Dos espadas perdidas. [PRIVADO: Exodian y Dragunov]

Dragunov me preguntó por mis tatuajes-verás, no son tatuajes corrientes-agaché la cabeza-el que me los hizo dijo que se llamaban "marcas de la vergüenza", no se muy bien lo que hacen ni porque actuan de esa manera pero...-callé unos segundos, ¡bah! ¿que mas daba que lo supiera?- el dia que me hicieron estos tatuajes fue el mismo dia que mataron a toda mi familia- me rasque la espalda- "la vergüenza" se debe a que yo no hice nada para protegerlos, solo pude llorar y luego huir pero me atraparon y me hicieron esto- la luz del alba ya resplandecía, al menos ya no se estaba tan oscuro y parecía que la vegetación comenzaba a ser menor-ahora solo quiero saber quien y por que llevo estas marcas y que es lo que me estan haciendo-sonreí-parece la historia de uno de mis personajes- clave mis ojos granates en los suyos-apenas se nada de ti y seria de mala educación no preguntarte¿que me dices de ti?- el tal Drag parecía un tipo interesante y si... ¿que demonios? podía considerarlo el primer amigo que tuve desde que escapé de la aldea.

No acostumbraba a hablar mucho, pero ya que Exodian me había contado los de las ''marcas de vergüenza'' y parte de su dramática vida... Suspiré ligeramente y comencé mi perorata:

- No hay mucho que contar sobre mí. Antes era un simple niño viviendo en alguna olvidada aldea del reino humano. Pero un día, llegaron los mercenarios y devastaron el poblado. Mucha gente masacrada, todo saqueado - mi rostro estaba inexpresivo, pero no me gustaba evocar aquel recuerdo. Deseaba ahogarlo en lo más hondo de mi memoria - De mis padres no supe nada, pues uno de esos me acogió como si fuera hijo suyo. A partir de ahí, comenzó mi aprendizaje como guerrero a sueldo - miré a otro lado - A los 14 me cargué a mi primer rival: un ladrón. Me recompensaron con esto - dije tocándome el bíceps donde estaba el tatuaje - Y ya a los 16, padre me regaló este espadón...

En fin, no era mucho que decir, pero no me gustaba traer recuerdos de mi infancia. Sentía como si Exodian fuera el hermano que nunca tuve, pero por supuesto no le dije nada de eso. Nunca me ponía nostálgico y procuraba disimular mis sentimientos, pues padre dijo que eso era nuestra mayor fuerza, así como nuestra mayor debilidad.

La vegetación se hacía más escasa, por lo que estaríamos ya saliendo de aquel sitio. Sin embargo, la seguridad todavía no estaba asegurada...

-se parece mucho a mi...- fué lo primero que pensé cuando me contó su pequeña historia...
poco a poco la luz a la que nos íbamos acercando se iba haciendo cada vez mas intensa, es más, era demasiado intensa para ser un amanecer, Drag y yo atravesamos unos cuantos matorrales y entonces me quedé boquiabierto-pero...¿que hemos estado persiguiendo?-aquello no era una salida, era un entramado de raices y plantas de un color extraño rodeaban un gran nucleo de luz, toda la vegetación despedía un brillo mortecino y todas estas raices se reunían en lo que parecía ser una inmensa planta-demos la vuelta, este sitio no tiene salida- se escucho una terrible arcada detrás de mi y un monton de un liquido morado cayó a lado de mi tras lo cual empezó a derretir el terreno-¿que diablos?- el capullo que conformaba la gran planta se abrió poco a poco y de su interior salió una especie de masa de carne que parecía tener forma humana, claramente era una aberración.
Mire a Dragunov desorientado, sin saber muy bien como reaccionar a aquello.

¡Abominación! Eso era peor que los orcos y el basilisco juntos. Era como si hubiera usado la luz de señuelo para atraernos hasta una alguna supuesta trampa. Aquel monstruo era bastante repulsivo, nunca había visto nada semejante.

Desenfundé la espada pesada en el caso de que nos atacara y miré mal a Exodian por verlo aún desarmado:

- ¿A qué esperas? - le dije a mi compañero.

Con el rostro pálido, me fijé en aquella peligrosa sustancia violeta. Esto no prometía nada bueno, así que me mantuve vigilante en todo momento. Lo más probable es que hubiera otra pelea...

