Rol colectivo: Travesía por el desierto.

Uno por uno fueron entrando, solo quedábamos Morgos y yo.
-Apresurémonos, somos los últimos-
Le dije para que nos diésemos prisa. No sabía si me seguía o no, pero aceleré el paso hasta traspasar la puerta de la inmensa fortaleza.

Fui aventado por la tormenta hasta caer a unos metros la fortaleza, me quede asombrado al verla, nunca había estado en una fortaleza enterrada en el desierto antes. En ese momento escucho como mi espada era aventada por la tormeta al igual que yo, en ese momento me muevo rapidamente y la espada casi me rebana -a rayos- dije mientras me calmava por casi ser mutilado por mi propia arma, en eso mi mochila tambien sale despedida de la tormenta y me pega en la cabeza - ¡AUU! al menos no tenia nada pesado o afilado dentro.- solté una risa tome mis cosas y me acerque a la fortaleza, observe que la puerta estaba abierta y pensé. Entonces ya han entrado los demás, savia que debía apurarme pero al menos ya estoy aquí. comienzo a entrar a la oscura fortaleza.