En búsqueda de especímenes (LIBRE)

Después de haber tenido aquel extraño encuentro con el tipo de la túnica, me dirigí hacia el Paso del Pantano, esperando encontrar cosas extrañas para poder venderlas luego en alguna ciudad. Había decidido que me hacia falta dinero, y que no podía seguir simplemente vagando de un lugar a otro. Al cabo de poco tiempo ya me encontraba en medio del pantano, y el olor a humedad inundaba mi ropa, pero estaba mas concentrado en la flora y la fauna que estaban a mi alcance. De repente me pareció escuchar una voz conocida de entre los árboles cercanos, asi que me dirigí hacia allí, para investigar de quien se trataba.
-¿Hola?- pregunté en voz baja.

Envés de ir al desierto del pesar, decidí continuar un tiempo más por aquí tal vez podría encontrar una atrapa venenos u otras hierbas o plantas que me fueran de utilidad para crear…
Pero bueno que tenemos aquí si es el tío de la taberna será mejor que no me vea no quiero tener problemas ahora ya no quiero ver más a los sangre fría. Dije para mis adentros.

Nadie me respondía, pero sentía una presencia cerca. Algo que me inquietaba y me recordaba a aquel chico de la taberna. Un aura oscura que hacía que mi columna se retorciera de escalofríos. Eché mano de mi pluma y avancé medio agachado, todo lo sigilosamente que pude. Vi, cerca de donde estaba, un tenue brillo, de color frío, azulado y me acerqué a él poco a poco y preparado para combatir a cualquier bestia inmunda que saliese de ahí. El brillo provenía de un pequeño lago, y me escondí tras los árboles cercanos, observándolo sin parar. Pero lo extraño es que la terrible sensación no venía de ahi, sino de algún lugar a media distancia de mis espaldas. En ese momento, y para sorpresa mia, algo azul oscuro y claro saltó del agua y se abalanzó sobre mi, tan rápido que no pude reaccionar.
-¡Diiiieeeelfff, te he estado buscando!- Noté como me abrazaban y me quedé paralizado. Esa voz la conocía, y bastante bien.
-Esto... tu eres... ¡¿Dayana?!- abrí los ojos que había cerrado por la sorpresa y entonces la vi claramente: Una dríade, un poco mas alta de lo normal, del tamaño de una chica de 15 años, con alas de mariposa de color azul, de tonalidades claras y oscuras. Su pelo me recordaba a las olas del mar, y su aroma a tierra húmeda me recordaba a los dias de mi infancia. Me estaba abrazando. Me sonrojé un poco. La última vez que la había visto, hace mas de 5 años, ella todavía aparentaba 10 años. Había crecido mucho en ese tiempo, y no solo en altura, sino también estaba mas guapa y las alas parecían mas grandes y delicadas. Era raro para un hada aparentar mas de 10 años, pero ella siempre había sido rara entre las hadas, se decía que no era un hada pura, pero nadie sabía de que raza era mestiza. Le acaricié el pelo.
-Cuanto tiempo sin vernos- le dije con cariño- ¿Por qué estas aquí?-
Me sentía feliz de haberme reencontrado con ella, pero seguía teniendo la sensación de que un ser maligno nos espiaba desde algún lugar del bosque, por lo que me mantuve abrazado a ella, con mi pluma en guardia.

Un hada se abalanzo encima suya, al parecer se conocían quería espiar durante un rato pero no quería ser visto, así que me enterré bajo tierra mimetizándome con esta luego me desplace hasta posicionarme debajo, de él, a si no se me escaparía nada de la conversación tenía un cierto interés pero cuando me acerque vi un lago decidí salir delante de este mirando a el hombre de la taberna hola, nos volvemos a ver dije en tono un tanto ironico.

