De vuelta en Erenh (Libre)

Por fin volví a llegar a la ciudad élfica, y aunque mis heridas todavía me dolían, decidí no detenerme a descansar. Lo primero que hice nada más llegar fue dirigirme al gremio de bardos, para informarme sobre donde podría comprarme ropas y un cuaderno nuevo, pero una vez allí, me encontré con una caja con una nota por fuera, en la que ponía: Me he enterado de que te has quedado sin cuaderno, porque entiendo lo que se siente sin poder escribir, te regalo este, espero que te guste. Firmado: Alanna
Cuando abrí la caja, me encontré dentro un hermoso cuaderno, hecho seguramente por los elfos, debido a las florituras de carácter floral que llenaban las tapas. Lo cogí lentamente, y lo abrí. Olía a nuevo, y todas sus páginas estaban en blanco. Decidí quedármelo, y a cambio dejé una nota de agradecimiento en el gremio para Alanna, que aunque no nos conocíamos, había oído mi historia y me había hecho ese fabuloso regalo. A continuación pregunté por el gremio donde podía comprarme ropas nuevas, y cuando supe la dirección exacta, salí del gremio, dispuesto a gastarme algo de oro, y ya que estaba, cambiar un poco de aspecto. Cuando llegué a la tienda y pedí ropa, el tendero me miró de arriba a abajo: Realmente parece que la necesitas- me dijo mientras se iba a la trastienda. Al cabo de unos minutos volvió con una camiseta blanca y unos pantalones verdosos, también me trajo una chaqueta de cuero. Agarré las prendas y saqué la bolsa de oro del bolsillo, pero el tendero negó con la cabeza mientras decía: Es un regalo, no podría aceptar dinero de un vagabundo que va vestido solo con harapos. Le di las gracias, aunque no me gustaba un pelo que me hubiera tomado por asqueroso vagabundo, aunque la verdad las pintas si que las tenía. Esta vez me había librado de pagar, pero eso siempre no seria así. Decidí ir a tomarme algo a una taberna de por allí cerca, y pensar sobre todo lo que había ocurrido. Una vez en la taberna me senté tranquilamente con mis ropas nuevas, y pedí una cerveza como si nada. No tenía ni idea de que hacer, pero de repente...

Después de mi diseccionaste intento necesitaba tomar algo asique me dirigí a erenh que estaba más cerca y entre en un bar pero entonces vi a un individuo no sé porque pero sentía la necesidad de atacarle en la puerta crecieron unas zarzas que impedían la salida solo estaba el yo y el tabernero tu ¿si tu no eras de un clan si es así de cual ?

De repente, cuando estaba tan tranquilo tomando algo en un bar mientras escribía en mi cuaderno nuevo, un tipo muy siniestro entró por la puerta, me miró e inmediatamente después unas zarzas crecieron en la puerta, taponándola completamente. El tabernero asustado se escondió detrás de la barra, y yo bebí un sorbo de mi infusión de menta. En ese momento el tipo siniestro me preguntó que de que Clan era. Le miré de arriba a abajo pensativo. Después bostecé, di otro sorbo a mi infusión y seguí escribiendo tranquilamente en mi cuaderno.

Pensé como odio queme pasen por alto EH TU SI TU te estoy ablando dije mientras tanto saque la guadaña será mejor que conteste no me gustaría tener que tomar represarías, lo entiendes. No sabía cómo actuaria así que estaba preparado por que el subsuelo de la taberna crecían raíces que no se podían sentir.

Después de que el tipo siniestro empezase a gritar y se sacara una guadaña de donde antes no la había, le volví a mirar, esta vez con los ojos entrecerrados, me volví hacia el tabernero y le dije:-Tu, he tu, sal de ahi y respóndele, que creo que te llama.- Dicho esto seguí tranquilamente escribiendo.

El tabernero salió sii dijo temblando sus palabras vuelve dónde estabas sucio tabernero,
Te hablo a ti dije mientras señalaba a la persona que escribía será mejor que respondas, si no dije amenazantes mientras el suelo empezó a temblar.

Volví a insistir, y a mi cada vez me daba mas pereza hablar con ese tipo que parecía tan ansioso por pelear. Esta vez, después de un largo trago de la infusión, suspiré lentamente mientras cerraba el cuaderno, y me levanté poco a poco, hasta ponerme a la altura del desconocido. Dejé el cuaderno en la mesa, tal y como estaba. El suelo seguía temblando. Colgué mi sombrero en la silla, y, cerrando los ojos, suspiré nuevamente. Estaba pensando en una estrategia. No se porque pero siempre suspiraba cuando pensaba. Al cabo de unos segundos ya lo tenía todo planificado, por lo que decidí lanzar el primer comentario:
-Ah, ¿te referías a mi?, pues si, pertenezco a un clan... pero, no me acuerdo bien del nombre... como era... umm... algo de Frio... ¡Ya lo tengo! Era: Sapo Frio. Si, creo que era así.
Le miré y esperé una respuesta.

