El licántropo encapuchado me dijo que eran sandeces lo que decía, y, que claro que podía acompañarlos.
Momentos después, Alby, el otro licántropo, me entregó su túnica, pero, nada más dármela, apareció un ciervo de cristal, con una nota en el morro. No supe que ponía, pero, por la velocidad en la que abrió un portal y, se marchó, debía ser bastante urgente.
-Ah... ¡Espera, que me he quedado con túnica!-Antes de que se cerrara el portal, lo crucé, para devolvérsela.
Dejo post -Por ahora e_e-