-Es que tenía muchas ganas de verte, y seguro que ya no te acuerdas de que dia es hoy- me respondió Dayana sonriendo. Estaba a punto de preguntarle de que dia se trataba, cuando de repente, el tipo siniestro de la taberna salió del suelo, lanzándome un saludo un tanto irónico. Me sorprendí mucho, pero también me asusté. Separé a Dayana un poco y la eché suavemente hacía un lado. Ella me miró con una cara mezcla de duda y sorpresa, pero no comentó nada. A continuación agarré fuertemente la pluma y me puse en pose defensiva.
-¿Me has seguido?¿Que quieres de mi?- le pregunté, esperando que no se tratara de otro combate, por que no quería ver a Dayana envuelta en una pelea. Ella siempre había sido muy especial para mi, ya que casi nos habíamos criado juntos, desde que tenía 7 años, por lo que a la mínima señal de pelea, no dudaría en protegerla con mi vida. Si un solo pelo de su cabello era cortado por el enemigo, el que hubiese cometido tal atrocidad conocería mi verdadero yo, un yo siniestro y furibundo que solo había visto la luz en escasas ocasiones.
Por todo ello, esperé que esto no evolucionase en una pelea.

vi como defendió a un hada, esta era bella y paresian conoserse nesesitava aprobecharme me parecia que podria tener informacion valiosa que tal estas le dije a esta con vos tierna y acogedora esperando que el no interrumpiera mi combersasion, talves me podria venefisiar

Pareció ignorar mi pregunta, y se dirigió directamente a Dayana. Le miré desconfiado. Antes de que Dayana pudiese decir nada, acerqué la boca a su oido y le susurré muy despacio: -Ya me he encontrado con él antes, es un tipo peligroso. -
Me respondió casi inaudiblemente: -Tranquilo, ya he notado su aura, además, no te preocupes, se cuidarme sola.- Después de decirme esto, se adelantó un par de pasos hacia el tipo y le dijo: -Muy bien, me llamo Dayana, encantada de conocerte.- siempre con una sonrisa en su cara, apacible y relajada.- ¿Y tú, cuál es tu nombre?-
Miré fijamente sus alas y su cabello, que caía por su espalda, y tapaba la parte de atrás de sus livianas ropas, que eran opacas, pero dejaban entre ver sus formas. Eran ropas marrones claritas, tan solo una especie de camisa holgada y una falda recortada de forma que se asemejaba a las hojas en otoño. La falda, para mi gusto, era demasiado corta. En general, era ropa mucho mas provocativa que la que solía llevar cuando eramos pequeños. Ella había crecido mucho, y echándome un vistazo, pensé en que yo también lo había hecho. Aun con todos estos pensamientos, no dejé de estar en guardia ni por un solo momento, con los músculos en tensión, esperando el mas mínimo movimiento amenazante por parte del tipo siniestro.

dayana un nombre de lo mas bonito, el Mio es drenson drenson rimerson por cierto tu el que estaba en la taberna aun no me as dicho tu nombre cual es dije pareciendo intrigado mientras me movía en dirección a un árbol cercano alejándome de la hada a la que paresia observar bastante el tipo de la taberna.

-Dielf, mi nombre es Dielf, y no conozco mis apellidos.- Seguí sin relajarme ni un ápice.- Ahora, Drenson, ¿me puedes decir por que me atacaste en la taberna y que es lo que quieres de mi? - le pregunté mientras me volvía a acercar a Dayana, por la espalda, quedándome a unos 30 centímetros de ella. Observé como el tomaba distancias y me relajé un poco. Dayana se acercó al lago, manteniendo las distancias con Drenson, y se puso a juguetear con el agua. Tal y como había imaginado, ella no era muy buena para dialogar y se aburría enseguida, pero me sorprendió el hecho de que se acercase al lago, ya que eso significaba que estaba alerta.

en la taberna.. uhh mis intensiones eran claras, me vengaría de todos los sangre frías hasta que el jefe se enfrentara ami, puro ápice de interés científico, para ver vuestras habilidades, mientras pronunciaba cada una de las palabras, en el centro del lago empezaban a Haver olas no muy grandes pero consecutivas sin parar

Retrocedí un poco más. Las aguas del lago donde Dayana tenía metida la mano, empezaron a ondear, mientras pequeñas olas surgían en su centro. No sabía que podía significar esto, pero me puse más alerta. Dayana miró las olas del lago fijamente. Después metió ambas manos en el agua y pronunció extrañas palabras, de las cuales yo ignoraba su significado. De repente el lago se calmó y las olas desaparecieron. Dayana miró a Drenson con una sonrisa amigable. Yo me calmé un poco al ver que fuera lo que fuese a pasar en el lago, Dayana lo había sosegado; no en vano ella era una dríade de agua.
-Y, ¿para qué quieres comprobar nuestras habilidades?, ¿qué es lo que tramas?- respondí alzando un poco la voz. Dayana continuaba jugueteando con el agua que resbalaba por sus manos.

sencillo asi para el futuro estare preparado si algo ocurriera dije mietras, la capa superfisial del lago empeso a congelarse dayana pareses que manejas el agua mejor estate quieta si no quieres que te suseda nada me seras de ayuda si no te importa, dije en tono un tanto aspero que erisavas la piel dijese lo que dijese aya yo me la iba a segir llevando aunque fuera en contra de su voluntad, sus habilidades me podrian ser de utilidad.