Frio sapo frio ¿? No se si eres o no de… bueno asta aquí mi paciencia dije mientras, en dirección a mi enemigo, del suelo salían dos raíces que lo rodearon y intentaron aprisionarlo. Pensaba no escaparas sin darme la respuesta no me ocurrirá 2 veces.

Me llevé un buen susto al ver que dos raíces me rodeaban, pero entraba dentro de lo que había imaginado, por lo que usando mi varita de agua, enfoqué un chorro de agua al suelo y escapé de ahí propulsado por el chorro. Mientras, puse un poco de tinta en la punta de la varita. Seguidamente bajé de nuevo al suelo, unos metros mas a la derecha de las raíces y le dije:
-No crees que esto no habría que hacerlo aquí, puede verse involucrada gente y vamos a destrozar la taberna.- le dije tremendamente serio.

Contesta a mi pregunta si no me da igual la gente que salga involucrada, dije en un tono bastante serio, mientras pronunciaba las palabras, di con la guadaña un golpecito en el suelo
Al terminar la frase hice que el suelo dejara de temblar y me puse a pensar, pasado un rato espere su respuesta.

Esta bien, responderé a tu pregunta, pero con una condición...- pensé un poco-tienes que dejar salir al tabernero, por si decides atacarme después de que te responda.
Con esto dicho, agarré mi pluma con la derecha y la daga con la izquierda, por si tenía que pelear. Descansé para recuperarme mientras esperaba la respuesta.

Por supuesto eso no supone inconveniente para mi dije asiendo un gesto al tabernero para que se dirigiera a la puerta, cuando estaba lo suficiente mente cerca lo saque quitando las zarzas y abriendo la puerta, rápida mente la serré y volví a poner zarzas respondes ya ¿? Dije en tono burlón.

No me dejó tiempo para que pudiese salir junto con el tabernero. -Que inocente-pensé mientras me preparaba para responder a su pregunta...
-Pertenezco al Clan Sangre Fria, soy su portavoz, Dielf, encantado de conocerte... y ¿puedo saber tu nombre?

Una oscura risa siniestra me invadió por dentro aunque por fuera no de mostrara emoción alguna no te diré mi nombre dije mientas me coloque en posición de salir corriendo a por el,
Este será tu fin cuando termine contigo le dirás a tu jefe que vaya a el pantano de nuevo si no tendré que ir a por cada uno de ustedes, también que esta ves pelee no dejare ni los huesos pero te de Jo la ventaja de atacar primero.

Muy generosamente, me ofreció el primer ataque, asi que decidí no desperdiciarlo. Le arrojé la pluma directamente a la cabeza, y justo detrás de ella la daga, apuntando a su brazo derecho. Les di fuerza con el viento para que no las pudiese bloquear o contraatacar. a continuación agarré mi varita de agua y esperé al siguiente movimiento de mi adversario.

Al ver los ataques de mi enemigo saque un tronco de árbol que salió extremada mente velos del doble que yo que paro la pluma al instante me rodé a gran velocidad hacia la izquierda esquivando la daga, entere el árbol y con el la daga y pluma dije dos armas menos, y ahora mi turno salte alto y puse la guadaña como para dar un tajo lateral aunque la distancia que quedaba entre el y yo era de unos 4 metros.

No me lo podía creer... él, él... había caído en la trampa de lleno. Me preguntaba como alguien podía ser así de mal estratega. Me eché hacia atrás y recogí el cuaderno de la mesa. Nada mas recogerlo le dije a mi adversario:
-Bueno, encantado de haberle conocido. ¿Dijiste que no te importaban los civiles no? Vale, pues a mi tampoco me van a importar. Blodau Escupefuego-. Nada mas acabar de pronunciar el hechizo, todo el suelo tembló, mientras en su interior crecían mas de 50 Escupefuegos, salidas de la tinta de mi pluma. De repente y sin previo aviso, el suelo estalló en una enorme explosión de fuego que voló por los aires la taberna entera y la mayoría del edificio. En medio de la explosión salí corriendo, agarré mi pluma que había caído a unos 5 metros de la posada y me fui de allí todo lo rápido que pude.

Off Rol: Adioooooosss

Dejo Post.

cree un gran tornado real mente rapido aun asi me dio el el braso pero logre contener el fuego cuando cai al suelo : cachis otra vez

dejo post