mierda era verdad, estaba perdiendo los nervios, tenía que centrarme...desenfundé mi espada y me puse en guardia junto a Dragunov, no sabía como abordar a este enemigo, por lo que parecía si esa sustancia te daba estabas muerto y no creo que el milagro con el veneno se repitiese...-creo que deberíamos abordarle uno por cada lado aunque sea como toma de contacto- la criatura se retorcía con espasmos extraño y supuraba el extraño ácido por la boca. De nuevo volvió a vomitar la sustancia violeta-¡AHORA!- salí corriendo hacia mi derecha con suma cautela pues este no era un enemigo al que uno se podía lanzar a lo loco pero para mi sorpresa el bicho estiró el brazo y me agarró la pierna y me arrastraba cada vez mas cerca de el mismo-no, sueltame ¡YA!- le hice un tajo en el brazo tan profundo que se lo seccioné, pero de nada sirvió pues inmediatamente volvió a crecerle uno de nuevo-¿que se supone que eres bola de sebo?. Parecía que Dragunov también se había movilizado y estaba analizando la situación meticulosamente.
Observé el suelo, una serie de tubos iban directamente hacía el enemigo-¿tendrán algo que ver con el bicho ese?.
un nuevo vómito volvió a caer cerca de mi posición y me obligo a esconderme tras una roca cercana.

Aquella inmundicia atacaba con ese ácido e inmovilizaba con sus tentáculos. Nuestro enemigo se volvió hacia Exodian, mientras unos tentáculos intentaban atraparme en vano. Yo, por mi parte, me dedicaba a esquivar lateralmente y retroceder.

Tuve tiempo de ver que agarró a mi compañero, pero que este se soltó al cortar el asqueroso brazo. Advertí que se le regeneraba la parte seccionada. En cuanto Exodian se escondió tras la roca, el putrefacto careto del rostro se giró hacia mí, con varias manchas violetas en su bocaza. Flexioné las piernas para prepararme a esquivar.

Hmmm, quizá esos tubos tuvieran algo que ver... Me aparté más lejos al tiempo que la criatura expulsaba el ácido morado en mi dirección.

- Tenemos que matarlo de un solo golpe, pero probemos primero conesos túbulos conectados a este bicharraco... - propuse.

Dos de sus brazos se aproximaban a mí. Conseguí cortarlos mediante un recorte, pero volvieron a crecer como si nada. ¿De verdad la naturaleza creaba estas cosas?

Drag seguia sin dar su brazo a torcer-¡escucha voy a probar a cortar esa especie de cable del suelo!- volvía a cortar uno de los tentáculos que se aproximaban hacia mi, tras el corte volvió a reproducirse un nuevo brazo-mierda, estas cosas no se gastan- salí de mi escondrijo rápidamente y corrí a hacia una de las "tuberias" que salían del monstruo, posteriormente clave la espada en la misma y la seccioné, el bicho se retorció de dolor durante varios segundos-parece que esto es lo que te duele- pero no todo era positivo, de esa especie de arteria gigantesca salió un liquido del mismo color que el que expulsaba la bestia que inundó parcialmente la zona, al darme la vuelta me di cuenta de que las plantas a las cuales estaba enganchado uno de esos tubos comenzaban a crecer de nuevo a recobrar un color normal-ya lo tengo me giré hacia mi compañero-Drag al parecer saca la energia de la vegetación de alrededor- corrí hacia otro de los cable y volví a cortarlo...rápidamente tuve que ponerme a la izquierda de Dragunov pues la zona en la que nos encontrábamos ya estaba inundada por la mitad, es monstruo parecía cada vez mas furioso y comenzó a escupir su ácido a diestro y siniestro.

¡Locura! Esos tubos expulsaban más de esa peligrosa sustancia, pero Exodian pareció encontrar el talón de Aquiles del enemigo. La bestia, realmente cabreada, comenzó a soltar salivazos ácidos como si de una llovizna se tratase.

Cada vez teníamos que retirarnos más. Nuestro deber era segar aquellos túbulos supuestamente conectados a la vegetación del inhóspito ambiente...

Yo, por mi parte, fui acechando al rival, hasta que en uno de sus escupitajos una gota de ácido me alcanzó en la manga de la camisa. Arranqué instintivamente ese fragmento de camiseta procurando no entrar en contacto mi piel con aquella sustancia corrosiva.

De inmediato, fui acercándome hasta el monstruo mientras levantaba mi espadón. Lo descargué en uno de los tubos conectados a la abominación. Mientras se quejaba profusamente del daño ocasionado, tuve tiempo de retroceder...

-apenas queda terreno donde pisar Drag ¿que propones?- no había reparado en ello pero apenas quedaban espacios limpios donde poner los pies, la sustancia morada impregnaba practicamente toda la zona derritiendo todo a su paso.
Esa bola de grasa alargó el brazo de nuevo y me agarró por el pecho, me llevó a su posición y abrió la boca para escupirme un gargajo de ácido-¿que pasa tienes hambre?- le pegué una patada en la boca antes de que pudiera hacer nada, al desequilibrar a la aberración, coloqué ambas piernas sobre sus hombros y corté limpiamente el brazo con el que me había agarrado, al ver que giraba bruscamente chillando salte sin demora hasta mi antigua posición, pero algo había cambiado, su brazo ya no se regeneraba y el bicho parecía mas furioso que nunca-mira Drag-le lancé el brazo que aun colgaba de mi cuello- ¿te echo una mano?- bromeé- parece ser que al cortar esos tubos impedimos que vuelva a formarse es como si hubiesen fusionado un humano con una especie de planta carnívora- señalé hacia arriba- tal vez si atacamos a la vez desde su angulo ciego acabemos con el, pero si calculamos mal la jugada podríamos caer en el ácido y se acabó todo
esperé la reacción de mi compañero.