De repente Drenson pareció poner su atención en Dayana, y congeló la superficie del lago, dejando las manos de mi amiga dentro de la capa de hielo. Dayana se asustó un poco, pero en seguida derritió un metro alrededor de sus manos y se dejó caer dentro del lago, sumergiéndose. Yo empecé a cabrearme un poco, pero confié en ella y me mantuve sin hacer nada. Lo que en un principio se trataba de un reencuentro, se estaba convirtiendo casi en una batalla. Sabía lo que odiaba Dayana las batallas, y también sabia que si yo atacaba a Drenson, comenzaría otra pelea, por lo que me mantuve al margen. En ese momento el hielo se resquebrajó, y del lago emergió Dayana montada en un enorme kelpie, dos veces mas grande que un kelpie normal, casi del tamaño de dos caballos y medio. No recordaba que fuese tan enorme. La verdad es que era imponente, era bello y parecía tremendamente fuerte. Hizo una cabriola y se posó suavemente sobre la superficie de lago, que se había descongelado del todo.
-Dayana, ¿desde cuando es tan grande?- le pregunté curioso.
-¿Dielf, acaso has olvidado quien te enseñó todo lo que sabes de magia?, la magia que emana de mí se ha traspasado en parte a él, haciendo que crezca mucho.- me respondió sonriente. Es verdad que todo lo que sabia me lo había enseñado ella, y era mucho mas fuerte que yo, pero no tenía la voluntad para pelear. Mira a Drenson, esperando alguna acción por su parte.

un bonito kelpie, te lo e dicho dayana no me as echo caso dije mientras saque mi varita, la puse dirección al caballo y pronuncie unas palabras en vos muy baja, de esta salio un rayo no muy grande que le dio de lleno al kelpie, asiendo que la electricidad tocara a dayana, luego silbe y apareció rosa. rosa quédate a qui por si acaso(rosa el pegaso)

De repente, Drenson atacó al kelpie y a Dayana con un rayo. Pareció que les había dado de pleno.
-¡Dayana!- grité mientras me acercaba corriendo al lago. También, apareció un pegaso, que aunque era de un tamaño ridículo comparado con el kelpie, parecía mágico. Pero de repente, Dayana y el kelpie se transformaron en agua. Me tranquilicé. Había sido una imagen hecha con el reflejo del agua para crear la ilusión de una imagen real, por lo que la electricidad no había impactado en Dayana ni en el kelpie. Súbitamente Dayana volvió a salir del lago, esta vez con el kelpie al lado. Esta vez eran los verdaderos.
- Dielf, veo que no es un buen momento para hablar, por lo que..., aunque me duela me tengo que ir, y, me sorprende que no recuerdes que hoy es el día en que cumples los 25 años...Supongo que podrás esperar un tiempo para que te de mi regalo ¿no?, ya te lo daré cuando estemos a solas. - Me dijo sonriendo, y de repente, tanto ella como el kelpie desaparecieron, transformándose en vapor. Yo ya conocía ese hechizo, era un tipo de teletransporte, y en estos momentos ya se encontrarían muy lejos de allí. Miré a Drenson, furioso, y le dije: -¿Ves lo que has hecho?, ¿ya estás contento?- diciendo eso me di media vuelta y volví a internarme en el bosque para calmar mi enfado.

dayana se fue y dielf se adentro en el pantana yo le seguí de cerca sin esconderme tranqui le dije te a dicho que os volveríais a ver y felicidades dije en un tono irritante y pícaro bueno que ahora a donde vas dije con intriga, alomejor podria ir con el si no tenia nada mejor que aser y por ahora no lo tenia, y me aburria vastante.

