Bienvenidos a la posada SWEET DREAM

Bajé a eso de las 5 para prepararlo todo, tenía que pedir disculpas a Piro por lo de anoche pero no sabía si estaba despierto, me metí a hacer el desayuno y después salí al jardín de atrás, donde encontré a Piro y le dije:

-Esto, lo siento, ayer por la noche entré en tu cuarto a dejarte una cosa que te habías dejado, pero vi que tu respiración era irregular, y me preocupe un poco, por eso use un poco de magia para hacer que respirases normal, no debía hacerlo sin tu permiso, lo siento. Em, el desayuno está listo, así que si tienes hambre adelante, yo voy a limpiar un poco ¿vale?

Entré dentro y me fui directa al salón para empezar a barrer.

Me quitó la escoba de las manos y me mandó a desayunar, acabé por hacerle caso y me fui a la cocina con una sonrisa algo cansada en los labios, desayuné rápidamente para poder ir a cuidar del huerto antes de abrir y mientras lavaba los platos alguien entró, me giré y un dragón de color blanco perláceo apareció frente a mis ojos, que se abrieron dejé los platos limpios y me acerqué le miré y dije:

-Este no es como el de ayer.-volvía a estar emocionada-¿Tienes más transformaciones? Es impresionante-me calmé- ¿Por qué no vuelves a la de siempre? vas a acabar por cargarte la taberna-sonreí divertida- por ahora como no quieras ayudarme a cuidar del huerto, no hay nada más que hacer.

Sonreí cuando me lo explicó, parecía que empezaba a confiar en mi.

-Pues necesito que me ayudes a regar y a recoger algunos frutos para hacer mermelada, compota y otras cosas, y tampoco me vendría mal que me ayudases en la cocina, si no sabes cocinar no importa con que me ayudes a pelar las frutas, me es suficiente. ¿Te importaría? aunque no te podrás transformar, destrozarías el huerto

Salí sonriendo, cuidar las plantas siempre me ponía de buen humor, y hacerlo en compañía era aún mejor, llené dos regaderas y le pasé una a Piro, le sonreí y comencé a regar.

Regar no era lo que tenía en mente pero mientras pudiera ayudar. Regué el huerto con mucho cuidado ya que Alanna le tenía mucho aprecio. Mientras regaba no podía dejar de mirar el establo *Hice un buen trabajo* pensé. Después de terminar con el huerto me tocaba lo peor "la cocina" ya se que no era cocinar pero es ver comida y me tengo que retener. Aparte tenía que alimentar a 8 de mis transformaciones y por eso odiaba las cocinas pero bueno Alanna confiaba en mi y tenía que aguantarme.

Piro me ayudo con el cuidado del jardín trasero y a recolectar frutas, al entrar a la cocina lo vi preocupado, tal vez no sabía cocinar. dejé las frutas en la mesa de la cocina, me lavé las manos y me puse un delantal,le di otro a Piro, sujete mi pelo con fuerza en una coleta y saqué algunas cacerolas que llené de agua y la puse a hervir en los fogones, le sonreí y le dije:

-Venga, anímate, solo hay que pelar las frutas y cortarlas, luego las hervimos añadiendo azúcar y con esta hierva se vuelve gelatinosa, después solo queda ponerlo en tarros de cristal y dejar que el sabor y el aroma se asiente. Es fácil. Vamos.

Dejé dos cuchillos sobre la mesa y empecé a pelar la fruta:

-No tires la piel, si la hervimos y luego juntamos el agua el sabor será más profundo y el aroma más dulce e insistente, además es la arte que más proteínas tiene, se usa en muchas comidas.

Parecía una profesora, no me gustaba dar clases, siempre había preferido aprender a enseñar, pero era divertido cocinar con otra persona, seguí pelando la fruta y cortándola en trozos.

- Parece que te diviertes, pero ten cuidado, te estás haciendo muchos cortes. Si te duele para, ¿vale?

Cogí las pieles las lavé y las puse a hervir, mientras ya se estaba haciendo la textura pringosa escuché hablar a Piro sonreí y le dije:

- Si, puede que sea difícil, pero cocinar es algo que se puede aprender, volar es un don innato. ¿Me pasas esos botes?, esto ya está, solo hay que enfriarlo.

Cuando estuvo en los botes los puse en la despensa y lo deje enfriar:

-Bueno, mientras esto se enfría ¿qué te parece si vamos al pueblo? Hoy es día de mercado. ¿Te apetece?

sonreí mientras me quitaba el delantal esperando su respuesta.

Subí al cuarto y me preparé cogí dinero y bajé, me encontré con Piro en el jardín, el estaba transformado en dragón, me quedé sorprendida al verlo pero entonces dijo:

- Bueno ¿vamos volando?

Salí corriendo desde la puerta hasta estar delante suya.

-¿Enserio?-pregunté sonriente- el pueblo esta algo lejos así que es buena idea, pero ¿no te importa si te ven? ¿de verdad podemos ir volando?, es más ¿de verdad vamos a volar?

