Bienvenidos a la posada SWEET DREAM

Piro subió a su cuarto a descansar y yo me quedé con el recién llegado, era Henry, había vuelto, pasamos a la cocina y nos sentamos, le serví una taza de te y empezamos a hablar:

-Alanna, gracias por haberme ayudado, esto es un cambio increible, y al parecer has tenido mucho trabajo...

Levanté la mano frente a su cara y le ataje:

- No te equivoques, esto no lo he hecho yo sola, el chico al que acabas de ver subir se llama Piro y me ha estado ayudando durante todo este tiempo, yo lo hacía por un amigo, él ni siquiera nos conocía y aun así ha ayudado.-lancé un suspiro y sonreí- Ahora que estas aquí ya no pinto nada, mañana me marcharé.

-Pero, ¿por qué? ya te lo dije una vez, no me gusta que vayas por ahí tu sola, ¿es por tus padres? a ellos no...

-No-le corte sonriendo- no es por mis padres, ni por mi familia, hace tiempo que dejo de ser por ellos.

Subí al cuarto y me acosté a dormir dejando más de una pregunta en la mente de mi amigo.

Me desperté temprano y escuche ajetreo en el cuarto de Piro, tal vez no podía dormir. Me acerqué a su puerta y llamé:

-Piro, ¿estás bien? ¿puedo pasar?

Esperé en la puerta a que me contestase.

Respondió que estaba bien, que me volviese a dormir, lancé un suspiro y baje a prepararme una infusión, lo de dormir para mi ya sería imposible, esa misma tarde me marcharía de allí, tenía que seguir viviendo aventuras, pero me gustaría quedarme en la posada, era tan tranquila y pacífica.

Salía al jardín frío por la rosada que se aderia a los pétalos, a las hojas y al césped, se estaba bien, miré hacia la luna y me pareció ver salí a alguien del cuarto de Piro, me quedé asombrada, solté la taza que se rompió a pedazos y corrí hacia arriba. no sabía si debía abrir pero lo podría haber pasado algo, así que le di un empujón a la puerta y al ver el cuarto estaba vacío y había una nota sobre la mesita de noche. Suspiré aliviada y tras cerrar la puerta volví al jardín a recoger los pedazos rotos de la taza. Me agaché en la hierva y comencé a recogerlos con las manos, entonces:

-Auch!!-me había cortado el dedo, lo chupé para que parase de sangrar- que mala suerte.

Terminé de recoger los pedazos y me volví a la cocina, empezaba a amanecer.

Salí de la cocina con el dedo vendado al escuchar abrirse la puerta y dije:

-Hola Piro-le sonreí- ¿estás mejor? Me pareció que anoche estabas algo pensativo, bueno... yo no soy filósofa pero si necesitas hablar con alguien, aquí me tienes. Lo sabes ¿no?

Me quedé esperando su respuesta mientras le tendía una taza con una infusión, para que se relajase. y me senté en un taburete de la barra.

Cuando hizo referencia al corte me sonroje, no estaba acostumbrada a hacerme daño con los utensilios de cocina.

-Bueno...-empecé a decir- simplemente me asusté por algo que vi. Pero no era nada, y esto tampoco lo es, estoy bien. -sonreí- Y al parecer tu también, me alegro, quería decirte, una cosa, verás el hombre que vino ayer es el dueño, y creo que ya se puede apañar con la posada, así que me marcharé esta tarde.

Se marcho dejándome un colgante que según dijo podía usar para pedirle ayuda, le sonreí y le despedí con la mano, después entre, cogí mis cosas me despedí de Henry y cogí el caballo que había cogido prestado de las cuadras del palacio para marcharme a vivir nuevas aventuras.


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Off rol:

Fiiiiiiiiiiiiiiin >.< n.n