté pensar en que no dejan de ser caballos, son una presa más.

Sin previo aviso me lancé al agua, arpón en mano. La mar estaba tranquila y la profundidad facilitaba el buceo; no dejaba de mirar a ambos lados constantemente, estaba esperando el ataque de algún Kelpie. De repente, un Kelpie surgió de la nada y me golpeó en la cara. Retrocedí, pero acto seguido me puse en posición de ataque y esta vez no iba a fallar. El mismo Kelpie volvió a aparecer de la nada, pero esta vez le esperaba el frío filo del acero, le rajé el cuello con mi cuchillo. Aunque di en el blanco, su gruesa piel le protegió lo suficiente como para volver a atacar una tercera vez, pero ahora le esperaba con el arpón en alto. El Kelpie terminó atravesado por el arpón; quise ponerme en posición de nuevo, pero al querer recoger mi arpón de la bestia, otro Kelpie me golpeó por detrás e hizo que el arpón cayera al abismo.
Empezaba a faltarme el oxigeno, así que empecé a nadar hacia la superficie cuando el Kelpie me agarró por detrás y empezó a arrastrarme hasta las profundidades. Rápidamente le clavé mi cuchillo en el cuello hasta tres veces y volví a subir para poder respirar.

Logré llegar a la superficie, tomé aire y alcé un par de dedos al marinero, indicando que llevaba dos. Mientras le hacía aquél gesto al marinero, algo me empujó al fondo y esta vez no podía voltearme. Estaba bajando muy rápido y la luz se iba atenuando, entonces me transformé y el Kelpie frenó.
Se apartó un poco y se colocó delante de mí; en ese momento me di cuenta de que estaba rodeado de Kelpies! Contaba algo más de una docena y habían crías y todo.
Seguía en mi asombro cuando uno de ellos arremetió contra mí por un costado y me volteé dolorido, entonces otro me arremetió de frente. Lancé un grito en vano, pues en el fondo del mar no podían oírme. Ya era el momento de dejarse de contemplaciones, agarré de las crines a un Kelpie que iba a golpearme y lo lancé contra otro más que pretendía embestirme. Uno de esos dos estaba malherido, creo que le partí las dos patas delanteras, así que fui a por el otro que seguía desorientado por mi golpe. Lo agarré fuerte del cuello hasta partirselo y estampé su cuerpo contra el Kelpie malherido, hundiéndolo.
Volvía a faltarme el aire y empecé a nadar rápidamente hacia arriba, pero los Kelpies seguían embistiendo contra mí y apenas parecía que avanzaba. Entonces volví a mi forma humana, fatigado, y esperé el próximo ataque de un Kelpie. Cuando estuvo lo suficientemente cerca lo monté, degollé y desmonté para seguir nadando hacia la superficie. Estaba a punto de llegar cuando un Kelpie me embestió fuertemente por detrás, lanzándome por los aires. Caí al mar de espaldas, sentí un gran dolor, el agua pareció convertirse en dura roca. Me quedé flotando al lado de la barca unos instantes y el Kelpie se dispuso a rematarme, pero justo antes de que llegara a alcanzarme el marinero le sacudió un golpe de remo en la cabeza. El animal quedó un tanto aturdido, yo aproveché ese momento para degollarlo con mi cuchillo.
-Creo que ése era el último...- dije con tono irónico y fatigado, mientras tosía levemente e intentaba subir a la barca.

El marinero observaba la carnicería desde su bote mientras este empezaba a ser agitado pues de vez en cuando un kelpie lo golpeaba, una vez acabada la carnicería el marinero sonrió, observó como volvía a subir al bote. Tras eso el marinero volvió a remar hacia la costa donde esperaba un mensajero que poseía una bolsa donde se encontraba la recompensa, una vez la barca se paro en la costa de arena donde ya no llegaba el agua, los remos cayeron a la arena haciendo un hoyo en la arena, el marinero se quedo sentado mientras el mensajero se te acerco y te entrego la recompensa.

Recompensa: 40 de experiencia y 35 monedas