Rol colectivo: Travesía por el desierto.

Como si no estuviera esperando una tormenta nos rodeo, no veía mucho y sentía como la arena y fragmentos de ramas y hojas golpeaban mi cuerpo, tenía los ojos entrecerrados pues la arena amenazaba por colarse por mis ojos, si nos atacaban en estas condiciones no me veía capaz de luchar en plena forma. Está claro de que hoy no es nuestro día de suerte…-dije mientras ponía mi brazo derecho delante de mi cara cubriéndome de la arena que azotaba mi cara, estaba claro que la suerte no jugaba a nuestro favor esta mañana pero esto no parecía una tormenta normal, mas parecía mágica…

la arena seguia asotando paresia que nunca amainaria

Me cibrí la cara y la cabeza con un trapo, para que la arena no azotara en la cara. El calor era asfixiante, y la vista se me empezaba a nublar.
Durante aquel tiempo me había alimentado de sangre de animales que había capturado, sufriendo con cada uno de ellos que tenía que matar. Desde el reino élfico no había tenido noticias de mi maestra. No estaba segura de si eso era bueno o malo.
Y por fin los encontré. Corrí como pude hasta ellos, contenta de verlos, pero me detuve en seco. No sabía como reaccionarían al verme así. Fijé mis ojos rojos en la arena, sin atreverme a levantar la mirada.

—Nawin...— pensé al verla anexarse al grupo —¿es ella de la que he oído rumores rondar por el grupo?— comencé a analizar la situación colectiva. Pero no dije nada, me mantuve al margen de cualquier participación que pudiere ocurrir en mis pensamientos...
—¿Qué tanto misterio? se ve tan normal como en la Reunión... ha de ser otra persona de la que hablaban.— ya bastante tedioso e insoportable era el calor como para también ser molestado por el viento abrumador, divagar mentalmente era una buena manera de disolver las incomodidades.

Las arenas empezaban a ser molestas, entonces se me ocurrió la genial idea de transformarme en un lobo, sería más fácil avanzar así, al menos eso creí. Entonces casi al los instantes de transformarme empecé a notar un aroma familiar, pero a la vez un poco de asco, por un segundo pensé que era Valeria pero me di cuenta que era un olor diferente, mire a Aira que se encontraba a mi lado. Aira… volveré en unos minutos-dije mientras empezaba a seguir el rastro del olor entre la tormenta, a los segundos lo encontré, me pare a unos cuantos metros de la figura vampiresa de Nawin. Cuanto tiempo Nawin, no pensaba que fuera cierto lo que te paso pero lo siento mucho… tranquila, soy Alby, bueno es una larga historia, tenemos una buena noticia… Valeria puede quitarte eso...-dije mientras observaba entre la tormenta la oscura figura de Nawin, no quisiera que el grupo supiera lo de Nawin.

Caminábamos con dificultad por la tormenta, entonces Alby se convirtió en lobo, creyendo que así podría avanzar más rápido, pero de repente parecía que le había venido un olor, lo miré, no era yo, entonces lo seguí por la tormenta, y allí estaba, junto a Nawin... Me acerqué a ellos, escuché a Alby mencionar sobre que yo podía volver a convertirla en humana. - Nawin... ¿Qué tal estáis? - Le pregunté, pues parecía un poco triste... Sabía el por qué de aquello, y deseaba animarla. - Nawin, os ayudaré a volver a ser lo que erais, una noble elfa del bosque. - Le dije con una sonrisa, intentando consolarla.

El viento,la arena y las ramitas ni me molestaban,pues estaba casi congelada y mi piel de hielo era insensible a estas molestias... caminaba lentamente ,pues el viento me empujaba hacia atras,pero aparte de eso ,llevaba muy bien la tormenta de arena. Alby dijo que volvia en unos minutos y mas de medio grupo fue donde habia llegado una nueva chica,pero que ya habian nombrado en el banquete,la recuerdo. Me limite a saludarla con un gesto cuando miro hacia mi y seguir caminando. No creo que fuera justamente la hora de conocerla,cuando la veia algo agobiada ahi entre todos...mirando hacia delante esquive una piedra que venia hacia mi golpeandola con el baculo,que llevaba de nuevo desenfundado junto a mi.

—¿Ésto tiene un final? parece que fuéramos a caminar eternamente entre estas nubes de arena que arañan la piel— me inquieté y por ello así pensé, se percibía tanta turbulencia en las andadas de algunos del grupo así como en el clima, todo se percibía tan extraño desde donde yo estaba y además, no quería preguntarle a nadie así dar la sensación de que yo estaba al tanto de las cosas... aparentarlo.