La abominación ya no se sanaba pues los tubos esos ya habían sido segados. Sin embargo, todavía no habíamos acabado con el enemigo y necesitábamos un golpe decisivo para que muriera.

Uno de los brazos se estiró hacia mí y yo interopuse la hoja del espadón. A ver cómo podía ayudar a Exodian para dar el toque final... El terreno estaba a rebosar de esa sustancia ácida. Temí por aquella viscosidad. Advertí a tiempo que la bestia me escupía más líquido morado y me quité. Grité a mi amigo:

- ¡Pues ataquemos ese ángulo ciego! ¡A tu señal, tío!

Acto seguido, actué: había unas piedras que todavía permanecían resistentes en aquella chrca de ácido, fui saltando de una en una hasta que el enemigo casi me pierde de vista. Estaba situándome con la finalidad de que, entre Exodian y yo, diéramos un golpe sincronizado y fatal para aquella criatura inmunda.

El sol se asomaba radiante por las montes...

di varios pasos hacia atrás y me metí entre la maleza, había un árbol con unas cuantas ramas y lo escalé para situarme a unos pocos metros por encima de la criatura, me asomé tras unas ramas y vi que Dragunov estaba listo para acabar con aquella aberración, levante el brazo en señal de ataque, parece ser que Drag me vio y se dispuso a atacar, yo me lancé con todas mis fuerzas hacia el bicho desde arriba mientras que Drag se acerco desde el otro lado. levante mi espada con la intención de golpearle en la cabeza lo mas fuerte que podía, esto tenía que acabar aquí y ahora.

Y así entre los dos maquinamos un severo golpe sobre aquel energúmeno. Exodian desde arriba y yo desde un lado. Por la boca y heridas del monstruo empezarona a derramarse sendas líneas moradas. Salimos de ahí como pudimos, a grandes saltos y zancadas.

Finalmente, volvimos a rehacer el camino por el pantano. Estábamos agotados, pues habíamos hecho casi gtres combates en menos de un día. Esperaba que de aquí no fuera tan difícil, y no sé qué me hubiera pasado si no hubiera estado allí Exodian.

En fin, marchamos en pos de la salida, pero seguíamos viendo pantano y árboles pequeños... Tuve la extraña sensación de sentirme calmado ahora que había muerto esa abominación.

de nuevo estábamos en busca de la salida, ya había amanecido y salir de aquel infierno de entrañas me hizo sentir relajado...
de repente noté una leve brisa-es por aqui, he notado una brisa fresca- señale el lugar de destino a Drag-espero que no nos salga un bicho raro de nuevo porque no creo que pueda volver a hacer a saltar como antes- tenía los brazos y las piernas mas y mas agarrotados y el lugar de la mordedura comenzaba a dolerme ligeramente, poco a poco la vegetación iba decreciendo y acabamos llegando a un pequeño prado en le que ya no había esos arboles frondosos de antes-creo que ya está, lo hemos...¿conseguido?-pregunté incrédulamente a Drag.

Por fin empezamos a entrar a una especie de llanura, más estable y el lodo se fue desvaneciendo conforme la distancia recorrida. Todo indicaba a que ya habíamos abandonado aquel lugar. Hasta vimos una rudimentaria señal aludiendo a ese sitio: Paso del Pantano o eso fue lo que el cartel rezaba.

Según la vegetación circundante, debíamos de estar entre el reino humano y el élfico. Miré de un lado a otro y me fijé en un camino que había por ahí. Parece que ya habíamos salido de aquel estercolero. Entre los dos apestábamos bastante, pero ninguno de los dos nos olíamos. Me giré hacia Exodian:

- Bueno, aquí se acaba el viaje, chaval - dije rascándome un poco la nuca - Que tengas un buen viaje...

Mi despedida fue efímera y no esperé que él hiciera lo mismo. Ya cada cual por su lado. Lo primero que haría, antes de volver al campamento mercenario donde residía, sería darme un chapuzón en el río Aley y sacar brillo tanto a espadón como a armadura...

[OFF-ROL: Dejo post, termina Exodian]

sonreí, esta contento hacía tiempo que no conocía a un igual-cuídate, tio, la proxima vez que nos veamos seremos mucho mas fuertes ¿ok?- sin mas reparos, me di la vuelta y seguí por mi camino para buscar una cura contra estos tatuajes...fue una aventura que nunca olvidare, el día que conocí a mi primer amigo.