Vi como Drenson me seguía. Me preguntó que a donde iba. La verdad, no entendía a ese tio, ¿Acaso pretendía ser mi amigo o quedarse por ahí como si nada después de haber atacado a mi mejor amiga?.
-¿Por qué me sigues? ¿No has tenido suficiente diversión ya?- le dije bastante enfadado, mientras me dirigía al camino de tierra que cruzaba el pantano.

pues no la verda es que no me e divertido bastante dije en un tono bastante frío para la situación, pero bueno te seguiré deacuerdo aunque el no lo estuviese yo tenia la intención de seguirle a dode quisiera ir, dado que alo mejor podría servirme de algo la situació

Dado que no quería dejar de seguirme, llegué al camino de tierra y decidí ignorar su presencia. Me dediqué a recolectar plantas de distintos tipos e insectos de los mas variados colores. Al cabo de un rato escuché unos pasos apresurados por el camino. Me asomé a ver de quien se trataba. De repente vi a un chico humano, de unos 20 años, que llevaba una carretilla con una manta, y algo de bastante tamaño y forma rectangular bajo la manta. Cuando estuvo a un par de metros me dijo:
-¿Oye, has visto a un semisilfo llamado Dielf por aqui?- la pregunta me sorprendió.
- Si, soy yo... -
-Vengo de la tienda de Piro, y traigo el pedido que habías encargado.- y entonces empezó a quitar la manta.

vi. que le llego un paquete de parte de piro seguro era una mascota, antes de que terminara de desenvolverlo lo pinché con una rama de un metro y medio mas o menos y dije que es que es, yo quiero saberlo luego mire a dielf y me rei.

Por fin me lo habían traído, esperaba este momento con ganas. Hacía ya tiempo que me había pasado a hablar con Piro, y le había pedido si por favor me podía encontrar un raro espécimen de wyvern prismático. Drenson parecía tener curiosidad, y le pinchaba con un palo. Cuando por fin lo destapó, el pequeño wyvern estaba asustado y en una esquina de la jaula, intentando huir del palo. En ese momento, el mensajero abrió la jaula y el wyvern se abalanzó hacía mi y empezó a lamerme. No se como lo hacía Piro, pero lo había amaestrado perfectamente para reconocerme como su amo. No tendría un tamaño mayor a un perro de tamaño mediano, por lo que aun debía ser una cría. Decidí que le llamaría Disglair. Empezó a juguetear alrededor mio, para acabar enroscado en mi hombro, me fijé mas de cerca en él: Era tal y como lo había imaginado, tremendamente hermoso y parecía delicado, pero los de su raza eran bastante fuertes en general.

que bicho mas feo pensé, pero bueno es cariñoso y párese un buen compañero, digo:felicidades enzima te lo traen en tu cumple que regalito, así nunca estarás solo bueno adonde piensas dirigirte que te párese si vamos al jardín de la paz ehh, dije en tono de pregunta esperando una respuesta positiva después de todo seguramente diría que no como no empezamos demasiado bien

-La verdad, no se que decir, tengo que volver a reunirme con Dayana y no quiero que nos molestes, además está el hecho de que me atacaste anteriormente- le respondí.- No, ahora no me dirigiré allí.-

bueno yo te seguire a donde tu vallas y lo de la pelea bueno eso fue que veras tu jefe anterior mente no quiso batirse en duelo con migo, y por eso me queria vengar de sangre fria uno a uno pero ya paso. dije en un tono total mente tranquilo y acogedor para esta situasion como restando gran parte de importancia.

Me cansé de repetirle siempre lo mismo, por lo que asumí su presencia, y mientras no hiciera nada malo la verdad no me importaba. El único problema era Dayana, la cual no aparecería hasta que estuviese solo, y la verdad es que tenia bastantes ganas de verla. Además, podía perdonarle que me atacase en la taberna, pero que atacase a Dayana... eso era otro asunto, pero bueno, al fin y al cabo nadie había salido herido. Acaricié un poco a mi wyvern, cuya piel era sorprendentemente suave, y no estaba hecha de minerales como yo creía en un principio, sino que tan solo estaba coloreada de esa forma; este ronroneó un poco y se acomodó en mi hombro.
-Esta bien, puedes venir conmigo, pero con la condición de que no ataques a nadie, ni a mi ni a Dayana ni ha nadie más mientras estés conmigo, ¿vale?, además, cuando lleguemos a mi próximo destino tendrás que quedarte lejos mientras hablo con Dayana. ¿Todo claro?-