—¡Buenos reflejos Aira!— manifesté al verla bloquear con su báculo, sólo para hacer llevadera la pesadéz, sin dudas muchos estaban por encima de mi nivel en el ámbito del combate... menos trabajo para mí... y retrasando mi paso me alineé con el caminar de Aliwen, ella había aceptado que le tomara la mano, tal vez con empatía entendía mi frustración de sentirme como pez fuera del agua en ese desierto que opacaba mis sentidos.

''Valeria, Alby... estan tal y como los recordaba... Que tonteria pensar eso, tampoco hace tanto tiempo de la reunión.'' El resto del grupo también se fijó en mi, pero no se acercaron. Entre la tela con la que me cubría la cabeza esbocé una amarga sonrisa. No querrían tratos con un ser como yo... Alguien que podía atacarlos en cualquier momento.
Miré a Alby y a Valeria.
-Hola chicos... -dije.- Estoy... estoy bien para como estaba al principio -bajé la mirada. Estuve tentada de contarles mi encuentro con Shizuka y todo lo que había ocurrido, pero no quise preocuparlos más.
Hablando de preocupación... hacía tiempo que no hablaba con nadie, y me sentía un poco incómoda. Y... ¿qué iba a pasar si alguien resultaba herido y yo me descontrolaba por el olor a sangre? La razón por la que no había mantenido contacto con personas durante aquel tiempo era por si me descontrolaba y me dejaba llevar por la sed de sangre. Había bebido sangre de animales aquel tiempo, pero no se podía comparar con la sangre humana... Aun tenía en los labios la sensación de la sangre de la que ahora era 'mi maestra'. Me sorprendí teniendo la tentación de atacar a alguien... Sacudí la cabeza. No, no iba a dejar de que eso pasara... Pero tenía tanta sed... No...
Me envolví más en mis ropas, casi temblando.

Vi que Nawin se cubría más la cara y escuché sus pensamientos, también sabía que era duro para ella controlarse cuando hubiera sangre de por medio. Me acerqué a ella y le puse mi mano en su hombro en señal de amistad. - No os preocupéis, sabréis controlar vuestra sed, además, yo también soy vampiresa, seguro que os aceptarán. - Le susurré al oído. - Además, si llegáis a descontrolaros, yo podré inmovilizaros durante un buen tiempo, al fin y al cabo, tengo bastantes años más de experiencia en esto de ser vampiro y entrenamiento que vos. - Le dije un poco en tono de broma, luego le hice mi reverencia. - No os preocupéis, os puedo enseñar a no ser un monstruo. - Le ofrecí con una gran sonrisa y un tono de voz amable. Pues sabía lo que sufría.

Cuando bloqueo la piedra con el baculo,veo que el chico de pelo negro me felicita y de repente me acuerdo de su nombre... Morgos,o algo asi. Le guiño el ojo con una sonrida y me vuelvo hacia a delante de nuevo. Me aburro mucho ahora...solo se ve desierto y arena y tras mis ojos helados,se ve algo distorsionado. Vi a Cole que estaba solo a un lado del grupo y me acerqué junto a el para charlar,de lo que fuese... no soportaba estar tan apatica despues de tantas emociones fuerte... Esquivando nuevamente piedras con el baculo,llego hasta donde esta el y fijo la mirada en el suelo. Hola... -le digo y despues miro hacia el con cuidado de no dejarme ninguna piedra que apartar...se me romperian los ojos.

—Aliwen, permíteme acercarme a donde Alby y Nawin, quiero oír— dirigí mi palabra a la joven que sostenía mi mano; esperaba que se dejara llevar sigilosamente hasta cerca de donde caminaban Nawin, Valeria y Alby. La curiosidad terminó ganandome.

''Así que ya ha llegado con ellos...'' pensé. Había dejado marchar a mi joven pupila, pero no había dejado de vigilarla. Me ocultaba en cada sombra, cada saliente de roca... Además, cometía el error de avanzar por el día. Estaba débil, y el sol no le hacía bien. Debería haberlo hecho por la noche, ya que hubiera sido más difícil de seguir, y era una vampiresa, una criatura de la noche. La oscuridad era su aliada. Tenía que aprender mucho todavía...
Entonces escuché que Alby decía que podía curar su vampirismo. Estaban intentando curar a Nawin... No, no pensaba permitirlo... Era mía.
Me fijé en Valeria. Allí estaba, apoyando a mi pupila. Entrecerré los párpados. Ya me ocuparía de ella. Esbocé media sonrisa. Para eso tenía a Nawin.
Y...¿por qué esperar? Podía librarme ahora mismo de esa molesta vampiresa... Introcucí mi mente en la de Nawin, moviendo los hilos de su conciencia. Mi sangre aun corría por sus venas. Mis órdenes eran indiscutibles para ella. Como una marioneta, le ordené acabar con la vida de Valeria. Así, mataba dos pájaros de un tiro: me quitaba de enmedio a Valeria, y me vengaba de Nawin. Era algo que no sabía, y además, ella no tenía la culpa. Pero su familia me había arrebatado una parte de mí hacía mucho tiempo... y no pensaba quedarme de brazos cruzados. Juré que me vengaría, y así lo haré. Además, la podía utilizar aun más...