Me calmé, porque pensé que volar nerviosa no sería buena idea, y subí al lomo de Piro intentando no hacerle daño, una vez arriba le dije:

-Estoy lista ¿tu estás seguro de esto?

No me preocupaba el poder caerme confiaba en él y supuse que para dejarme ir en su lomo el también debía confiar en mi. Lancé un soplo de aire por la boca, respiré despacio y sonriendo dije:

-Si estás seguro, adelante.

Después de que se subiera y terminara de hablar empece a volar despacio hacia arriba, primero tendría que acostumbrarse. Al ver que no tenía nada que temer me incline hacía arriba y volé lo más alto que pude, después me lancé en picado hacía abajo para poder ver sin molestia de las nubes.-Perdón creo que me he entusiasmado-decía un poco avergonzado. Volé durante un rato a alta altura.-Bueno es un poco vergonzoso pero ¿donde esta el pueblo?. El problema es que no conocía de nada ese sitio.

Empezó a subir poco a poco, mi nerviosismo y emoción iban en aumento, pero permanecí tranquila, al poco se puso de cara al cielo y subió más rápido, para luego hacer lo mismo pero bajando, el viento me golpeaba en la cara, las nubes de aspecto esponjoso se arremolinaban a nuestro alrededor, era una sensación increíble.

-Perdón creo que me he entusiasmado.

La voz de Piro me saco del trance.

-No me importa, es divertido -cerré lo ojos sonriendo- esto es estupendo, de una sensación de libertad que es mágica.

Me pareció escuchar una pregunta al cabo de un rato y abrí los ojos.

-¿El qué?a el pueblo, si, claro, es hacia el este, mmm... justo en el pico de esa montaña de allí hay un valle, pues en ahí está el pueblo.

Contesté señalando una montaña que se veía a lo lejos.

-No, andando no, pero a caballo si, puede que esté lejos, pero a mi me gusta viajar, además como hay tanta gente que se dirige a él muchos pararán en la posada, cierto es que está bien situada, y hay un pueblo mucho más pequeño algo más cerca, pero en él no hacen mercado así que la gente se mueve al que vamos nosotros.

Respiré el aire frío que me daba en la cara y escuche la voz de Piro:

-No te preocupes, estoy bien, me gusta el viento. ¿Qué quieres hacer primero cuando lleguemos?-le pregunté sonriendo- Hoy la posada está cerrada así que no hay prisa. Tenemos el día libre.

- La verdad es que a mi me da lo mismo, y además es la primera vez que vengo desde hace tiempo, solo vine una vez a los 9 años, no se como estará todo.

Aterrizamos en una zona sin personas y me ayudó a bajar entramos al pueblo que no había cambiado tanto como pensaba, de pronto Piro se volvió algo distante, pero lo atribuí a que tal vez no estaba cómodo en sitios con tanta gente, así que seguí avanzando a su lado. y pensé que tal vez le gustaría ver los sitios más interesantes:

-¿Sabes lo mejor de este pueblo? Es uno de los pocos que tienen museos y bibliotecas con libros antiguos, vamos.

Le cogí de la muñeca y empecé a correr arrastrándole y sonriendo emocionada por ver nuevas piezas del museo.

-¿Verdad que si?- le dije sonriente al escuchar su afirmación- a mi me encanta, siempre me ha gustado la historia, investigar sobre el pasado y hacer descubrimientos, si pudiese me dedicaría a eso, pero por ahora lo más cercano que conozco es vivir aventuras para poder descubrir el pasado, aunque estoy segura de que algún día escribiré un libro que narre todas las aventuras, pasadas de todo Gold.-me puse un dedo en los labios- shhhhhhhhh, guardame el secreto ¿vale? eres la primera persona a la que se lo digo.

Cada vez que entraba en un museo o una biblioteca me ponía de buen humor y se me notaba mucho, seguí avanzando viendo todo lo que había dentro, poco a poco absorviendo la historia que cada objeto contaba.

Había perdido de vista a Piro, no me extrañaba, siempre me emociono cuando entro en un lugar con historia, pensé que lo mejor era no separarse, así que salí a buscarle y lo encontré en la puerta de entrada, sobre las escaleras blancas que llevaban al interior del museo, su expresión era tensa, así que me acerqué muy despacio tranquila, intentado transmitirle esa misma sensación y con voz suave le dije:

-¿Estás bien? ¿quieres que vayamos a descansar a algún sitio?

Me quedé sorprendida por como me respondió, pero luego la culpa se pintó en su cara, y adelantó su paso. Lancé un pequeño suspiro, tal vez era cosa de sus transformaciones, me había fijado que con cada transformación su personalidad cambiaba un poco,me mantuve alejada y callada dejándole pensar, nos sentamos y pedimos, cuando nos trajeron el pedido le dije:

-No tienes que preocuparte, es posible que no controles eso, no se si será mi imaginación pero me parece que tu personalidad cambia dependiendo de tu transformación, así que puede que la última todavía no haya abandonado por completo el control, así que no te preocupes ¿vale?

Terminé sonriendo para que no se preocupase y viese que lo entendía.