Suspiré aliviada y algo entristecida al ver estallar en pedazos a la criatura, jamás me ha gustado ver morir a nadie, ni siquiera a los bellacos, pero tampoco podía permitir que vidas inocentes fuesen amenazadas. Ya tranquila me giré a la chica que parecía a punto de colapsar, le puse mi capa sobre los hombros, y la ayudé a sentarse, me arrodillé a su lado y sonriendo le dije:
-No te preocupes, ya ha pasado todo, estás bien, te llevaremos con tu familia, ¿de acuerdo?
No me respondió, solo me lanzó una mirada esperanzada y asintió con la cabeza, para luego enterrarse entre mi capa. levanté la vista sin levantarme yo, y pregunté muy seria, y algo preocupada:
-¿Qué podemos hacer con él?
Y había visto mucha muerte, pero me asustaba lo que podría hacer si se recuperaba, pero yo no me sentía capaz de abatir una sola vida más.