Valeria me siguió entre la tormenta mientras yo avanzaba hacia, entonces ella le pregunto a Nawin que tal estaba, aunque parecía que la respuesta era evidente, entonces volvió a hablar, le dijo que la ayudaría a ser lo que era, una noble elfa del bosque, yo también estaba dispuesto a ayudar, lo que me mosque fue la respuesta de Nawin, nos dijo que estábamos tal y como le recordábamos. ¿Me está diciendo indirectamente que antes tenía pinta de lobo?- pensé un tanto mosqueado, mientras tanto Valeria se acerco a Nawin y le decía que no se preocupara, que sabría controlar su sed, de esta frase deduje que seguramente Nawin se alimentaria de sangre y que estar con tanta gente ‘’llena’’ de esta la incomodaba, pero de pronto deje de preocuparme por eso. Acababa de escuchar una especie de rugido, más criaturas que nos atacaban. Está visto que no podemos tener un rato tranquilo-dije mientras entre la arena observaba la silueta de la criatura, lo siguiente que vi fue la cola intentando golpearme, mis reflejos actuaron por mi y salte por encima de la cola de lo que parecía una manticora, rápidamente si otro salto y caí en el lomo del animal. De un zarpazo rasgue la espalda de la parte humana de la manticora que se retorcía de dolor, de otro esta vez un poco más arriba, la bestia cayó al suelo, me preocupaba que hubiera más, parecía que era la única y tras asegurarme de que estaba muerta, baje del lomo del animal, entonces note un olor extraño… otro vampiro… ¿Esto… Nawin? ¿Quién te ha seguido?-pregunte mirando a la elfa de ojos rojos.

-¿Seguirme...?
Pero entonces noté algo extraño, como una fría corriente atravesándome. Sentí algo extraño, algo que me empujaba a... oh no... no, no, de ninguna manera. Me resistí a aquella órden. Porque era una órden, sí. De Shizuka. Sentía su sangre arder en mi cuerpo.
-Valeria, por favor, no te acerques...

Al haberme acercado a donde estaban Alby y Nawin el bosquejo de mi sonrisa resaltó en mi rostro, parecía ser que algo Oscuro comenzaba a tomar forma y mis ojos se entornaron con lobreguez. No iba a decir una sola palabra ahora, mis acciones se limitarían a contribuír en el remate...
—Mi falta de indagación me tiene ansioso— pensé al analizar ese raro cuadro donde la chica parecía peligrosa al enseñar su advertencia a Valeria.

De repente Nawin me dijo que me alejara de ella, me extrañé, entonces entré de nuevo en su mente, y vi a Shizuka ordenando que me matara, la ira recorrió mi cuerpo, mis ojos se tornaron carmesí... Cerré los ojos y entonces hablé.- ¿Qué pretendes hacer ordenándole a una recién vampiresa, sin protección del ardiente desierto y débil, que me mate? ¿Es que te puedes permitir el lujo de perder a esta pupila? ¡Eres demasiado necia para ser una vampiresa de tal nivel! ¡Deberías saber que puedo llegar a ser incluso más poderosa que tú, así que no me subestimes! ¡Maldita vampiresa cobarde!- Le dije con ira, pues sabia que estaba allí, con mi ira no me di cuenta de que una manticora fue vencida por Alby, apreté el puño fuertemente, para intentar controlarme y no volver a convertirme en dragón.
Miré a Nawin. - No os preocupéis, aunque quisierais matarme, no tendríais la menor posibilidad, no es por ofenderos, pero estáis débil y sois una recién vampiresa. -Le dije intentando tranquilizarla.

Me acercaba hacia mis compañeros en mi nueva forma de dragon de arena, cuando una tormenta me dio el impulso que me faltaba.Cuando llegue todos parecian agotados asi que salí de la arena y me presente.Cuando salí ví un lobo así que me asuste y me puse en guardia para un ataque que podria venir en cualquier momento.Todos parecian asustados así que pense que era por que no me reconocian me destransforme y me convertí en Darkus y volví a ponerme en posición de ataque.¿Que pasaria ........?

Seguia caminando con el baculo en la mano y los ojos congelados,esperando a que Cole me respondiera,pero no lo hacia...parecia ausente. Alcé la mirada al cielo y vi a un dragon volando... seguia avanzando cuando senti que habia una manticora cerca,pero al girarse veo que alby la mata y suspiro mirando de nuevo hacia delante. Veo que entre la tormenta se acerca una figura...apenas se puede ver,es algo invisible... llega hasta mi y me mira con curiosidad. Es un chico de aproximadamente mi edad... cuando tomo consciencia de lo que es reprimo un grito y me coje por el cuello,ahogandome... lo atravieso con el baculo,aunque me deja una fea marca en el cuello... Era una estatua de hielo con forma humana... me pregunte mentalmente muchas cosas en ese momento pero la mayor era... ¿sera cierto que soy la ultima mujer de las nieves?

Lo que nos faltaba-dije mientras observaba como Nawin decía a Valeria que se alejara y esta hablo con la que se suponía que era la vampiresa que transformo a Nawin, como si no tuviéramos bastantes problemas algo apareció en el desierto, una especie de dragón de desierto, al verme este se puso en guardia pero yo lo reconocí por el olor que desprendía. Piros… como siempre vienes un día de una manera y un día de otra… pareces un camaleón, bueno yo no debería hablar, ahora soy un lobo de dos metros de largo… Soy Alby-dije mirando a Piros que se había convertido de nuevo en humano, entonces en ese instante escuche el grito de Aira, sin importarme de lo que sucedía a mi alrededor corrí hasta que me encontré la silueta de Aira que tenía una marca en el cuello. ¿¡Que te ha pasado!?-dije poniéndome en guardia por si atacaban.

Me dí cuenta de que aquella amenaza era Alby así que volví a mi forma humana.-Cuanto has cambiado y no me refiero a la estatura.Me tranquilice y le dije a continuación-Yo también he cambiado mucho ahora tengo más poder que ofrecer a mis aventuras.Luego hice una reverencia y me presente.

Aira...tienes que estar mas atenta. Me acariciaba el cuello con cuidado sobre la marca... aferraba el baculo con fuerza y parte del brazo que lo cogia se me habia congelado de la energia controlada. Suspiro y hago que vuelva a hacer normal. Cojo aire lentamente e intento mantener la mente clara. ¿Soy o no soy la ultima descendiente de mi raza? Quizas... ¿no estoy tan sola como creia? Eso me hace sacar incluso una sonrisa... pero luego recuerdo que este ha querido matarme... alby se acerca corriendo y me pregunta que me ha pasado. Esbozo una pequeña sonrisa. Nada... solo fue una estatua de hielo... que me quiso ahorcar pero vamos,que estare mas atenta... -digo con un deje de broma mientras observo el hielo derretirse rapidamente bajo el sol del desierto. Enserio no te preocupes estoy bien...regresa alla donde estabas ¿si? -le digo y vuelvo a mirar hacia delante,en el fondo temerosa de que pueda venir otra...

De pronto volvi a la realidad.
-ah, hola...-respondí a aira.
estaba tan inmerso en mis pensamientos que no me había dado cuenta de lo que pasaba

''¿¡Cobarde..?!''
Valeria había conseguido sacarme de mis casillas. Salí con tranquilidad de entre las dunas. Dejé libre la mente de Nawin, que cayó al suelo agotada por el esfuerzo. Había tenido bastante fuerza de voluntad. Desenvainé mi katana y me planté delante de Valeria. La hoja de la katana apuntaba al suelo. Entrecerré los párpados. No necesitaba decir nada.

Aira me dijo cuando yo le pregunte qué había pasado que Nada, solo fue una estatua de hielo, que la quiso ahorcar pero vamos, que estará más atenta, entonces dijo que estará bien y que regresara con los demás, pero yo no quería hacerlo, la idea de que le pasara algo a Aira me hacia mantenerme ahí, pero luego decidí obedecer lo que me dijo. Prométeme que estarás bien-dije, simplemente, acto seguido corrí y me perdí entre la tormenta de arena para después encontrarme con una escena escalofriante, una vampiresa que empuñaba una katana estaba junto a Valeria, era seguramente la que convirtió a Nawin pues desprendían las dos un olor similar. Yo me mantuve a una distancia segura, para intervenir en lo que seguramente terminaría en una batalla cuando fuera el momento adecuado para irrumpir, mi sentimiento de odio hacia la vampiresa era tal que aun a una distancia prudente, me puse en guardia y empecé a gruñir. Entonces sin darme cuenta mi pelaje adopto un blanco eléctrico y entre mi pelaje se observaban ligeras chispas eléctricas, no me di cuenta ni yo de que había empezado a generar electricidad a través de mi forma de lobo.